Fanfic: HUNTERS (Stray Kids e ITZY) Capítulo 3

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Fanfic: HUNTERS (Stray Kids e ITZY) Capítulo 3

Autora YASSGY0MIE Capítulo 3 BANG CHAN POV La luz entraba por la ventana de la habitación, un rayo de sol daba directo […]

Fanfic: HUNTERS (Stray Kids e ITZY) Prologo

Autora YASSGY0MIE

Capítulo 3

BANG CHAN POV

La luz entraba por la ventana de la habitación, un rayo de sol daba directo en el tatuaje que recorría mi brazo hasta la punta de mis dedos hasta el pecho, estaba solo en la cama, las sábanas estaban revueltas y apenas me tapaban un poco la cintura, oía sus voces fuera de la habitación y me removí un rato en el colchón antes de levantarme.

Me puse la ropa del día anterior y salí de la habitación de Rosé hacia la cocina, abrí la nevera y saqué una bolsa de sangre, siempre tenían ahí alguna reserva, pero era sangre normal y yo no bebía de eso.

-Buenos días – dije acercándome a ellas, que estaban sentadas en el suelo alrededor de una enorme piedra negra con grietas rosas.

Esa era la piedra de BlackPink y yo no sé que tenía esa piedra, pero les decía cosas o algo así.

-Jennie – le acerqué la bolsa de sangre y ella la tocó, transformándola para que me la pudiese beber – gracias – me senté en un sillón a bebérmela y a observarlas.

Todas tenían una mano sobre la piedra y los ojos cerrados, hablaban en latín y recitaban todas lo mismo, al mismo tiempo, a mi al principio me daba un poco de mal rollo, pero dos mil años más tarde ya no era nada, lo típico, hablarle a las piedras.

-La piedra lunar – Lisa apartó la mano la primera y abrió los ojos para mirar a las demás.

Yo me saqué la cañita con la que bebía de la boca y las miré.

-¿Qué pasa? – les pregunté frunciendo el ceño.

-Está en posesión de alguien – dijo JiSoo tocando su mano – alguien la ha encontrado.

-¿JungKook? – pregunté yo.

-No, es un mundano – me aseguró Jennie – ¿Cómo ha llegado la piedra lunar en manos de un mundano?

-Tenéis que encontrarla – me dijo Rosé mirándome desde el suelo.

Yo asentí con la cabeza levemente, podía ser que le hablasen a las piedras, pero lo que sacaban de esa piedra, era cien por cien real, nunca fallaban, las brujas siempre tenían razón en todo.

-Miss Universo al habla – en mi cabeza sonó la voz de HyunJin, que intentaba comunicarse conmigo telepáticamente, para él siempre fue mi fácil conectar con las mentes y dejar que accediesen a la suya y eso era de lo más complicado para los vampiros, ambas cosas – que la loca del arco te ha ido a ver a la cafetería.

Yo sonreí para mis adentros, YeJi había ido a la cafetería a verme, sabía que le había dado una buena impresión.

-Me voy – me levanté del sillón y tiré la bolsa a la basura – averiguaré lo de la piedra y seguiré buscando a JungKook – dije agachándome a darle un casto beso a Rosé en los labios para despedirme – que os vaya bien.

Caminé hacia la salida con la chaqueta colgada de un hombro y me quedé frente a la puerta.

-Rosé, la puerta – le grité, era como una niña pequeña.

Ella me la abrió y yo corrí hacia la cafetería, en menos de tres segundos estuve allí, como cada mañana estaba llena de estudiantes que tomaban algo antes de entrar a las clases. Busqué con mi mirada a YeJi, pero encontré antes a HyunJin, Han, Felix y Lee Know alrededor de una mesa y charlando los cuatro.

-Ha pedido un café solo y una magdalena de chocolate – me dijo Lee Know cuando me acerqué a ellos, me la señaló con la mirada y la observé sentada en una mesa apartada, leyendo un enorme libro viejo con atención – de nada, suerte.

-Gracias – le revolví el pelo castaño y él sonrió.

-Por cierto, me falta el café, camarero – me gritó HyunJin de lejos y yo le enseñé mi dedo del medio, ni siquiera le gustaba el café.

Me colé en la cocina y antes de que el personal me pudiese decir algo, agarré a una chica por la nuca y la obligué a mirarme a los ojos.

-Diles que soy nuevo, prepara un café solo y una magdalena de chocolate – le dije y ella asintió.

Saludé con la mano a los otros tres camareros y esperé a que la chica me preparase lo que pedí, desde la cocina miré a YeJi, podía sentir su aroma y su sangre desde ahí. Ese día estaba más guapa que cuando la vi hacía dos, se había dejado el pelo suelto y liso caer en cascada por sus hombros, los tejanos se ajustaban bien a sus piernas y su cintura, igual que su camiseta blanca.

Cuando la chica me dio el café y un plato con la magdalena, yo salí de la cocina y caminé hacia la mesa donde estaba YeJi.

-¿Han pasado dos días y ya vienes a verme? – le pregunté dejándolo todo en la mesa y llamando su atención.

-Todo el mundo habla de esta cafetería en el instituto – dijo ella cruzando sus brazos sobre la mesa.

-Claro, es la única del pueblo – dije yo cogiendo una silla de la mesa de al lado y sentándome con ella con el respaldo entre mis piernas – ¿Qué lees? – le pregunté mirando las páginas por las que tenía abierto el libro y me sorprendí al ver que justo lo tenía por la de la piedra lunar, ese no era cualquier libro – ¿sobre piedras? ¿piensas estudiar arqueología o algo así?

-No – dijo ella sonriendo y desenvolviendo la magdalena con cautela – es un viejo libro de familia – me explicó cortando un trozo de pasta con sus dedos y metiéndoselo en la boca.

-¿Puedo? – le pregunté cogiendo el libro y girándolo un poco para poder leerlo.

Ella asintió y fingí leer lo que ponía.

-¿Es un libro de cosas sobrenaturales? – le pregunté devolviéndoselo – está escrito a mano.

-Sí, mi padre creía en estas cosas.

-¿Y tú?

-No lo sé – encogió los hombros – ¿debería?

-Depende – entrelacé las manos en la mesa – ¿has visto algo alguna vez?

-No – negó con la cabeza y sonreí, que mentirosa – ¿y tú?

-A ver – volví a coger el libro para hojearlo y mirar los dibujos que habían, todo el libro olía a los cazadores de hacía años, ellos se habían encargado de escribirlo con sus experiencias personales, con lo que vieron, lo que vivieron, además, no estaba acabado del todo, habían hojas en blanco – no, creo que nunca he visto a un ser así – dije riendo y señalando un dibujo de la transición de hombre a lobo – pero si quieres nos dedicamos una noche a buscarlos por el bosque, cojo una cruz y la Biblia por si acaso aparece un vampiro y nos vamos – le propuse, bromeando sobre el viejo dicho que todo símbolo cristiano ahuyentaba a los vampiros.

-¿Una excursión nocturna? – me preguntó ella sosteniendo la taza con sus manos y mirándome sonriente – es una propuesta tentadora – asintió con la cabeza.

-¿La estás tomando? – le pregunté sonriendo y robándole un trozo de magdalena.

-La tomo – dijo ella enseñándome su puño y yo se lo choqué con el mío.

Después me distraje con ella y el libro, mirándolo entre los dos, ella fingía ser la primera vez que lo leía y yo fingía no tener ni idea de lo que me hablaba, lo que sí me quedó claro era que sabía más de esa piedra lunar de lo que debería y de lo que querríamos todos.

YUNA POV

Las clases no eran del todo aburridas, podrían serlo más, pero había algunos alumnos que las hacían más amenas, sobretodo el grupo aquel de cuatro que siempre iban juntos, uno de ellos se sentaba a mi lado, Felix, el chico de pelo naranja y voz grave.

Teníamos dos descansos al día, de veinte minutos cada uno, y, como habíamos hecho desde siempre, los pasábamos juntos, sentados en un banco mientras charlábamos animadamente.

-¿Creéis que si les pido tabaco me lo darán? – preguntó mi hermano BeomGyu sentado a mi lado en el banco y mirando al grupo de cuatro a unos metros de nosotros.

Ocupaban las escaleras de entrada, se pasaban unas gafas de sol entre ellos y reían cada vez que uno se las probaba, eran como críos, pero entretenía verlos.

-Sí, son simpáticos – dijo mi novio pasando la mano por mi cintura y yo me acomodé bien sentada en sus piernas.

-Sí, compartís la misma neurona – sonrió RyuJin sentada en el respaldo, detrás de HueningKai.

Los miramos todos para llamar su atención y enseguida se percataron de nuestros ojos puestos en ellos, BeomGyu le hizo un gesto con la mano y fue HyunJin quién se levantó y vino con nosotros.

-¿Me solicitabais? – preguntó él poniéndose las gafas de sol en la cabeza.

-¿Tienes tabaco? – le preguntó mi hermano.

-Claro que tengo, yo tengo todo lo que me pidáis – bromeó él metiéndose la mano en el bolsillo y sacando un paquete de tabaco – ¿Cuánto queréis? Hoy estoy generoso – abrió la cajetilla y nos la acercó – ¿un cigarro? ¿dos? ¿mechero? ¿condones? – se lo sacó todo del bolsillo y reímos un poco.

Mientras aguantaba la cajetilla yo observé su mano, llevaba el mismo anillo que Felix, siempre se lo miraba en clase cuando dejaba reposar la mano sobre el pupitre, y lo extraño no era que lo llevasen todos ellos, era que había gravado algo que nunca lograba descifrar.

-¿Ya está? ¿No queréis nada más? – preguntó HyunJin enseñándome el tabaco y negué con la cabeza – ¿probaros las gafas de sol? – se las quitó de la cabeza y se las puso a RyuJin – estás guapísima, princesa – bromeó subiéndoselas a la cabeza y echándole el pelo rosa hacia detrás – toma, condones – le dejó un envoltorio sobre las piernas y ella rió – nada de bebés – dijo señalando a mi hermano y RyuJin para advertirlos.

-Lo tenemos controlado – le aseguró RyuJin – gracias – se tocó las gafas mientras le sonreía a HyunJin.

-Te las regalo, son demasiado caras y se merecen a un monumento como tú – le guiñó el ojo y yo reí abrazando a HueningKai con un brazo.

No sé que pasaba entre esos dos, pero algo estaba claro, ya le había tirando la caña tres veces en diez segundos y eso a mi hermano no le hacía ni puta gracia.

-Tío, que es mi novia – le dijo mi hermano mirándolo desde abajo.

-¿Y qué? ¿No puede tener dos novios? – preguntó HyunJin señalando a RyuJin y los míos rieron un poco – me voy a ir – rió HyunJin dándole un par de palmaditas en la mejilla a mi hermano antes de irse.

-Te acaban de vacilar un poquito, hermano – le dijo HueningKai con el cigarro encendido entre los labios.

-Ya no me cae tan bien – BeomGyu ladeó la cabeza mientras se prendía el cigarro.

-No tienes de que preocuparte – le dijo RyuJin revolviéndole el pelo.

-¿Os habéis fijado en los anillos? – pregunté yo cambiando de tema drásticamente – HyunJin y Felix tienen el mismo anillo.

-Y Han, pero no sé, no es nada raro, ¿no? – ChaerYeong frunció el ceño.

-No – murmuré negando con la cabeza.

No quería darle más vueltas, si ellos no le daban importancia no me quería emparanoiar yo, tal vez lo veía todo sospechoso y tenía que relajarme un poco, como los demás, no dejar de sospechar en todo lo que veía.

Cuando sonó el timbre para que volviésemos a entrar, nos encaminamos hacia los pasillos para ir a nuestras clases y yo paré antes de entrar.

-Voy al baño, ahora vuelvo – le dije a HueningKai para que entrase él.

-No te pierdas, yo ya me he perdido tres o cuatro veces – me dijo agachando la cabeza para darme un suave beso en los labios.

-Ya, pero yo no soy imbécil – sonreí acariciando su mandíbula con mis pulgares – ¿sigue en pie lo de ir a cenar juntos esta noche?

-Pues eso espero porque ellos iban a hacer pizzas para cenar – sonrió – pero tú y yo nos vamos fuera.

Yo volví a besar sus labios, esos que me volvían loca desde el primer día y aún seguían haciéndolo.

-Iros a un motel – bromeó Felix empujando la cabeza de HueningKai hacia un lado y apartándolo de mí.

Ambos sonrieron y Felix entró en la clase sin decir nada más.

-Ahora vuelvo – le dije separándome del todo para atravesar de nuevo el pasillo.

No iba a perderme, a diferencia de mi novio, yo sí que sabía dónde estaban los baños, así que caminé hacia allí con seguridad, pero al pasar por los vestuarios, sentí la mirada de alguien puesta en mi y una mala vibra me recorrió por completo, me giré de golpe para ver quién era, pero estaba sola en el pasillo.

Miré todo a mi alrededor, completamente sola, nadie me miraba, aunque seguía teniendo esa sensación de ser observada.

Cuando oí un ruido en el vestuario de chicas miré hacia allí, venía de dentro, así que con seguridad entré y me quedé en la puerta buscando a alguien.

-¿Quién hay? – pregunté dando un paso al frente.

-Shin YuNa, ¿verdad? – preguntó una voz masculina escondida entre las diez filas de taquillas azules.

-Esa misma – contesté caminando lentamente – ¿quién eres?

-Tú una cazadora – dijo arañando las taquillas y yo me asomé dónde había sonado aquello, pero no había nada, solo un arañado en las taquillas, largo y profundo, propio de un hombre loco – ¿hija de quién?

-¿Y eso que importa? – pregunté yo sacándome las dos navajas de las botas negras.

-He hecho una pregunta que quiero que contestes – dijo justo detrás de mí, pero cuando me giré no había nadie.

-BaekHyun, Byun BaekHyun – dije yo cogiendo bien las navajas – ¿qué quieres?

-Tienes algo que me pertenece – habló desde otro sitio totalmente distinto y yo caminé hacia allí – todos vosotros tenéis algo que me pertenece.

-Ah, ¿sí? ¿El qué? – pregunté yo para que me siguiese hablando y así encontrarlo.

-La piedra lunar – contestó de nuevo desde un lugar distinto.

-¿Era tuya?

-No, pero la robasteis antes que yo y la necesito.

-¿Para qué?

-Cosas de vampiros, no lo entenderías, hay sangre, violencia, magia, lunas, brujas y lobos de por medio – rió – no apto para mundanos – volvió a arañar las taquillas, no podía ser un vampiro, los vampiros no tenían garras – necesito que me invites a entrar en tu casa.

-¿Perdón? – pregunté yo sonriendo con ironía.

-Son palabras simples, tienes que decir: JungKook, te dejo pasar – dijo él con simpleza – solo así podré entrar en tu casa y quitaros la piedra lunar.

Yo sonreí de nuevo, los vampiros no podían entrar en casas ajenas si no los invitaban a pasar, así que, si no podía pasar en mi casa y arañaba las taquillas, debía estar con el maldito híbrido en los vestuarios del instituto.

-¿Por qué no dejas que te vea? – le pregunté yo quedándome quieta entre tanta taquilla.

-Estoy detrás de ti – me dijo él.

Me giré y efectivamente estaba ahí, era el mismo híbrido que nos acechó en casa, el mismo que ni se inmutó cuando le clavamos flechas de plata y madera en el corazón.

-Eres más guapo de cerca – le dije yo sonriendo con prepotencia.

-Me lo dicen mucho – sonrió ampliamente – déjame entrar en tu casa, YuNa.

-¿O qué? – alcé el mentón, retándolo.

-O tendré que mataros a todos y así podré entrar – dijo él remangándose la chaqueta de cuero negra – te estoy dando la buena opción, no me cabrees, bonita – dijo él dejando caer sus brazos a ambos lados de su cuerpo.

-Pues vas a tener que matarnos, y aquí tienes a la primera – dije echándome a correr hacia él con los cuchillos en las manos.

Él sonrió y me esperó, yo me impulsé con un banco para saltar y atacarlo desde arriba, cuando clavé el cuchillo de plata e impregnado en verbena en su clavícula, él lo único que hizo fue tirarme contra las taquillas de un manotazo en el costado.

Mi cuerpo impacto sobre las taquillas y cayó al suelo, lo miré desde allí, como se quitaba la navaja de la clavícula como si no le hubiese hecho ni el menor daño y me la devolvió tirándomela por el suelo.

-Es inútil que lo intentes – me dijo cuando me puse de pie de nuevo – puede que mates vampiros y hombres lobo, pero híbridos jamás, somos inmortales – rió caminando hacia mí y me giré para darle una patada en la cara, que tampoco hizo demasiado.

-¿Hay más como tú? – le pregunté retrocediendo unos pasos, era buena luchando pero no era imbécil, no tenía nada que hacer contra él, no sabía como acabar con los híbridos.

-Yo no soy ningún chivato, YuNa – dijo tirando un banco contra la pared a su paso – solo vengo a que digas cuatro palabras.

-Nunca – dije tratando de ir contra él y no quedar como una cobarde.

Él se defendió a la perfección y acabó aplastándome un pómulo contra las taquillas, aguantándome con su mano en mi cabeza y acercando sus labios a mi oído.

-Puedo acabar contigo, aquí y ahora – dijo sacando sus garras para que las notase en mi cabeza – te estoy dando la mayor oportunidad de tu vida.

-Vete a la mierda, JungKook – dije yo clavándole el cuchillo en el costado un par de veces.

Él, como respuesta, me lanzó contra las baldosas de la pared de las duchas, a su paso, arañando toda mi espalda con sus enormes garras, caí al suelo y me retorcí de dolor, me dolía todo el cuerpo por el golpe, pero mucho más dolían lo profundo que habían llegado las garras.

-Bonita – se agachó a mi lado y me cogió del pelo para obligarme a mirarlo – ¿sabes quién es la primera persona a la que voy a matar? A tu hermano, BeomGyu, ¿no? – me preguntó sonriente y yo solo le escupí en la cara, por lo que sonrió – ¿y después? Al hijo de ChanYeol, que se llamaba… – chasqueó los dedos y pensó el nombre unos segundos – ¿HueningKai? Sí, creo que era así – rió un poco.

Yo intenté deshacerme de su agarre y aunque no pude, la puerta del vestuario se abrió de golpe y JungKook me miró con los ojos rojos, su iris se había vuelto de ese color, seguramente estaba apunto de transformarse, pero alguien lo paró.

El moreno me dejó y desapareció al instante dejándome sola y tirada en las duchas.

-¿YuNa? – preguntó Felix asomando la cabeza en las duchas – ¿Qué ha pasado? He oído golpes.

-Nada, vete a clase – dije levantándome como podía, pero me había dejado reventada.

-YuNa – me cogió por la espalda para ayudarme a mantenerme en pie y cuando tocó mis heridas se miró las manos llenas de sangre – ¿quién te ha hecho esto? – preguntó mirando a su alrededor – siéntate aquí – puso bien el banco que JungKook había tirado y me ayudó a sentarme.

-¿Son muy profundas? – le pregunté quitándome la camiseta y él las miró bien.

-Sí – asintió con la cabeza.

-Mi móvil – dije tocándome los bolsillos – ¿puedes ayudarme a buscarlo?

-Toma, llama a quién necesites, lo busco yo – me dejó su teléfono y se lo agradecí con una media sonrisa.

Yo lo desbloqueé y miré de reojo como buscaba mi móvil, no parecía nervioso para haber visto tanta sangre y tener las manos llenas, no tenía por qué sospechar de él.

Marqué el número de mi hermano, que era el único que me sabía de memoria, y esperé a que me lo cogiese, aunque estuviese en clase.

-¿Quién es? – me preguntó en un susurro al coger la llamada.

-Soy YuNa – dije – ven a los vestuarios, he estado con el híbrido – dije flojo, para que no me oyese Felix.

Él colgó el teléfono y Felix vino con el mío.

-Gracias – dije intercambiando nuestros móviles.

-De nada, ¿qué ha pasado, YuNa? ¿Cómo te has hecho esas heridas? – me preguntó preocupado y sin entender nada.

-Eso no importa – dije negando con la cabeza – gracias por venir.

-¿Había alguien contigo? – me preguntó poniéndose a mi espalda para mirar los cuatro arañazos de las garras de JungKook – está muy desgarrado, deberías ir al hospital.

-Sí, sí, supongo que ahora iré – dije echándome el pelo despeinado hacia detrás.

La puerta se volvió a abrir de golpe y apareció mi hermano con HueningKai y YeJi.

-¿Qué coño ha pasado? – preguntó BeomGyu mirándome la espalda y después a Felix.

-Yo no he hecho nada – él alzó sus manos llenas de sangre como muestra de inocencia.

-Pírate de aquí – le dijo HueningKai señalándole la puerta.

-HueningKai – lo advertí yo en un tono severo.

Siempre hacía lo mismo, le ponía de los nervios verme con cualquier chico que no fueran los demás.

-Relájate, si te la quisiese quitar, ya lo habría hecho – le aseguró Felix caminando hacia los grifos para lavarse las manos.

HueningKai le hizo burla por la espalda, aunque Felix lo vio y rió con ironía, después me guiñó el ojo sonriente a través del espejo y se marchó.

-¿El híbrido? – me preguntó YeJi cuando estuvimos solos.

-Se llama JungKook, es el mismo que vino a casa – les dije.

Les expliqué lo que había pasado mientras mi hermano intentaba cortar la hemorragia y después me pasaba su chaqueta por encima. Cuando acabé y ellos se debatían entre llevarme al hospital o curarme ellos en casa, yo cogí mi teléfono y al desbloquearlo, la primera pantalla que me salió, fue el nombre de Felix con su número de teléfono.

LEE KNOW POV

Ya podía entrar en la casa de los cazadores siempre que quisiese, Lia me había invitado a entrar. Cuando Chan nos dijo que la piedra lunar la debían tener ellos, prometimos hacer todo lo posible por entrar en su casa y me había tirado todo el día detrás de Lia para que me ayudase en un trabajo de clase, cuando por fin lo conseguí, me invitó a ir por la tarde a su casa.

-¿Tengo que crear una página web? – le pregunté con el portátil sobre mis piernas y cogiendo una galleta del plato que había traído hacía un rato – pero, ¿qué tipo de trabajo es este?

-Estarás todo el curso haciéndolo, tendrás que ir actualizando la página web – me explicó ella sonriente y mirando la pantalla de su ordenador.

-Vale – dije de un suspiro – Lia, ¿cómo se hace eso?

-¿Enserio? – rió – ni aparcar motos ni páginas web – se acercó a mí y le dio la vuelta al ordenador que estaba sobre mis piernas para poder mirarlo – eres la definición de inútil – bromeó.

-Sé aparcar motos – le aseguré mirando como se acomodaba con las piernas en forma de cruz.

-Sí, hoy casi me vuelves a atropellar – dijo ella sin perder la sonrisa, la tenía bonita, le hacía unos mofletes adorables.

-Es que te pones dónde va mi moto – me justifiqué – échate un poco para al lado y no estaré apunto de atropellarte cada mañana – dije – a no ser que te guste que te de los buenos días – bromeé agarrando su moflete y apretándolo con gracia.

-Para – rió ella agarrándome la mano y riendo – sí, es mi nuevo hobby que me atropelles por las mañanas – bromeó soltando mi mano y dejándola caer en su pierna.

-Sabía que te gustaba – dije chasqueando la lengua y apoyando la cabeza en la pared, ella rodó los ojos – seguro que a ninguno de tus amigos le dan los buenos días así, eres toda una privilegiada, Lia.

Ella suspiró y decidió callarse, pero oí su corazón latir algo más fuerte, se había puesto nerviosa.

No me había querido acercar mucho a ella, aún tenía el olor de su sangre muy reciente y si volvía a olerla demasiado cerca, no podría controlarme, ya me conocía.

-¿Puedo ir al baño, Lia? – le pregunté mientras ella me creaba la página web, que en realidad sabía hacerlo yo, pero necesitaba distraerla.

-Sí, arriba – me dijo ella quitándome el ordenador de las piernas y poniéndolo sobre las suyas.

Yo me levanté de la cama y salí de su habitación, pero no al baño, tenía que buscar la piedra, en la casa solo estaban RyuJin y BeomGyu y estaban juntos, así que esperaba que no quisiesen salir de la habitación.

Me recorrí la casa rápidamente hasta acabar frente a una puerta cerrada, ya había pasado por todas las habitaciones y baños así que supuse que debía estar ahí.

Abrí la puerta con cuidado y me encontré en una habitación llena de armas para matar a vampiros, lobos y todo lo que fuese sobrenatural. Al final de la habitación había una pequeña vitrina de cristal e iluminada, dentro, la piedra violeta que buscaba.

No la podía robar, porque sería demasiado obvio que había sido yo, pero me acerqué a la vitrina y cuando quise tocar el cristal, un calambre recorrió desde la punta de mis dedos hasta la de los pies.

-Brujas – susurré echándome hacia atrás y sobándome la mano.

Salí de la habitación, misión cumplida, pero sería más difícil de lo que creíamos recuperarla, esa vitrina estaba bajo el hechizo de alguna bruja y tenía pinta de ser una bruja poderosa, alguna como Jennie.

Volví a la habitación sin que nadie me viese ni que ella sospechase y miré la hora.

-Me tendría que ir yendo, se está haciendo de noche – dije gateando en la cama para llegar a su lado.

-Mira, ya te la he hecho – dijo ella enseñándome la pantalla, se había encargado de todo, como un blog personal, hasta había puesto una foto mía sonriendo, en su cama y con una galleta en la mano.

-¿Me has hecho una foto sin que me enterase? – le pregunté girando la cabeza para mirarla y ella encogió los hombros, su corazón volvió a acelerarse – ¿tú sabes que eso es denunciable? – le pregunté serio.

-Venga, no seas exagerado – me empujó y caí de lado en el colchón – que te tienes que ir.

-Te voy a dejar pasar lo de la foto – bromeé poniéndome en pie – solo porque me has ayudado con el trabajo.

-Soy la mejor, lo sé – dijo ella riendo y poniéndose también en pie.

Me acompañó a la puerta y cogí la moto para irme, me había gustado pasar la tarde con Lia, me agradaba su compañía, si no fuese porque me la quería comer habría estado muy tranquilo con ella, pero esperaba que se me pasase ese antojo de Lia, porque repetiría una tarde así.

Cuando llegué a la mansión ya había oscurecido del todo y al entrar aún no habían llegado todos, Chan no estaba así que no podía explicarle lo de la piedra.

Me acerqué a la nevera y cogí una bolsa de sangre, caminé hacia mi habitación y cuando pasé por la de HyunJin, lo vi en su escritorio escribiendo.

-¿Escribes sobre ella? – le pregunté entrando y sentándome en su mesa, al lado de los veinte viejos libros llenos de palabras escritas por él, siempre escribía su vida, tenía unos quinientos años así que tenía mucho por escribir.

-¿Sobre quién? – preguntó él cerrando el cuaderno.

-Sobre RyuJin – dije yo sonriente – ¿crees que no me acordaría o me daría cuenta?

Él alzó la vista para mirarme, él y yo estábamos juntos hacía setenta años, con Chan, me acordaba de esa chica, recordaba como se enamoró de ella y como murió en sus brazos.

-Deja de esconderme que es la réplica – le dije riendo y él se tiró el flequillo hacia detrás – ya te vale, primero enfermera de guerra, luego bruja, mujer lobo y ahora cazadora.

Él alzó las cejas, era la cuarta vez en sus quinientos años de vida que aparecía la réplica, era algo así como las parejas destinadas de los lobos pero para los vampiros, solo que no era recíproco y no todos los vampiros teníamos una. Las réplicas eran exactamente iguales de aspecto y, en este caso, siempre que apareciese una réplica de RyuJin, HyunJin estaba condenado a enamorarse de ella, aunque ella no lo hiciese de él.

Pero las réplicas no sabían que lo eran, RyuJin no sabía que tiene dobles en el pasado, aunque ya estaban muertas, y lo peor, las réplicas no podían convertirse en nada, morían como nacían, así que, si en algún momento HyunJin y RyuJin saliesen juntos, él tendría que verla envejecer y morir, eso si no moría antes

-El problema no es que sea cazadora, Lee Know – se levantó de la silla – el problema es que eso me gusta mucho, y eso que quiere matarme – se dejó caer en la cama boca arriba.

-Osea, que te pone – resumí yo y él levantó la cabeza para mirarme.

-Más o menos – dijo él sonriendo e hizo una pausa – dime que no te has comido a Lia.

-No me he comido a Lia – le aseguré tumbándome a su lado y pasándole la bolsa de sangre para compartirla con él.

Continuara…

Autora YASSGY0MIE

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