Autora YASSGY0MIE
Capítulo 10
HAN POV
Ya llevábamos veinte minutos de clase cuando HyunJin entró sin ningún pudor de llegar tarde y se sentó al lado de YeonJun.
-Ganándose al cuñado, como siempre – bromeó ChaerYeong a mi lado y mascando chicle.
-Claro, él que tiene cuñado tiene que aprovechar – dije yo encogiendo los hombros – no tendrás un hermano perdido por ahí, ¿no? – le pregunté sonriente.
-No – apretó los labios – lo siento, crack – rió un poco y suspiré.
-¿Y dónde está mi bro? – preguntó HyunJin en alto, cortando la clase y mirando el asiento libre de Lee Know – ¿no ha venido y yo sí? Pero, ¿Esto que es? Me parece un insulto.
-Ha ido al baño, por favor, cállate – el profesor ya le suplicaba, no sabía qué hacer con él, no traía ni libros a clase.
-Ah, sí, perdón, ya me callo – se disculpó HyunJin agachando su cabeza para liarse los cigarros con YeonJun a escondidas.
Yo sonreí un poco, no tenía remedio, pero nunca nos aburríamos con él.
El sitio de Lee Know llevaba vacío un buen rato, había ido al baño, pero la verdad es que estaba tardando.
-¿Cuánto les das? – me preguntó ChaerYeong distraída y mirando a RyuJin girarse para hablar con HyunJin.
-¿A esos dos? Una semana – dije con seguridad – hasta aquí noto la tensión – reí – y solo faltaríamos tú y yo.
-Y Lia – dijo ella señalándola.
-No, se enrollaron ayer – le dije yo y ella abrió la boca sorprendida.
-No nos dijo nada – dijo indignada.
-Pues ya lo sabes – me apoyé en el respaldo y la miré sonriente.
-¿Y se sabe algo más de JaeMin, Felix y YuNa? – me preguntó por puro chafardeo, nos pasábamos las clases así.
-No, aún no, Felix no me ha contado mucho – le mentí, porque no le iba a decir que JaeMin era un hombre lobo y YuNa y Felix sus parejas destinadas – ¿Chan y YeJi?
-Han quedado esta noche para salir a cenar otra vez – dijo ella subiendo sus piernas sobre las mías para acomodarse – está bien encaminada esta relación así que espero que le dejéis el piso a Chan, que mi amiga tiene que acostarse con él – me dijo dándome un par de golpecitos en el hombro.
Yo reí un poco y miré a YeJi desde lejos de reojo, hablaba con BeomGyu en una esquina y reían juntos, también sabía eso de que salían a cenar juntos.
Me distraje hablando con ChaerYeong mientras le acariciaba las piernas debajo de la mesa, me distraía mucho con ella, adoraba oírla hablar, fuese de lo que fuese, y sus ojos brillar cuando me contaba cosas que le gustaban, esos que transmitían toda la ilusión que le daban.
La hora pasó volando y no me di cuenta de que Lee Know no había vuelto hasta que el profesor no preguntó por él.
-¿Lo leerás? – me preguntó ChaerYeong mientras recogíamos las cosas – el libro.
-Si me lo dejas sí – le dije sonriendo, me había estado hablando del mismo libro diez minutos y esos diez minutos todos con la misma ilusión, era su libro favorito, no la culpaba – aunque mejor me lo lees tú.
-Ni que no supieses leer… – rodó los ojos con gracia.
-Pero prefiero que me lo leas tú – dije encogiendo los hombros y mirándola sonriente.
-Trato hecho – me tendió su mano y se la estreché con fuerza – tú dices día y hora.
-Tú la decides, que eres la que tiene el libro – me acerqué a besar su frente – me voy, tengo prisa.
-Vale – sonrió despidiéndose de mí y yo salí de clase con Felix y HyunJin.
-¿Dónde mierdas está Lee Know? – preguntó Felix mirando su teléfono mientras caminábamos por los pasillos.
Yo hice lo mismo, esperando algún mensaje suyo de que se había ido o cualquier cosa, pero no había nada, almenos no suyo, pero sí de Chan, aunque antes de que pudiese leerlo, JaeMin apareció saliendo del cuarto de limpieza y poniendo la mano en el pecho de Felix para que nos quedásemos quietos.
-¿Y tú qué haces aquí? – le preguntó Felix frunciendo el ceño.
-Daros la vuelta, Lee Know no está en esta dirección – dijo él cogiendo sus hombros y girándolo – Chan dice que algo va mal, lo está buscando por fuera del instituto, Jeno no podía venir y me ha mandado a mí, porque, obviamente, soy el mejor.
-¿Y que va mal? – preguntó HyunJin preocupado por su mejor amigo.
-Tengo su sangre metida por todo el cuerpo, huele muchísimo – dijo olisqueando el ambiente – arriba – miró al techo unos segundos – hola, mi amor – saludó a YuNa guiñándole el ojo y esta dejó una suave caricia en su brazo para seguir caminando con SooBin hacia la siguiente clase – solo me ha acariciado el brazo, no me puedo poner cachondo por eso – dijo él flojito.
-Tranquilo, hermano, te entiendo, a mi en clase RyuJin me ha tocado las manos para darme el cigarro y casi que tengo que salir al baño un momento – exageró HyunJin subiendo las escaleras el primero.
Yo no dije nada, pero a mi también me pasaba con ChaerYeong, no tan exagerado, pero me pasaba.
Subimos todas las escaleras hasta la segunda planta y JaeMin dijo que debíamos subir otra más, a la azotea, donde estaba esa gran terraza llena de plantas y flores.
-Está ahí – dije corriendo hacia su cuerpo tendido en el suelo, con la cabeza apoyada en la pared y con una mueca de dolor en su rostro.
-Lee Know – nos acercamos los cuatro corriendo y nos agachamos a su alrededor – ¿qué ha pasado? – le pregunté poniendo mi mano detrás de su cabeza para aguantársela bien.
-Puede que JungKook siga aquí – dijo él gruñendo de dolor y con la mano en su costado.
-¿Has estado con él? – le preguntó HyunJin levantándole poco a poco la camiseta – mierda – susurró al ver el mordisco y yo aparté la vista hacia a un lado.
Chan apareció de la nada y lo miró con miedo, JungKook lo había mordido e inyectado veneno de hombre lobo en su cuerpo, el cual era mortal para los vampiros como nosotros.
-Tenéis que sacarme de aquí – dijo Lee Know temblando y agarrándose con fuerza a la mano de Felix.
-Iré a avisar a Jeno – dijo JaeMin poniéndose en pie y mirando a Chan – y a BlackPink, tienen que poder hacer algo.
Chan solo asintió con la cabeza, Lee Know era de su creación y estaba apunto de morir delante de nuestras narices.
-Vamos a llevarlo a la mansión – dijo él agachándose para cogerlo en brazos y ponerse en pie de nuevo.
Desapareció con él y nosotros tres nos quedamos ahí parados, mirándonos los unos a los otros sabiendo que el destino de Lee Know estaba escrito después del mordisco de JungKook.
YEJI POV
Todos los chicos se habían ido a casa de JaeMin a cenar y pasar la noche, así que al final Chan y yo nos quedamos en su apartamento, al principio lo noté algo desanimado, me dijo que no había tenido un buen día, pero que se le pasaría.
Yo estuve intentando animarlo durante la cena y parece ser que lo conseguí porque acabamos los dos riendo y comiendo el postre en su cama, aprovechamos que tenían fresas en la nevera y chocolate caliente para calentar en el microondas para preparar un buen postre.
-Te has reído – me dijo señalando la sonrisa que me salía aún con la boca llena de fresas y chocolate, pero había sido inevitable perder ese juego después de verlo con los mofletes hinchados de fruta, era adorable para todo lo que imponía normalmente – te toca quitártela – me señaló la camiseta.
Yo le hice un gesto con la mano para que se esperase, primero tenía que tragar y después ya me la quitaría, él había perdido la partida anterior así que su camiseta también había desaparecido, yo adoraba ese tatuaje que le cubría toda la espalda y el brazo izquierdo hasta la punta de los dedos.
Aproveché que él estaba distraído y me deshice del jersey blanco que llevaba, quedándome solo con los tejanos negros y el sujetador, él miró mi cuerpo y deparó en mis tatuajes, en toda la espalda una enorme mandala, entre los dos pechos una serpiente enrollada en si misma, bajo el ombligo dos flores, el tallo de ambas se cruzaba justo bajo ese mismo ombligo, además había tatuajes por todos mis dos brazos.
-Pásamelo que me toca – Chan me señaló la taza de chocolate que había en la mesita y yo se la acerqué.
-Dame – le robé la cuchara, me puse de rodillas más cerca de él, que levantó la cabeza con la boca abierta para que el fino hilo de chocolate que caía desde la cuchara que yo sostenía en lo alto, cayese dentro.
-YeJi, cariño, la boca está más para abajo – rió él moviendo su cabeza para que no le manchase el resto de la cara.
-Lo siento – reí dejando la cuchara en la taza – deja que lo arregle – dije sentándome en sus piernas a horcajadas y agarrándole la cara con mis manos – ¿a ver? – ladeé un poco la cabeza para quitar con mi lengua el chocolate que había un poco por encima de su labio inferior – ya está – dejé un beso en sus labios y él sonrió poniendo sus manos en mi cintura – mierda – dije cuando al bajar las manos metí los dedos en la taza de chocolate.
-Eres un puñetero desastre – rió Chan dejando la taza en la mesita y cogiéndome la muñeca de la mano manchada – no se puede hacer nada contigo – bromeó mirando los dedos y acercándolos a sus labios.
Yo solo sonreí y observé de manera lasciva como se metía uno de los dedos en la boca y lo chupaba para limpiarlo de chocolate, a mi me pareció que de repente el ambiente de la habitación se calentó de golpe e impedí que chupase el otro dedo manchado. Lo pasé desde la comisura de sus labios hasta su cuello y me limpié los restos yo misma con la lengua.
-Espero que lo quites tal y como estoy pensando – me dijo él con una sonrisa en sus labios.
Yo le di un beso en los labios y después uno en su cuello, donde acababa el rastro de chocolate, puse la lengua en su piel y lo chupé, llevándome el chocolate y llegando de nuevo a su comisura, esa que besé cuando noté sus manos bajar un poco más de la cintura.
-¿Era como pensabas? – le pregunté sobre los labios y sonriendo de manera juguetona.
-Esa sonrisa me hace pensar muchísimas cosas, YeJi – admitió atrapando con sus dientes mi labio inferior.
Yo rodeé su cuello con mis brazos y besé esa sonrisa que me parecía preciosa, las manos de Chan bajaron hasta mi culo para empujarme un poco más hacia él y después amasarlo como quisiera mientras nos besábamos.
En el juego de lenguas que teníamos se notaba la atracción que había entre nosotros, realmente nos gustábamos, yo adoraba estar con él y pasar, aunque fuesen cinco minutos en la cafetería antes de clase, no estaba enamorada, ni mucho menos, pero sí creía poder hacerlo de él.
-Que bien sabes – dijo sonriente encima de mis labios y alterando todos mis sentidos en esa risita traviesa.
-Todo sabe mejor con un poco de chocolate – le dije yo volviéndolo a besar.
-Pero… – me cogió con fuerza para tumbarme en la cama y colocarse entre mis piernas – tú sabes bien con chocolate… – dejó un juguetón beso en mi mejilla – con vainilla… – dejó otro en mi mandíbula y sonreí con la mano en su pelo rubio – con fresas… – rió un poco y me dio uno en el cuello – y a secas también – puso sus labios en mi pecho – sabes bien siempre – pasó la lengua por el tatuaje de la serpiente y suspiré.
-Me has dejado sin palabras – admití riendo un poco, la verdad era esa, no sabía qué contestar a eso que me decía acompañándolo de besos.
-Pues no digas nada – sonrió volviendo a besar mis labios y cogiéndome para darnos una vuelta por la cama.
Los besos continuaron mientras nos tocábamos en fogosas y sensuales caricias todo el cuerpo, calentándonos mutuamente sobre la ropa, su cuerpo me parecía increíble, no había ni un solo rincón por donde no quisiera pasar las manos, que no quisiese acariciar y explorar.
Entre vuelta y vuelta, volví a quedarme tumbada boca arriba en la cama y él descendió sus besos por mi cuerpo como si fuese lo más preciado que había besado jamás, yo me dejé hacer, incluso cuando se deshizo de mis tejanos, deslizándolos con cuidado por mis piernas y tirándolos a cualquier sitio de la habitación.
Dejé que acariciase los tatuajes de mi pierna derecha y bordease el elástico de mi ropa interior con su lengua.
-¿Me dejas? – preguntó levantando la cabeza para mirarme y agarrando la prenda con sus dedos.
-Sí – contesté asintiendo con la cabeza y levantando mi cuerpo para ayudarlo a hacerlo.
-Ábrelas YeJi – me pidió tocándome de nuevo las piernas.
Obedecí y él se colocó entre mis piernas, rodeó mis muslos con sus brazos y me dobló más las rodillas, con lo que quedó agachado frente a mí.
Su pelo acarició mis muslos cuando agachó la cabeza y besó el interior de mi pierna derecha, cerca de la ingle.
Antes de que mi cuerpo reaccionase a ese caliente beso, su lengua recorrió mi piel y cerré los ojos.
-Chan… – ni siquiera me dejó continuar la frase porque presionó la lengua en mi centro y gemí de placer.
Llevé una mano a su pelo y con la otra tuve que agarrarme a las sábanas cuando su lengua fue dando pequeñas pasadas. Me estremecí bajo su lengua y él apretó sus brazos para que no me moviese. Sus dedos también empezaron a acompañar a su lengua, metiéndose en mí.
-¿Querías algo? – me preguntó con una pícara sonrisa y deslizando sus dedos dentro y fuera de mí a un ritmo constante.
-No – suspiré tirando un poco de su pelo.
Él soltó una sonrisita irónica y volvió a bajar la cabeza, el ritmo de su lengua se aceleró y yo hundí la cabeza en la almohada y cerré los ojos con más fuerza.
No me di cuenta de cuando Chan subió todo su cuerpo para poner su mano en mi cuello y besarme apasionadamente, con restos de mi sabor en sus mullidos labios.
Yo metí las manos entre nuestros cuerpos para desabrocharle el cinturón y quitárselo, él entendió lo que pretendía y entre los dos nos deshicimos de todo lo que quedaba, su ropa y mi sujetador, podía asegurar que no me dio ningún tipo de vergüenza sus ojos puestos en mí, a pesar de que yo era una chica más bien vergonzosa para ese tipo de cosas, pero me transmitía confianza y seguridad.
Agarré su miembro y empecé a mover mi mano de arriba abajo y viceversa para masturbarlo mientras él me besaba para ahogar sus gemidos en mis labios, que eran música para mis oídos.
-Chan, yo no he traído nada – le dije acelerando el ritmo de mi mano.
-Yo tengo – dijo sonriendo y separándose de mí para alcanzar un condón.
-Dámelo – se lo quité de las manos y me puse de rodillas frente a él, sentada en mis talones.
Rasgué el envoltorio con mis dientes y se lo puse lentamente bajo su atenta mirada, en sus ojos se notaba la lujuria, igual que en los míos, solo deseaba tenerlo dentro y solucionar esa tensión que se había ido acumulando a lo largo de los días.
-Date la vuelta – me ordenó poniéndome las manos en los hombros y ayudándome a girarme.
Yo solo obedecí, me puse de espaldas a él y me incliné hacia delante para apoyar los codos en la almohada.
Sus manos pasaron a mi cintura y dejó un beso en mi espalda, sobre mi tatuaje, después sentí como entraba en mí de un solo empujón, llenándome por completo y haciéndome suspirar de placer.
Sus caderas empezaron a moverse contra las mías, primero lento para acostumbrarnos y después fue augmentando poco a poco, matándome de placer a cada movimiento que hacía.
Su cuerpo se inclinó hacia delante y yo acabé más tumbada en la cama, con él encima, apoyándose con una mano en el colchón y pasando su otro brazo tatuado por mi cuello para abrazarme.
-¿Te gusta? – preguntó con su voz grave y ronca en mi oído, después mordió el lóbulo de mi oreja.
-Sí – gemí apretando las manos en la almohada, era lo único que conseguía decir.
-¿Cuánto? – preguntó con una sonrisa juguetona que pegó a la piel de mi cuello para morderlo levemente.
-Mucho – dije yo apretando los ojos con fuerza y agarrando el brazo de Chan que me rodeaba el cuello.
Él volvió a morder la piel de mi cuello y dio una fuerte embestida con la que llegó a un punto demasiado sensible como para aguantar mucho más.
Chan aprovechó aquello para embestir sin piedad y llevarnos a ambos al límite, gemimos en alto y cuando él se vació en el condón nos dejamos caer en el colchón, con las respiraciones agitadas y húmedos de sudor.
-¿Quieres darte una ducha? – me preguntó – aún tenemos chocolate por todos lados – rió un poco y asentí sentándome en la cama.
-¿Vamos? – le tendí mi mano y me la cogió para levantarse conmigo.
Nos fuimos a su baño y nos metimos juntos en su ducha, estuvimos un buen rato, porque nos entretuvimos jugando con el agua y el jabón, como dos niños y como habíamos estado en la cena y el postre.
Yo salí primera y él se quedó un rato más.
-Voy a tu armario a por algo que ponerme – le dije dándole con mis nudillos a la mampara.
Él asintió con los ojos cerrados mientras se aclaraba el champú del pelo y yo fui directa a su armario.
Lo abrí y me puse una sudadera suya que me llegaba por las rodillas, olía a su colonia, esa que podían ponerse todos los chicos del mundo, pero en él olía diferente.
Cuando fui a cerrar me percaté de que había una camiseta arrugada y manchada en el suelo del armario y me agaché a cogerla, pero cuando lo hice vi que estaba toda manchada de sangre, estaba seca, pero era reciente.
La olí para asegurarme de que era suya y miré hacia la puerta cuando él cerró el grifo de la ducha, era muchísima sangre, pero él no estaba herido por ningún lado así que decidí dejarlo estar y no darle muchas vueltas a la cabeza porque la noche estaba siendo demasiado buena.
Lo dejé todo como estaba justo para cuando Chan salió con un pantalón de chándal del baño, me tumbé con él en la cama y dejó que repasase con mis dedos ese enorme tatuaje en la espalda que me flipaba, podía estar horas y horas mirándoselo sin cansarme, pero acabé quedándome dormida sobre él.
LIA POV
Me levanté de la cama, Lee Know no me contestaba las llamadas ni los mensajes, ni siquiera sus amigos, solo HyunJin me contestó un par diciendo que se había encontrado mal y llevaba todo el día durmiendo, pero, sinceramente, no me lo creía, mi intuición me decía que estaba pasando algo grave, además de que yo ya empezaba a sospechar muchas cosas.
Mientras me vestía llamé a mi padre, sabía que estaba por ahí cerca, hacía tiempo que no lo veía, porque teníamos que hacerlo a escondidas sin que los demás nos viesen, supuestamente mi padre estaba muerto por la mordida de un vampiro.
Me cité con él en mitad del bosque, así que me puse la chaqueta, cogí el arco y fui directa donde me dijo, ansiaba verlo y que me diese respuestas, seguramente sintiese algo que los humanos no podíamos.
-Pero si está aquí mi chica favorita – oí su voz a mi espalda y sonreí inmediatamente.
-Papá – caminé rápido hacia él y me lancé a su cuello para abrazarlo.
Seguía oliendo igual que siempre, a casa, esa que nos tocó abandonar cuando él decidió no quitarse la vida y aceptar que se había convertido en un vampiro, fingimos su muerte y había estado cubriéndolo durante años para que los demás no lo supiesen.
-¿Cómo estás? – le pregunté separándome de él.
-Tú buenísima – bromeó él sonriente – ¿qué pasa? ¿está todo bien?
-Presiento que pasa algo malo – dije mirando a mi alrededor.
-Sí, es mi creador… – dijo él mirando a su alrededor también – creo que está herido o algo así.
-¿Tú creador? ¿Quién es?
-Nunca lo he visto, solo sé su nombre, MinHo o algo así – dijo llevándose las manos a los bolsillos de la chaqueta de cuero.
Yo lo miré ladeando la cabeza, mis sospechas se habían hecho realidad, Lee Know era un vampiro, lo sospeché desde el día en el que sangré en la fiesta del instituto y cada vez que me acercaba él solía apartarse un poco, como si se obligase a no atacarme o algo así.
-¿Crees que me puedes llevar hasta él?
-¿Lo conoces?
-Me enrollé ayer con él – le dije en un suspiro y él rió un poco.
-No voy a llevarte con él para que lo mates – dijo negando con la cabeza – no puedo dejarte hacer eso.
-No pienso matarlo, papá – le aseguré – te lo prometo, me gusta MinHo, no quiero matarlo.
-Ni a él, ni a ninguno de los demás vampiros – me advirtió cogiéndome del brazo – ¿cómo no te has dado cuenta de que te estabas liando con un vampiro, niña? – me preguntó encendiéndose un cigarro.
-Lo sospechaba – susurré – y… ¿los demás vampiros quiénes son?
-No lo sé, es la primera vez que vengo aquí siendo vampiro, solo sé que MinHo está aquí, lo siento cerca – me explicó él.
Yo asentí con la cabeza, en el fondo me imaginaba quienes eran los otros vampiros y YeJi estaba pasando la noche con uno de ellos.
Mi padre me llevó entre los árboles mientras me hablaba de cualquier cosa, siempre le había gustado hablar, y yo no prestaba atención a mi alrededor, me sentía segura con él, no me importaba que fuese un vampiro, no me importaba que cualquier persona lo fuese, lo mío solo era una estúpida tapadera para todos y de la que me empezaba a cansar.
-Es esto – mi padre paró frente a una enorme mansión antigua y yo la miré asombrada – vamos, ten cuidado – me puso la mano en la espalda y me llevó con él a la puerta.
Picó con sus nudillos y esperamos a que alguien abriese, yo estaba nerviosa, pero por si acaso se pensaban que los iba a atacar dejé el arma en el suelo de hierba, apoyada en la pared.
Fue Jeno quién abrió esa puerta y se me quedó mirando sorprendido, primero a mí y después a mi padre, algunos se asomaron más atrás, como Felix, JiSung o SeungMin, mirándonos desde lejos y todos sin saber qué decir.
-¿Sabes que es un vampiro? – me preguntó Jeno señalándome a mi padre.
-Kai – murmuró Felix sorprendido por verlo desde detrás.
-Lo sé, y que vosotros lo sois – dije con serenidad, sin mostrarme con miedo ni prejuicios sobre ellos – y me da igual, quiero ver a Lee Know, no diré nada, lo prometo.
-Soy un hombre lobo, no un vampiro – me corrigió él.
-Pero bueno – interrumpió JaeMin – a mi no me confundas con los chupasangres estos – dijo ofendido.
-Mi creador está ahí dentro y quiero entrar a verlo – dijo mi padre con firmeza y me estremecí al oír un grito de dolor de Lee Know desde dentro.
Jeno suspiró y miró hacia detrás, pensándose en qué hacer.
-Pasad – dijo Felix, uno de los propietarios de la casa.
Mi padre dio un paso al frente y yo lo seguí, no me dio miedo, parecían tenerlo ellos más que yo, pero por mí podían estar tranquilos, llevaba años conviviendo con mi padre vampiro, no pensaba hacerles nada, ni a los lobos.
-Vamos – Felix nos hizo un gesto con la cabeza para que lo siguiéramos.
Caminamos por los pasillos de esa mansión, igual de antigua por dentro como por fuera, pero había algo que me resultaba acogedor entre esas paredes, aunque los gritos de Lee Know lo hiciesen todo menos bonito.
-Espera – paré en seco cuando vi a mi amigo al final de aquel pasillo, mirando por una ventana.
HueningKai se giró a mirarme cuando me vio, estaba bien, estaba genial diría yo, su piel relucía y su sonrisa igual de bonita y tierna que siempre.
-¿Lia? – preguntó él sorprendido y caminando hacia mí a paso rápido – ¿qué coño haces aquí?
-Estás bien – sonreí agarrándole la cara y él asintió con la cabeza – menos mal, estábamos muy preocupados – lo abracé con fuerza contra mi pecho.
-Pero si os fuisteis de fiesta, cabrones – me dijo riendo un poco y a mi alrededor todos sonrieron – ¿tío Kai? – preguntó mirando a mi padre – no estás muerto – musitó.
-No, crack, no – dijo enseñándole los colmillos – bienvenido al otro lado, al principio parece una mierda, pero mola que te cagas – le guiñó un ojo y HueningKai también se acercó a abrazarlo.
-¿Venís a ver a Lee Know? – preguntó él mirando la puerta de donde se escuchaba a Lee Know.
-Sí – dijimos los dos a la vez.
De esa puerta salió HyunJin con las manos, los brazos y la camiseta llena de sangre y con la respiración acelerada.
-Se está poniendo negra la herida, ¿cómo van las brujas? – preguntó quitándose esa camiseta manchada para limpiarse con ella las manos y los brazos, pero en el proceso se me quedó mirando sorprendido – ¿qué coño haces aquí?
-Tranquilo, dice que no dirá nada – le dijo Felix y él miró a Jeno, que encogió los hombros – y ya sabía lo de su padre.
-Ah, y nosotros pensándonos que no – rió con ironía – bueno, pues ahora no entres porque te va a comer y voy enserio, te va a comer – me dijo señalándome con el dedo – tú sí, pero con cuidado – le dijo a mi padre abriéndole la puerta.
-¿Qué le ha pasado? – pregunté agarrándome a las mangas de mi chaqueta y mirando con preocupación a HyunJin.
-Lo ha mordido un híbrido – me dijo él – tiene veneno de hombre lobo en el cuerpo desde esta mañana.
-Va a morir – susurré en un suspiro.
-Intenta mantener la calma – me dijo Felix – ¿quieres algo de beber?
-Solo tenemos sangre, bro – le dijo Han sentado en el suelo y apoyado en la pared.
-¿Agua del grifo? – me preguntó Felix sonriendo un poco.
-Vale – asentí levemente con la cabeza.
-Ven conmigo a esperar a que puedas entrar – HueningKai me agarró la mano y tiró de mi para llevarme hasta la ventana donde él estaba antes.
Yo solo lo seguí, Lee Know parecía más calmado con mi padre dentro, pero igualmente me dolía el saber que lo estaba pasando mal y yo no podía hacer nada, tal vez me importase más de lo que quería creer.
Cuando me asomé con HueningKai en la ventana, vi el jardín interior de la casa, donde vi a cuatro chicas agarradas de la mano, haciendo un círculo, con velas alrededor y Chan en medio, agachado en el suelo y apretando la hierba con sus uñas.
-¿Qué están haciendo? – le pregunté a HueningKai sin soltarle la mano.
-Son las brujas de BlackPink, están en mitad de un aquelarre – me dijo él.
-¿Es Chan? ¿No pasaba la noche con YeJi? – pregunté yo fijándome en los labios de las cuatro chicas moverse, diciendo algún tipo de conjuro.
-Sí, pero las brujas creen que pueden hacer que su sangre cure a los vampiros de las mordeduras de hombres lobo, ha venido corriendo, ella está en el apartamento dormida – me explicó y yo fruncí el ceño – Chan es un híbrido, el primer híbrido del mundo y la historia.
Yo solo asentí con la cabeza y me quedé embobada con aquello, Chan parecía estar pasándolo mal con aquello, las velas de alrededor se movían muy rápido a pesar de que no hacía frío, las brujas tenían los ojos cerrados con fuerza y parecían estar haciendo un esfuerzo sobrehumano para conseguirlo. Yo me quedé alucinada viendo aquello, siempre me gustaron las brujas, me parecían las más elegantes y poderosas de todo el mundo sobrenatural.
-¿Quién te convirtió? – le pregunté a HueningKai y él se giró a mirarme.
-HyunJin, era eso o morir – me dijo él.
-¿Has estado bien?
-Con él sí, pero al principio estuve con los lobos, el animal de Jeno es un gilipollas – bromeó.
-Te estoy oyendo – gritó Jeno desde la otra punta del pasillo y me giré a mirarlo, después HueningKai le lanzó un beso.
-Es un borde, pero me cae bien – encogió los hombros – estoy bien, me empieza a gustar esto – admitió.
-Me alegro mucho – le sonreí con sinceridad.
-No son malas personas, de verdad – me aseguró.
-Lo sé, he estado mucho con ellos – me lamí los labios y cuando volví a mirar por la ventana ya no había nadie.
HueningKai me volvió a llevar a la puerta de Lee Know y llegamos cuando lo hicieron las brujas y Chan.
-Creemos que ha funcionado – dijo una de ellas con el semblante serio y mirándome de reojo, pero sin decir nada – entra y dale tu sangre, Chan – le abrió la puerta y antes de que yo pudiese ver nada, Chan entró y la volvió a cerrar.
Yo observé como otra de las brujas se acercaba a Jeno, este le quitó con el pulgar la sangre que le caía por la nariz, le daba un beso y la abrazaba, la chica parecía destrozada y muy cansada, como las otras, que se sentaron en el suelo, menos la que habló, esa estaba bastante bien.
-Sí, sí, Lia – me dijo HueningKai al oído mirando a Jeno – Lisa está con el lobo gilipollas, yo tampoco lo entiendo, si tampoco es para tanto el puto borde – me aseguró – hay unas movidas aquí, que ni te imaginas, porque ahora Chan tiene que decirle a la bruja Rosé que se ha acostado con YeJi, la pareja destinada de JaeMin es Felix, pero también YuNa – dijo riendo un poco – y la de Han es ChaerYeong, es su réplica, tía.
-¿Enserio? – le susurré.
-Te lo juro, no me aburro nunca en esta casa, hay unos líos increíbles – dijo impresionado.
-Ya te veo, ya.
-Pero es que, escúchame, Jennie, la bruja de la mala leche, se ha picado porque a HyunJin le gusta RyuJin y él le ha dicho que se acabó eso de acostarse – me explicó – entonces se han cabreado.
-Wow – dije alzando las cejas y mirándolos al lado, pero sin ni siquiera mirarse entre ellos.
-Y JiSung se habla con BeomGyu, tía, que fuerte, yo estoy flipando, amo esta casa – se llevó las manos a la cintura y los miró a todos.
-Increíble.
-Maravilloso – dijo asintiendo con la cabeza.
Yo reí un poco, seguía siendo el de siempre, el amigo cotilla que no se callaba jamás.
Chan no tardó mucho en salir y a Lee Know ya no se le escuchaba, mi padre salió con él y ambos me miraron, sobretodo Chan lo hizo con preocupación.
-¿Podemos confiar en ti? – me preguntó cruzándose de brazos.
-Lo prometo – dije asintiendo con la cabeza.
Él suspiró, se revolvió el pelo y se marchó de allí, parecía cansado por el hechizo de las brujas.
-Puedes entrar, ha funcionado – me dijo mirando a Jennie de reojo, que asintió con la cabeza también.
-Tú vete, papá, antes de que te encuentre alguno de ellos – le dije besando su frente.
-Sí, que ya te vale – le echó la bronca HueningKai.
-Si pasa algo más, llámame, estoy cerca – me dijo él dejando un beso en mi frente.
Yo solo asentí con la cabeza y observé como se marchaba por la ventana, otra vez se iba, pero me conformaba con cada vez que lo volvía a ver, mejor eso que muerto.
-Si entras alguien tiene que hacerlo contigo – me dijo Jeno cuando agarré el pomo de la puerta, yo fruncí el ceño y él encogió los hombros sin soltar a Lisa.
-Sí, no sabemos si se va a controlar al verte, está muy débil – me dijo HyunJin levantándose del suelo – es peligroso para ti.
-Entramos mi bro y yo – dijo JaeMin abriendo la puerta – tú no te cortes, estaremos en una esquina para no oíros deciros cosas guarras – me guiñó un ojo y me dejó pasar.
Sé que ellos dos lo hicieron detrás, pero yo solo miré a Lee Know tumbado en la cama, con el mordisco de hombre lobo en un costado de su torso, todo lo negro iba disminuyendo, parecía estar curando.
-Lia – murmuró él al verme – ¿qué haces aquí?
-Tranquilo – dije hincando una rodilla en la cama – lo sé todo y no importa – tiré su flequillo hacia detrás y besé su frente – está bien, no pasa nada – sonreí – ¿cómo estás?
-Ahora mejor – dijo echándose a un lado para dejarme un hueco.
Yo me tumbé a su lado, al contrario del que estaba la herida, y acaricié su mejilla con mis nudillos, estaba cansado, derrotado por todo el dolor que había pasado, incluso le pesaban los ojos.
-Vas a ser el primer vampiro de la historia en curarse de un mordisco de hombre lobo – le dije flojito y sonriendo.
-Que honor – dijo dejando que le diese un beso – ¿no vas a huir o matarme?
-No – negué con la cabeza – me quedo aquí contigo, ¿vale? – él pasó un brazo por debajo de mi cuello y asintió.
-Pero que bonito, bro – lloriqueó HyunJin apoyando su cabeza en el hombro de JaeMin – a mi RyuJin no me dice eso, yo quiero que me diga que me quiere y que nos casemos y tengamos veinte hijos, un perro, cuatro gatos, ocho peces, tres lagartos, un matamoscas, una casa con jardín y piscina, dos hámster, que le cocine tortitas para desayunar y que le haga masajes en la espalda, pero no me lo dice, bro, no me lo dice – hizo un puchero.
-Venga, tío, tú puedes, tienes al cuñado de tu parte, yo creo que ti, no te rindas, el que la sigue la consigue – lo animó JaeMin – estás buenísimo, recuérdalo.
-Ya, eso no hace falta que me lo digas – dijo sorbiéndose la nariz de mentira.
Yo reí un poco y apoyé mi cabeza en el pecho de Lee Know con cuidado, sintiendo su olor y su corazón latir levemente, él puso su mano en mi cabeza y suspiró.
-Intenta descansar, estaré aquí – le dije poniendo una mano en su cintura.
-Vale – susurró besando mi cabeza y después removiéndose para acomodarse y dormir.
Yo miré de reojo a HyunJin y JaeMin, los dos tenían los ojos cerrados, JaeMin había apoyado la cabeza en la de HyunJin, debía haber sido un día duro para todos en esa casa.
Yo me quedé unos minutos pensando en todo lo que pasaba, en que me estaba metiendo en la boca del lobo, pero me dio exactamente igual, a pesar de estar rodeada de híbridos, vampiros, brujas y lobos, no tuve ningún miedo esa noche, solo me quedé dormida en el pecho de Lee Know.
Continuara….
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