El gobierno y el Ejército han sido creados siempre con la principal misión de proporcionar ayuda y proteger a sus ciudadanos, pero en algunas ocasiones ocurre todo lo contrario y se convierten en los jueces y verdugos de aquellos a quienes deberían servir.
El ‘Levantamiento de Gwangju’ ocurrido hace ya 40 años aún es una herida abierta para la sociedad coreana, debido a la pérdida invaluable de entre mil y dos mil civiles que fueron asesinados y/o desaparecidos por soldados surcoreanos, según cifras no oficiales.
Levantamiento de la ‘Ley Marcial’
El 17 de mayo de 1980, el gobierno de Corea del Sur, liderado por el presidente Chun Doo Hwan aprobó una ‘Ley Marcial’ emitida por los líderes militares del país como un intento para sofocar el creciente disgusto y demanda de un país democrático entre la sociedad.
¿Qué quiere decir ‘Ley Marcial’? Practicamente significa que el gobierno le da el poder al ejército para tomar cualquier acción para mantener a la nación.
Ese día en todas las ciudades donde había una universidad los estudiantes y profesores iniciaron una serie de manifestaciones donde exigían ponerle fin a la ley marcial, libertad de prensa, establecimiento de un salario mínimo y una real democracia en el país.
El gobierno de Chun Doo Hwan respondió a las peticiones de la sociedad enviando tropas militares para sofocar los mítines.
El inicio del 5.18
Cerca de las 10 de la mañana del 18 de mayo de 1980, casi 400 alumnos se reunieron frente a la Universidad de Cheonnam, en Gwangju, exigiendo el fin de la ley marcial, sin embargo, fueron golpeados y perseguidos por paracaidistas.
Tras esto, los jóvenes surcoreanos se reagruparon y comenzaron su marcha nuevamente, ahora hacia el centro de la ciudad y como en la ocasión anterior los militares los silenciaron a base de golpes y arrestos, así como también a cualquier otra persona que se encontrara en el lugar.
La revuelta se incrementa
La sociedad en general, enfurecida por la brutalidad de los militares y el gobierno, deciden unirse a las manifestaciones de los estudiantes.
Gwangju se convirtió en un símbolo de la protesta anti autoritaria y el levantamiento de la sociedad civil.
El 19 de mayo ya eran más de 3 mil personas las que comenzaron a marchar en la calle Geumnam, pero nuevamente la milicia comenzó a intentar desplazarlos, esta vez con gases lacrimógenos mientras ellos respondían lanzándoles piedras.
Para el 20 de mayo, cerca de 100 mil personas comenzaron a marchar por la calle Geumnam, a los cuales se sumaron 200 taxis haciendo sonar sus bocinas y con los faros encendidos.
Las tensiones fueron creciendo y los manifestantes decidieron incendiar los estudios Minhwa Broadcasting Company, ya que los acusaban de haber difundido noticias falsas y distorsionadas de lo que estaba ocurriendo en los levantamientos.
El 21 de mayo prácticamente toda la ciudad de Gwangju se unió o apoyó a las manifestaciones, además de que ocurrieron varios sucesos importantes:
Los ciudadanos incendiaron el edificio de Hacienda gritando que los impuestos no debían ser usados para comprar armas con las que mataban al pueblo; mientras que las amas de casa y vendedores de los mercados ofrecían comida a los manifestantes.
Primer ataque del gobierno
Ese 21 de mayo militares surcoreanos comenzaron a disparar en contra de la multitud que se había reunido para exigir una disculpa del Ejército por los ataques y arrestos que había estado realizando en días anteriores.
Como respuesta los manifestantes formaron un fuerza defensiva llamada ‘Ejército de los ciudadanos’, robando armas de los cuarteles de policía a las afueras de la ciudad, mientras que los mineros aportaban dinamita y detonadores.
Por su parte, los hospitales estaban llenos de personas que acudía a donar sangre para ayudar a los heridos. Se dice que incluso algunas prostitutas comenzaron a manifestarse exigiendo que les dejaran donar al grito de “¡Nosotras también tenemos sangre limpia!”.
El ejército decidió retirarse de la ciudad esa noche, sin embargo siguieron bloqueando la ciudad desde el 22 al 26 de mayo.
Durante esos días los Comités ciudadanos intentaron negociar con el gobierno sin embargo no lograron llegar a ningún acuerdo, por lo que comenzaron también las tensiones entre ellos de cómo procederían ahora.
27 DE MAYO, LA MASACRE DE GWANGJU
Era la madrugada del 27 de mayo de 1980. Miles de manifestantes se encontraban reunidos en el Salón Provincial. De la nada, cientos de soldados irrumpieron en el lugar comenzando a disparar, golpear y capturar a todo aquel que estuviera ahí. Los manifestantes no estaban armados.
En menos de 90 minutos los soldados acabaron con todo. Muchos fueron muertos por balas, muchos otros por golpes. El gobierno puso punto final a las exigencias de los ciudadanos.
Las calles llenas de cuerpos sin vida y con los supervivientes atados de pies y manos son trasladados a paraderos desconocidos, mientras que los militares retiran rápidamente los cuerpos y limpian las calles de sangre.
Cifras oficiales
Los números oficiales dados a conocer por el gobierno de Corea del Sur en ese momento, señala que tal acción dejó 541 personas muertas, otros mil heridos y 65 desaparecidos, sin embargo otras estimaciones indican que en realidad hubo entre mil y dos mil ciudadanos muertos.
Por su parte, los medios de comunicación coreanos no dieron a conocer lo que estaba ocurriendo en Gwangju debido a la opresión del gobierno, o mencionaban que las “revueltas” eran causadas por revolucionarios comunistas.
La masacre de Gwangju provocó un profundo impacto en la política e historia surcoreana. Se convirtió en un símbolo de la lucha de los ciudadanos en contra de los regímenes autoritarios y su lucha por la democracia.
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