Las historias de HWANGNOIR serán en one-shot y con el genero de terror.
Autora: HWANGNOIR
· HOTEL © kyr
Kim Yerim huyó de la casa, acababa de tener una fuerte discusión con sus padres.
Fue caminando en busca de un hotel, donde podría pasar el día ahí para luego ir a la casa de su amiga, ya que Seungwan estaba en el extranjero y no habría nadie en la casa de ella, camino demasiado, lejos de su casa y encontró un hotel barato. Entró al hotel, pero se sentía extraño, Yeri sentía que estaba en otro dimensión, al otro lado del mundo, pero eso no importa, lo que importa ahora es donde dormir, estaba cansada de tanto caminar.
—Hola, una habitación para mí por favor.
Una señora la miró, su mirada penetraba en la chica.
—Por favor— Tragó saliva, la señora daba miedo en ciertas cosas.
La señora dejó de observar a la chica y abre unos cajones, saca una llave y lo deja en la mesa, Yeri tomó la llave, tenía unos diseño perturbador, de color marrón pero con mancha roja, parecía ser sangre, al quedar observando la señora hace un ruido, la de cabello corto se asusta y luego hace reverencia.
—Gracias.
La señora no es coreana, tampoco tiene rasgos asiáticos, es una gringa.
Toma la llave y la mochila para dirigirse a su nuevo habitación, entra por los pasillos, el hotel lucía como una mansión, pero había un extraño ambiente, le daba escalofríos.
Encontró su habitación, introdujo la llave a la cerradura, al abrir hizo un sonido mudo, entró con cuidado mirando por todos lados la habitación oscura, encendió una luz y aparece una pequeña araña al lado de ella en la muralla, Yeri se echa hacía atrás asustada, agarra su mochila y la golpea contra ella dejando caer mientras que la sangre se quedaba ahí en la pared. Hizo una mueca de asco y se sentó en el living, la habitación es bastante grande, no es solamente un cuarto, tiene hasta biblioteca, una sala vacía, Yerim lo decidió como una sala de ensayo, mantenía sentada en el sofá mientras miraba el resto de la habitación, con las dos manos juntas apoyando el mentón, en eso su celular suena.
—¿Quién llama a esta hora?.
Sacó el móvil, vio que su celular estaba en blanco, no había ningún imagen hacía la pantalla.
—¿Qué?, lo compré hace días y ya viene con esa pantalla así— Tiró de lejos el celular y se acuesta en el sillón mirando hacía atrás —Tengo mala suerte, nada me resulta como quiero.
Pero el celular seguía sonando, se levantó de el sillón para acercarse del celular que se encontraba en el suelo, quedó observando con curiosidad la pantalla cambiaba de color a segundos, eso le llamaba la atención, ¿acaso lo diseñaron así?, la marca de su celular es un iPhone del último que lanzaron, pero aún así le fallaba a pesar de estar nuevo. Agarró el celular y lo dejó sobre la mesa, no quería quebrar ya qué este celular es costoso, no iba a despreciar el dinero que gastó por un celular que ahora mismo le esta fallando, lo dejó sobre la mesa y regresó al sillón, encendió la tv, comenzó a buscar canal por canal, ya que no es de ver la televisión siempre.
La tv estaba funcionando a la perfección, encontró un canal, donde se veía dibujos animados, uno de ellos es Tom&Jerry, el favorito de ella. Pero la serie era muy raro, porqué no se veía apto para niños, entre ellos buscaban la manera de matar a uno, mucho masacre para un niño. Suerte que Yeri no es una niña, apenas tiene 18 años de edad, cambió de canal, y el resto del canal contenía muchas muerte, como normal tratase.
Apagó la tv, estaba quedando traumada de tanto series matando a otros humanos, se fue hacía la habitación para colocarse el pijama, encendió la luz de la habitación, sacó un conjunto de pijama de la mochila y la tiró a la cama, se sentó y comenzó a quitarse la ropa de a poco, cuando estaba por sacar el sujetador, su vista se pone borrosa, se sentía mal, apenas había puesto el short del pijama, y llevaba puesto el sujetador que se iba a quitar, cayó a la cama durmiendo. Como una droga tratase.
—Yeri, Yeri…
La de cabello corto abrió un ojo, veía una silueta.
—Yeri, Yeri…
Seguía la chica tratando de despertar. Cuando pudo lograr despertar bien, se encontró con su mejor amiga.
—¿Sooyoung?— Susurro —¿Qué haces aquí?.
—¿Qué hago aquí?, estas loca Yeri— se ríe —Estabas durmiendo bajo del árbol, ¿que se supone qué haga aquí, pues cuidarte niña— Desordena el cabello.
—Pero, yo estaba durmiendo en una cama grande de color rojo— Sobó su cabeza —¿Cómo es qué llegué aquí?.
-Yericita, estás muy loca, estuviste todo el rato aquí durmiendo, quisiera ser como tú, poder descansar todo el rato.
La castaña se miró así misma, su ropa era diferente, traía un buzo color plomo y holgado, y un sujetador deportivo color negro, algo raro anda ahí, mientras qué su amiga llevaba un vestido corto color negro elegante, como una millonaria fuese, llevaba muchas joyas puestas, su cabello color negro largo y suelto, Sooyoung tenía una mirada diferente al resto del día.
—¿Qué te ha pasado?, tú solías ser tierna.
Sooyoung se reía más del comentario.
—Cada vez que hablas más, me dan ganas de comerte a besos, comer ese cuerpo que me esta llamando ahora mimo.
Llevó una de sus manos paseando el abdomen de la menor, Yeri se estaba sintiendo incómoda, su mejor amiga la estaba abusando ahora mismo, en público, las gentes pasaban, mirando a las dos jóvenes que se encontraban bajo del árbol. Ese no es su mejor amiga, algo le pasaba.
—Joy detente.
Pero la mayor se hacia de oídos sordos, sus ojos pintaban un color carmesí, desde el punto de vista se puede ver claramente que Sooyoung ha perdido el control, se acercó más a ella y la besa, Yeri intenta zafar, pero es imposible, su amiga tenía mucha fuerza y no podía liberarse hasta que la diversión de la pelinegra acabase.
Yeri ahogó un grito, cerró los ojos con fuerza, pidiendo ayuda en silencio, deseando que esta pesadilla se acabara luego.
De repente se estrella contra el suelo, despertó del golpe, al abrir los ojos se da en cuenta que esta de regreso al hotel.
—Entonces, ¿ha sido un sueño?.
Miraba el techo, la cama y suspira al darse en cuenta que ha sido un sueño, se devuelve a la cama y ve que su cuerpo estaba descubierta, le faltaba la remera del pijama, vio que estaba en el suelo, se quitó el sujetador y se colocó la remera, cierra la cortina del balcón, la vista de ahí, el cielo pintaba un color rojo.
—Debo estar loca, estoy relacionando todo con rojo.
Cruzó los brazos yendo hacia a la cama, al sentarse apaga la luz y se acuesta, gira pero siente que hay alguien más, se aparta rápido y enciende la luz.
Pegó un grito.
Era un cadáver, el cadáver de Seungwan, imposible, ella debería estar en el extranjero, no aquí muerta. Se llevo las manos en su boca, este debe ser una pesadilla, esta todo fuera del control, no podía llorar, su cuerpo estaba congelado, no podía moverse, su corazón aceleraba demasiado fuerte, qué está por salirse del cuerpo.
Al no aguantar esto, se desmaya.
Nuevamente se despierta, en la misma cama donde encontró el cadáver de su otra amiga, se levanta, ya es de día, se cambia la ropa rápido, arregla las cosas y se retira del lugar, cerró la puerta de la habitación, tenía mucho miedo, entonces llegó al primer piso, dejó la llave sobre la mesa, y también dejó algo de dinero ahí.
—Adiós.
Se despide huyendo del hotel, con la misma señora que la atendió en la noche.
Yeri por fin regresa a la casa, se va directo a su habitación, agarra el celular que esta en un buen estado y llama a Seungwan.
—Yeri, ¿Qué sucede?— Ese era la voz de su amiga.
—Estas viva.
—¿Porqué dices esto?.
—Wendy, cuando llegues a Seúl, te cuento.
Yeri cortó la llamada, suspiró de alivio porque su amiga estaba bien.
Regresó al living y encontró a sus padres, al verlos lo abraza fuerte.
—Lo siento.
Soltó en llantos.
—Esta bien, nunca más.
La madre acarició la cabeza de la hija, abrazándola fuerte -Nos teníamos preocupados por tí, hasta tus hermanas se asustaron-
—Sooyoung viene a verte— Dijo el padre abriendo la puerta.
Yeri giró, y ahí estaba la preciosa Joy, con el cabello negro en coleta, una remera de flores junto una falda negra, su vestimenta no era nada igual a la Joy que soñó, Yeri sonríe al ver que había regresado a Sooyoung.
—Me voy.
Yeri se fue junto a Joy hacía la puerta para luego irse.
—Al fin aprendió— Dijo su madre sonriendo.
—Le hizo bien las alucinaciones— Siguió su padre.
Fin.
Autora: HWANGNOIR
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