Autora Natalia Tavera
*nota: Escuchen su canción triste favorita mientras leen este capítulo *
NARRA _____
Mark toda la tarde me había estado abrazando, tratándome de tranquilizarme.
Habíamos olvidado comer y mi teléfono había sonado mas de veinte veces, era el mismo número y no pensaba contestar de nuevo.
Mis lágrimas y los brazos de Mark me llevaron a los sueños, donde Bam Bam no estaba presente y no se empeñaba en destruir mi vida.
-Tranquila, no va a encontrarnos, tampoco va a impedir nuestra boda – dijo Mark
Fue lo último que escuche antes de cerrar los ojos y caer en un profundo sueño.
Estaba segura de que Mark esa noche me había abrazado tan fuerte como le era permitido, sentí una calidez agradable al dormir, sentía paz y mis miedos se iban alejando.
Al despertar Mark ya no estaba en la cama, al principio me había preocupado un poco, pero al escuchar su cantar todo volvió a la normalidad dentro de mí. Baje cuidadosamente la escalera, pude ver a Mark haciendo piruetas mientras cantaba alegremente.
Definitivamente esto no podría terminarse, realmente deseaba que todas mis mañanas fueran así y no iba a darme por vencida, no dejaría que un loco sicópata arruinará mi futuro.
Mark me vio parada al final de la escalera, corrió inmediatamente hacia mi y me beso como si no hubiera un mañana.
-Regresemos a casa de tus padres- dijo al separarnos
-¿A que?, estamos bien aquí – Sonreí
-El vestido no se hará solo cariño-
Una sensación indescriptible se había apoderado de mi, realmente amaba a Mark y casarme con él sería una de las cosas que las que jamás me arrepentiría.
Las horas de viaje fueron relativamente cortas, dentro de unos cuantos minutos mi madre sabría que he sido la mujer más feliz del mundo, pero tenía miedo de que el llegara a arruinarlo todo y con él me refiero a Bam Bam, tengo miedo a que asesine a Mark como lo hizo con Aiden.
-Hemos llegado cariño- Mark beso mi mellija
Sonreí y baje del auto.
Una de las personas que trabajaban en esa enorme casa, fue quien abrió. Mark y yo entramos tomados de las manos mientras que aquella señora no dejaba de repetir lo bien que nos veíamos como pareja.
-Voy a buscar a mi madre- Sonreí
Mark sonrió dulcemente y asintió levemente, corrí por las grandes escaleras, al estar en la puerta del estudio de mi madre no pensé en tocar, abrí la puerta de par en par.
Allí estaba ella, sentada en aquella silla color rojo.
Me miró sorprendida por tal acción, sus labios se abrieron un poco y antes de que pudiera hablar grite
-¡Voy a casarme mamá! – dije emocionada
Sus ojos brillaron de tal manera que quedé anonadada, jamás la había visto así
-¿Mark te lo pidió? – se acerco
-Si mamá, no casamos dentro de un mes- di unos brinquitos
-Diseñare para ti el mejor vestido de novia que jamás se haya visto- mi madre me abrazo
Me tomo por las manos, beso mi frente y me abrazo
- Mi niña ha crecido – dijo con ternura
Fue allí donde me di cuenta de que mi madre era mejor de lo que yo creía.
Un mes después
Mis nervios habían hecho que fueran a revisar si Mark no estaba dentro de la cabaña.
Todo estaba en perfecto orden, la enorme cabaña que habíamos compartido Mark y yo durante todo este tiempo estaba dividida en dos.
La noche anterior Mark y yo discutimos por los lugares de la casa que ocuparían cada uno de nosotros, habíamos acordado que las habitaciones del segundo piso serían para él y la sala para mí.
Él no estuvo de acuerdo, dijo que él pertenecía a la parte de abajo, trate de hacerlo cambiar de opinión pero no pude.
Mi madre, la madre de Mark,su hermana y yo estamos juntas en una sola habitación, cada quien estaba ocupada en verse lindas para este día.
Al mirarme al espejo no sentí algún asco o tristeza como lo había sentido meses atrás, ver un vestido de novia en la esquina de aquella habitación algo dentro de mi me hizo sentir un sentimiento indescriptible.
-Casi es hora _______- dijo la madre de Mark
-Es hora de que te pongas tu vestido- dijo la hermana de Mark
Mi madre lo llevo hacia mi, fue ella quien lo había diseñado y fue hecho por ella misma.
Cubrió delicadamente cada parte de mi que tenía frío, estaba convencida de que era el día más feliz de su vida al igual que el mío.
Sonrió dulcemente y me abrazo del mismo modo.
Cerré mis ojos al sentir esa calidez dentro de mi, la última vez que mi madre me había abrazado de ese modo fue la noche anterior cuando me escape de casa. Extrañaba ese sentimiento, realmente me hizo mucha falta el amor de mi madre, pero lamentablemente era demasiado tarde, estaba a punto de casarme y no volvería a casa nunca.
-Aunque hemos perdido demasiado tiempo, no me arrepiento de que seas mi hija, fuiste demasiado fuerte al vivir sola en otro país y la vida te premió con un hombre maravilloso que pronto será tu esposo- una lágrima rodó por su mejilla -Mi niña – me miro con ternura -Te amo y estoy completamente orgullosa de ti, hija mía-
Esas palabras fueron las que siempre quise escuchar de ella, palabras que hicieron de este día el mejor de todos.
Mi madre y yo salimos juntas de la cabaña, iba diciendome cuan maravillosa había sido su boda con mi padre.
Perdí atención a la platica cuando comenzamos a adentrarnos por el camino que llevaba al pequeño lago, todo estaba adornado de una manera tan natural que me había enamorado de tal paisaje.
Frente al pequeño lago estaban las sillas donde los invitados se sentarían a ser testigos del amor que sentíamos Mark y yo.
Al escuchar música mientras caminaba una mezcla indescifrable de sentimientos se había mezclado dentro de mi.
Allí estaba Mark, su traje combinaba a la perfección con el tono azul del lago, su cabello estaba peinado y se veía mejor que nunca.
Una sonrisa había adornado su rostro, un pequeño rubor se había apoderado de sus mejillas y un destello en sus ojos había deslumbrado al sol.
Al llegar junto a él tomo mi mano, sonrió y dijo
-Te vez más hermosa de lo que ya eres- dijo con dulzura
Había visto que la persona delante nuestro había hablado por mucho tiempo. Era hora de decir nuestros votos y poner nuestros anillos en el dedo correspondiente.
-______ Jones Thompson, prometo amarte, respetarte, cuidarte y pasar todos los días de mi vida a tu lado, jamás me aburriría de compartir mi vida con una persona tan maravillosa como lo eres tu- dijo mientras colocaba mi anillo
-Mark Yi-En Tuan, prometo amarte, respetarte, cuidarte y compartir cada momento contigo hasta el final de mi vida, cuidaré de ti en tu caminar, te levantaré cuando sientas que no puedas más, estaré al pie de la cama si llegas a enfermar y te haré el hombre más feliz de la tierra- dije colocando el anillo
-Puede besar a la novia-
Mark me miro con cierta dulzura, se inclino un poco y hicimos uno mismo en aquel lugar.
-Lamento llegar tarde-
Mi alma y mi voz cayeron de un momento a otro, esa voz de nuevo, esa pesadilla otra vez.
-¡Oh! Se han casado, felicidades Mark, has hecho algo bien en tu vida al fin- dijo Bam Bam
-Vete de aquí, ¿acaso no sabes que no te amó nunca? – dijo Mark
-Lo se y fue una malagradecida, le entregue todo de mi- camino hacía nosotros
-¡No te acerques!- grite
-Cariño, tu solamente eres mía y no voy a permitir que te quedes con él – sonrió maliciosamente
-¡VETE! – grite derramando lágrimas
-No sin antes matar a este traidor – apuntó a Mark con una pistola
-¡______!- grito mi madre al ver tal escena
Las manos de mi padre me sujetaron fuertemente de la cintura llevándome fuera de peligro
-Esto no va a terminar con su final feliz – dijo Bam Bam -¡ESTO ME CORRESPONDÍA A MÍ! – grito
-No puedes tener algo tan maravilloso en tu vida, por que eres un asco- dijo Mark
-¡Y TU ESTORBASTE EN EL PLAN- grito una vez más
-Traté de mejorar tu vida, habías cometido muchos asesinatos- contestó Mark
-Y cometeré uno más, el tuyo- dijo Bam Bam quitando el seguro del arma -¡JUGASTE CON QUIEN NO DEBÍAS!-
Una bala salió disparada, directo hacía Mark.
Me miro con ternura, sonrió y susurro un te amo.
-¡MARK! – grite cayendo al suelo
Era una caída profunda, una donde no podía respirar. Di un pequeño salto que me hizo incorporarme de repente.
Miré a mi alrededor, no estaba él bosque y tampoco estaba Mark, una mano apretó mi brazo, tenía la esperanza de que fuera él, pero no fue así.
Estaba en una habitación lujosa y el hombre que se encontraba a mi lado era Aiden.
Esto tiene que ser un juego, repetía una y otra vez en mis adentros.
-Todo esta bien cariño, solo fue una pesadilla- dijo besando mi cabeza
¿cariño? Aiden era mi mejor amigo, no mi novio.
Mire mis manos, allí encontré dos anillos que valían más que mi vida.
Lágrimas salieron de mis ojos incontrolablemente ,estaba casada con Aiden y todo había sido un cruel y desgarrante sueño.
No había viajado a Corea, mi vida había sido vendida por mis padres .
Mi mente había jugado cruelmente conmigo, había hecho que realmente lo sintiera real.
No había sido un secuestro encantador, Mark no existía, al igual que mi felicidad.
-Tenemos un final alternativo que luego se publicara 😉 –
Continuara…
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