Fanfic: HUNTERS (Stray Kids e ITZY) Capítulo 13

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Fanfic: HUNTERS (Stray Kids e ITZY) Capítulo 13

Autora YASSGY0MIE Capítulo 13 YEJI POV El timbre del instituto sonó anunciándonos el final de las clases y recogí todas mis […]

Fanfic: HUNTERS (Stray Kids e ITZY) Prologo

Autora YASSGY0MIE

Capítulo 13

YEJI POV

El timbre del instituto sonó anunciándonos el final de las clases y recogí todas mis cosas mientras charlaba con BeomGyu y ChaerYeong, esa última clase no habíamos prestado mucha atención, ya se había hecho muy largo el día, además la hora de antes había faltado un profesor y nos habían obligado a quedarnos en clase, así que ya se nos quitaron las ganas de la última.

-Pizza – insistió BeomGyu mientras caminábamos por los pasillos.

-Hamburguesa – le discutió ChaerYeong.

-Tacos – dije yo riendo un poco – cenaremos tacos que hace tiempo que no lo hacemos.

-Yo opto por hacer una votación conjunta en casa, seguro que gana la pizza – dijo BeomGyu con seguridad y rodé los ojos.

-Cenamos pizza la semana pasada, no seas plasta – le dije yo dándole con el codo en el brazo – hamburguesa también – señalé a ChaerYeong antes de que dijese algo más.

-Estás abusando de tu poder de líder – me rechistó ChaerYeong.

-Pediré pizzas para que lleguen justo cuando llegue yo a casa – dijo BeomGyu adelantándose a nosotras – hasta esta noche.

-¿No pasas por casa en toda la tarde? – le preguntó ChaerYeong.

-Lo dudo – dijo él mirando el parking del instituto.

Nosotras dos miramos también y una moto negra apareció haciendo mucho ruido con un chico rubio y todo de negro conduciéndola, era JiSung, él le dio una colleja a HyunJin cuando pasó por su lado y después aparcó la moto y miró hacia donde estaba BeomGyu.

-No puede ser – ChaerYeong abrió la boca sorprendida cuando vimos como nuestro amigo se acercaba a él.

-¿No sabías que hablaban? – le pregunté sonriente y negó con la cabeza – no estoy segura de si tienen algo, pero si va a estar toda la tarde sin venir a casa, es que lo van a tener.

-Os van los rubios a los dos, ¿no? – bromeó mirando con atención como JiSung le daba un casco a BeomGyu para que se lo pusiese.

Observamos como dos bobas como se subía a la moto, le agarraba la cintura y JiSung arrancaba para irse y desaparecer de nuestra vista.

Nosotras nos fuimos a casa con los demás y comimos juntos, comentando aquello de BeomGyu y JiSung, también comentamos muchas cosas más, no faltaron las bromas con Chan en la mesa, desde luego, pero no me molestaban porque las cosas con él iban fenomenales y me alegraba poder fardar de eso.

Después de comer estuve estudiando un rato y avanzando los trabajos y exámenes que tenía para esa semana, más tarde iría a ver a mi padre y después un rato con Chan, así que intenté avanzar lo máximo posible.

Cuando fue la hora volví a ponerme la ropa para salir y esa vez cogí la chaqueta de cuero de Chan, para devolvérsela luego, miré en el espejo lo grande que me quedaba, pero me encantaba, además tenía su olor impregnado.

Salí de la habitación y caminé hacia la de mi hermano, abrí la puerta y lo pillé poniéndose también la chaqueta.

-¿Vamos? – le pregunté sonriente.

-Sí – salió de la habitación y miró la puerta de nuestra hermana cerrada – ni le preguntamos, está ahí con YuNa y HaeChan – me dijo.

Yo asentí, mi hermana había llegado a su límite con nuestro padre y lo entendía, noté que no aguantaba más cuando le gritó que no lo quería volver a ver en su vida. Siempre intentaba mantenernos unidos a todos, incluso ella hacía el esfuerzo de ir a verlo, pero mi padre ponía las cosas muy difíciles, solo a ella.

Me monté en el coche con mi hermano y condujo hacia las afueras de la ciudad, allí habíamos alquilado a escondidas de los demás una pequeña casa con subterráneo, lo preparamos todo para retener vampiros y encerramos a nuestro padre.

Antes de bajar cogimos una bolsa de sangre de la nevera de la casa y me la guardé en el bolsillo de la chaqueta de Chan.

YeonJun empezó a abrir las cerraduras de la puerta de acero que lo encerraba y después la empujamos entre los dos para poder abrirla.

Mi padre, que estaba atado con cadenas en los pies, alzó la cabeza para mirarnos con sus fríos y duros ojos negros y después sonrió un poco al vernos.

-Hola, papá – YeonJun le chocó la mano y el puño y él se puso en pie.

-Toma – me saqué del bolsillo la bolsa de sangre y se la di.

Ambos observamos en silencio cómo se la comía, llevaba retenido diez años, diez años siendo vampiro, a diferencia del tío Chan, nuestro padre no se quitó la vida cuando se convirtió, se ató a él mismo y nosotros tres, con tan solo diez y once años le dábamos una bolsa de sangre al día a escondidas, era el tío SuHo quién nos cuidaba, el padre de ChaerYeong.

-¿Dónde está vuestra hermana? – preguntó tirando la bolsa de sangre vacía al suelo.

-No va a venir – le dijo YeonJun con firmeza.

-¿Por qué? Soy su padre – se pasó el puño por la boca para quitar los restos de sangre.

-Y ella tu hija, pero tampoco la tratas como tal – le dijo YeonJun encarándose a él.

-No es mi culpa que tu hermana sea una inútil, solo trato de que mejore.

-Pues lo haces como el culo, papá – mi hermano se encendió un cigarro.

-Basta ya – dije colocándome entre ambos – los dos, ¿entendido?

-Sí – dijeron ambos de un suspiro.

Yo rodé los ojos y me apoyé en la pared, mi padre podía ser insoportable, pero YeonJun si se lo proponía también, en el fondo eran iguales, excepto por el trato que tenían con RyuJin, mi padre desde bien pequeños nos entrenaba para ser los mejores cazadores, pero RyuJin prefería siempre hacer otras cosas y no avanzaba al mismo ritmo que nosotros porque no le interesaba nada de lo que hacíamos, mi padre solo hacía que humillarla delante de todos, como si así ella se fuese a espabilar, nunca había visto a mi padre darle un abrazo a RyuJin, para él resultaba la vergüenza de la familia y era triste recordar como cada noche venía a darnos el beso de buenas noches a la habitación donde dormíamos los tres, primero a YeonJun, después a mí y se iba, dejando a RyuJin de lado, como siempre.

Nosotros dos éramos los que cuidábamos de RyuJin, sobretodo YeonJun, que más que su hermano mellizo se convirtió en su padre, era lo único que los diferenciaba a los dos, aparte del color de pelo, su trato con mi hermana pequeña.

-¿Por qué llevas esa chaqueta, cariño? – me preguntó mi padre mirándome y frunciendo el ceño extrañado.

-Es de mi novio – dije mirándomela – ¿por qué? ¿qué pasa?

-¿Sales con un vampiro? – sonrió un poco – la chaqueta me transmite el aura de los vampiros.

Yo miré a mi hermano sin saber qué hacer o decir al respecto, mi corazón paró por un momento, sin apartar los ojos de los de mi hermano, entonces empecé a relacionar cosas, la camiseta llena de sangre, cada vez que prefería ir a su casa en vez de a la mía, por si no se me ocurría pronunciar las palabras adecuadas para que entrase en mi casa, los paseos por el bosque y el pelo rubio, ese chico de pelo rubio al que disparé en el bosque, al cual la flecha no le hizo absolutamente nada.

-Pero… – tartamudeé tocándome el collar de verbena – tocó el collar y no le pasó nada – le dije a mi padre.

-Ah – mi padre sonrió con ironía – entonces sales con un híbrido.

-¿Qué dices, papá? – fruncí el ceño.

-Los híbridos son inmunes a la verbena y al acónito, te recuerdo que son los seres más poderosos – me dijo poniéndose de cuclillas y apoyando los codos en sus rodillas.

-Vale – susurré agachando la cabeza.

-Está en tus manos, YeJi – me dijo él frotándose las manos.

-Sí – me acerqué a mi padre y me agaché frente a él – nos vemos mañana, ¿vale, papá? Voy a ir a ver a Chan – rodeé su cuello con mis brazos.

-Vale, cielo – me frotó la espalda con cuidado y cariño y cerré los ojos con fuerza – ten mucho cuidado.

-Sí – besé su mejilla un par de veces y me separé para dejar a mi hermano.

Observé como se abrazaban y como se decían algo al oído, cuando acabaron nos marchamos de allí y volvimos al coche.

-¿Qué te ha dicho? – le pregunté cuando arrancó el coche.

-Que no podemos matar a un híbrido, pero que te cuide si tú no lo haces solita – me dijo él apoyando el codo en la ventanilla y tirando el cigarro a la carretera.

-Lo haré solita.

-Lo sé – dijo en un suspiro – ¿a casa de Chan y los demás?

-Sí – asentí con la cabeza.

Él se calló y condujo todo el camino en silencio mientras yo le daba vueltas a mi cabeza sobre Chan, porque no sabía si los vampiros tenían esa capacidad de camelar a la gente como querían, a su merced, como les diese la gana, pero a mi Chan me tenía en la palma de su mano y ahora que debería alejarme de él por ser quién era, no me veía capaz.

-Ten cuidado – me dijo mi hermano cuando paró frente al edificio que era el supuesto piso de estudiantes de los demás – llámame si necesitas algo.

-Ni una palabra a los demás, YeonJun – le dije agarrándolo de la nuca.

-Claro que no – me aseguró – tranquila, confía en mí – me acarició la mejilla con cuidado y sonrió.

Besé su frente y salí del coche para subir las escaleras del edificio con decisión, pero con un extraño nudo en el pecho por ir a verlo con las mismas ganas que siempre aún sabiendo lo que era, puede que en el fondo aún tuviese la esperanza de que mi padre se equivocase.

-Hola – Felix me abrió la puerta y me recibió con una enorme sonrisa – se ha quedado dormido, entra a su habitación a despertarlo – me dejó pasar a la casa.

-Vale, gracias – asentí caminando a su lado por el pasillo, sabiendo que seguramente él era uno de ellos.

En el salón vi a algunos de ellos, a BeomGyu y JiSung también, el rubio estaba tumbado en el sofá con la cabeza en las piernas de mi mejor amigo, que me miró sonriente.

-Tranquila, nosotros ya nos vamos – dijo Lee Know poniéndose en pie y agarrando a HyunJin de la oreja para hacerlo también.

-Tranquilos – les sonreí a todos y miré con atención como se levantaban, no podía odiarlos por ser lo que eran, si es que lo eran, porque no me habían hecho nada, ni a mi ni a nadie, es más, nos hacían incluso felices porque nos gustaba estar con ellos, además, según Chungha, el segundo grupo de vampiros y hombres lobos, liderado por el otro híbrido, también querían parar a JungKook.

-YeJi – BeomGyu se acercó a mí mientras se ponía la chaqueta – que podéis cenar tacos, al final me quedo en casa de JiSung a cenar – sonrió.

-Vamos, a follar, ¿no? – le sonreí dándole un golpecito en el pecho.

-He dicho a cenar – frunció el ceño.

-Yo también dije a cenar y al final cené dos veces – bromeé.

-Siempre estás pensando en sexo, estás enferma – bromeó él dándome un beso en la frente y yéndose con todos los demás.

Ellos se marcharon y yo caminé hacia la habitación de Chan, es verdad que dormía, estaba tumbado en la cama de espaldas a la puerta y respirando profundamente. Me acerqué poco a poco para no despertarlo y me tumbé a su lado, él no despertó, dormía muy profundo.

Yo pensaba asegurarme de lo que decía mi padre así que me saqué de las botas negras una pequeña navaja que tenía escondida ahí, solo sería un arañazo, él ni lo sentiría.

Acerqué la punta de la navaja al tatuaje de su espalda, la clavé un poco y lo deslicé siguiendo una de las líneas negras. A la pequeña raja que hice ni siquiera le dio tiempo a soltar una gota de sangre, su piel se volvió a unir y se curó enseguida, más rápido que cualquier otro vampiro y eso era porque no solo era un vampiro, también un híbrido.

Me guardé la navaja y me quedé tumbada mirando al techo, con las manos entrelazadas en mi abdomen, pensando en qué hacer ahora que sabía la verdad, incluso se me pasó por la cabeza HueningKai, tal vez lo tuvieran ellos, tal vez estuviese bien.

-¿Llevas mucho aquí? – me preguntó su voz grave y ronca de haber estado durmiendo mucho rato.

-No – giré mi cabeza para mirarlo y me encontré de lleno con sus ojos negros – acabo de llegar.

-¿Estás bien? – frunció el ceño y colocó su mano en mi mejilla.

-Sí – acerqué mis labios a los suyos para darle un beso.

-Vale, ¿qué quieres que hagamos? – me preguntó dándome un beso más.

-¿Recuerdas que me dijiste sobre un sitio donde te gustaba mucho ir a merendar? – le recordé agarrándole la muñeca y él sonrió asintiendo con la cabeza, en ese momento, ahí parada observando su sonrisa, me dio igual que fuese lo que era – ¿vamos?

-Vamos – se sentó de golpe en la cama, sacudió la cabeza para acabar de despertarse, ponerse una camiseta e irnos.

LEE KNOW POV

La llamada de Lia a mitad de la noche me alertó e hizo que saltase de la cama y saliese corriendo a buscarla, ella no sabía bien donde estaba, solo que estaba encerrada en una taquilla del instituto y no sabía como había llegado ahí, se había dormido hacía unas horas y se había despertado de golpe dentro de una taquilla y no podía salir.

De camino llamé a Jennie para explicárselo y me dijo que seguramente empezaba a tener visiones y le pasarían cosas raras, porque comenzaba a desarrollar sus poderes de bruja.

-¿Lia? – grité cuando estuve dentro del instituto, pero no obtuve respuesta.

Caminé por los pasillos llenos de taquillas llamándola, pero no me decía nada.

Fui a los vestuarios y entré en el de chicas primero, porque tendría más sentido que estuviese ahí.

-Lia – volví a llamarla.

-Lee Know – oí su voz en una de las taquillas azules y corrí hacia allí – aquí – le dio un par de golpes.

-Estoy aquí – puse la mano en esa taquilla e intenté abrirla, pero no pude – Lia, ¿hay algo bloqueando la puerta desde dentro?

-No – me dijo ella con desesperación.

-Vale – suspiré, cogí bien el pomo y usé mi fuerza de vampiro para tirar de la puerta y arrancarla – ya está – abrí mis brazos para recibirla cuando se me lanzó encima a abrazarme con mucha fuerza.

-No sé qué ha pasado – me dijo pegada a mi cuello.

-¿Has hablado con tu padre? – le pregunté separándola de mi y poniéndole las manos en los hombres.

-No – frunció el ceño – ¿por qué? – tartamudeó.

-Joder, Kai – susurré mirando al techo – mío tenías que ser.

-¿Qué pasa, Lee Know? – me agarró del brazo y me miró seria.

-Vamos a sentarnos – le dije guiándola hasta uno de los bancos del vestuario.

Me senté con una pierna a cada lado del banquillo y Lia lo hizo igual frente a mí, mirándome aún aturdida y confusa, tenía que darle una explicación a lo que le estaba pasando si no quería que se volviese loca.

-Lee Know – me dijo impaciente.

-¿Te acuerdas que casi te muerdo? – le pregunté y ella asintió – no pude hacerlo, no porque me controlase, sino porque no me puedo beber tu sangre – frunció el ceño – no eres una humana normal, Lia.

-¿De qué estás hablando?

-Se supone que te lo debería haber dicho ya tu padre, pero eres hija de Jennie.

-¿Qué? – preguntó sorprendida – ¿la bruja?

-La bruja negra – asentí con la cabeza – así que tú también lo eres.

-¿Me tomas el pelo?

-No, Lia – apreté los labios – Jennie me avisó de que comenzarían a pasarte cosas raras, para entonces tu padre debería haber hablado contigo para explicártelo.

-Quería verme mañana – me dijo mirando al suelo – ¿y ahora qué hago? – tartamudeó.

-Jennie…

-Mi madre – me interrumpió ella tragando saliva.

-Esa misma, dice que te ayudará, estarás bien – le dije agarrándole la barbilla para que me mirase – es chungo ser una bruja negra, pero cuando lo controlas es increíble, Jennie es mi bruja favorita – sonreí un poco – bueno, ahora tú eres mi bruja favorita.

-BeomGyu dice que las brujas negras son las peores – me dijo apoyando su frente en mi hombro y yo puse las manos en su cintura.

-Lo son, pero tienes a mucha gente que te ayudará, entre ellos a otra bruja negra – le recordé y asintió con la cabeza.

Puso las manos sobre mis piernas y yo apoyé mi cabeza en la suya, supongo que debía estar impactada, a mi también me pasaría si supiese que soy una bruja negra, eran las más poderosas y las más malas en general, las más difíciles de controlar y en muchos casos las mataban otras brujas si no adquirían un control sobre sus poderes porque resultaban un gran peligro para todos, más de una vez había acudido a un aquelarre de brujas donde mataban a las negras.

-¿Estás más tranquila? – le pregunté girando mi cabeza para darle un beso en la mejilla.

-Contigo aquí sí – me dijo acomodando la cabeza para que le diese otro beso esa vez en los labios.

-Tú no te preocupes, yo me quedaré contigo, pero no me mates porfa – bromeé haciéndola reír un poco.

-Intentaste comerme – me recordó agarrándome la mejilla – tengo un comodín – me advirtió dándome un beso más.

-Yo solo espero que Jennie sepa ayudarte – reí – estoy muy bien ahora contigo – le pasé la mano por el pelo.

-¿Estás muy bien ahora conmigo? – alzó las cejas y me miró con gracia – ¿eso es que estamos juntos o como debo interpretarlo?

-No sé… – encogí los hombros – ¿lo estamos?

-Creía que empezábamos a contar los días que estábamos juntos desde el momento en el que nos acostamos – dijo riendo.

-Uy, uy, Lia, ¿me estás pidiendo una sesión de sexo desenfrenado en el vestuario de tías del instituto? – bromeé yo.

-Yo no, ¿me lo estás pidiendo tú? – frunció el ceño y la miré de reojo cuando levantó la cabeza de mi hombro – no hay nadie – miró a su alrededor.

-Claro que no, son la una de la madrugada – dije con un tono obvio.

-Pues ven aquí – pasó sus piernas por encima de las mías para acercarse más a mí y rodeó mi cuello con sus brazos para besarme.

Sus besos fueron profundos e intensos, como si quisiese olvidar todo lo que le había dicho antes sobre lo que le esperaba, como si solo quisiese concentrarse en ese beso y en pasar la mano por mi pelo y mi espalda hasta quitarme la sudadera negra que llevaba.

Yo cogí bien su cintura para acabar de juntarla a mí y también le quité la fina camiseta de manga corta que tenía, esa con la que siempre dormía, después pasé las manos por sus piernas blancas y suaves disfrutando de cómo su lengua y sus labios besaban mi cuello lentamente, torturándome con cada movimiento, fue satisfactoria la sensación de no querer atacarla, me sentía liberado, con ganas de tenerla para mí completamente.

Lia no llevaba sujetador para dormir, lo sabía por alguna noche que habíamos dormido juntos lo notaba al abrazarla y porque ahora no tenía nada que le cubriese la parte de arriba de su cuerpo, así que aproveché y llevé una de mis manos a sus pechos para masajearlos y toquetearlos como quisiera.

Disfrutaba de cada toque de Lia, de como sus manos moldeaban mi cuerpo, transmitían tanto cariño y tanto deseo a la vez que era imposible no sentir lo mismo hacia ella.

-Déjame hacer algo – dijo separándose de mí y tirándose un poco para atrás en el banco.

Yo solo asentí mirando como desabrochaba mis pantalones de chándal rojos y metía la mano dentro.

-Hoy me toca a mí – me dijo con una traviesa sonrisa en sus labios.

-Como tú quieras – le dije apoyando las manos en el banco.

Lia se inclinó hacia delante, apoyando los codos en el banco y sacando mi miembro de los pantalones para dejar un suave beso en la punta que me hizo suspirar.

Ella volvió a sonreír por mi reacción y pasó la lengua por su longitud para después metérsela en la boca todo lo que pudo. Yo cerré los ojos y tiré la cabeza hacia detrás mientras disfrutaba de ese movimiento de cabeza de arriba para abajo constantemente y del ruido de su boca y su saliva, yo notaba ese cosquilleo de placer por todo mi cuerpo y pasé la mano por su espalda para quitarle el pelo de ahí y poder mirar como los músculos de su espalda se tensaban y destensaban bajo algunos de sus tatuajes.

-Lia – gemí tirando de su pelo para que se apartase, ella gimió un poco por ese acto y me miró con los ojos inyectados en lujuria – túmbate – le puse una mano en el pecho y la tiré hacia detrás.

Lia se recostó en el banco y yo me eché hacia delante para quitarle los pantalones cortos de chándal que llevaba, retirando también su última prenda, le abrí las piernas para colocarme entre ellas, besé sus muslos y después pasé la lengua lentamente por toda su entrepierna. Ella enseguida colocó su mano en mi pelo y suspiró profundamente.

Me entretuve besando, lamiendo y succionando su zona más sensible, notando como daba pequeños tirones a mi pelo cada vez que gemía y como arqueaba un poco la espalda, me gustaba su sabor y cada movimiento o ruido que hacía, me podía llevar a la locura en cualquier momento.

-Lia – la nombre mientras subía mis besos por su ombligo.

-Que – dijo acariciando mi nuca.

-No tengo condones aquí – la agarré de las muñecas para que se volviese a sentar y me mirase a los ojos.

-YuNa tiene en su taquilla – me dijo señalándola.

Yo asentí, me levanté y arranqué la puerta de YuNa también, no me hizo falta buscar mucho, vi la caja de condones en uno de los estantes y cogí uno, seguramente eran de HueningKai, porque que yo supiera aún no había pasado nada con Felix y JaeMin.

-Pero pon bien la puerta – me dijo Lia cuando me senté de nuevo en el banco.

-¿Cómo quieres que la ponga bien? La he arrancado, Lia – sonreí abriendo el condón con mis dedos y ella asintió.

-Quítatelos – tiró de mis pantalones y mis bóxers y me quitó el condón para acabar de sacarlo ella.

Yo solo obedecí, dejándolos en mis tobillos y que Lia me pusiese el condón con cuidado de no romperlo, después se sentó a horcajadas sobre mí, colocando la punta en su obertura y bajando las caderas poco a poco hasta que estuve completamente dentro de ella.

-¿Es oficial ya? – me preguntó moviendo sus caderas con la ayuda de mis manos en su cintura.

-¿Así debo interpretarlo? – sonreí sobre sus labios y ella me mordió el inferior con fuerza.

Llevé una mano de nuevo a uno de sus pechos y con la otra seguí ayudándola a moverse cada vez más rápido encima de mí, sintiendo nuestras pieles chocar y como entraba y salía de ella con velocidad, sus brazos rodeaban mi cuello con fuerza y nuestras pieles empezaban a humedecerse del sudor, pero no quería que terminase, quería que durase y los vampiros siempre durábamos más en el sexo, así que no fue difícil hacer que estuviésemos un buen rato hasta notar nuestros cuerpos temblar juntos de placer y gemir nuestros nombres a la vez.

-Sí, supongo que es oficial ya – dije agarrándole la nuca para besarla y contestando a su pregunta.

-Así quería que lo interpretases – sonrió agarrándome con cariño las mejillas para seguirme ese tierno beso.

HAN POV

Horas eran las que me pasaba hablando con ChaerYeong por las noches a través de mensajes, le daba mil vueltas a la cama hablando con ella porque no se nos acababan nunca los temas de conversación y no querían que se acabase, así que como que sabía que podíamos hablar se cualquier cosa, salían temas diferentes por todos lados.

-Han – Chan picó a la puerta de mi habitación y yo le grité que abriese – ¿lo has oído?

-No – dije mirando por la ventana.

-Han sonado dos aullidos, uno de JungKook y otro de Jeno, nos vamos, avisa a los demás, voy a por los de la planta de arriba – me dijo cerrando de un portazo.

Yo suspiré, le envié un último mensaje a ChaerYeong para darle las buenas noches y después me levanté de la cama, me puse una simple sudadera y salí de la habitación.

Entré a despertar a Felix y después a la habitación de HyunJin, que ese sí que era un reto para despertarlo.

-Despierta – le encendí todas las luces de la habitación y miré hacia la cama, donde estaba él tumbado boca arriba y con HueningKai apoyado en su pecho.

-Hermano, son las dos y media de la mañana – me gritó HyunJin mirando la hora en el móvil – ¿tú quieres que dejemos de ser amigos?

-Dios mío, las dos y media – HueningKai se tapó la cabeza con la capucha de la sudadera que llevaba – ¿se puede denunciar eso?

-Tiene pena de muerte – HyunJin se volvió a dejar caer en el colchón – ¿qué coño quieres? – me miró.

-Se ha oído un aullido de JungKook y Jeno, tenemos que irnos, los lobos pueden estar en peligro – le expliqué yo destapándolos – dejad de llorar, sois vampiros, no os gusta dormir.

-Pero yo soy rarito, ¿recuerdas? – HueningKai escondió la cara en el costado de HyunJin.

-Pero, ¿ha sido un aullido de miedo o un aullido de placer? Alomejor estaban follando, tío – me propuso HyunJin – no quiero intervenir en pleno orgasmo.

-Tío, enserio – reí un poco agarrándolo del brazo para que se levantase – ponte la puta sudadera – se la coloqué yo – que nos vamos.

Los dos resoplaron y se levantaron de la cama despeinados y con cara de dormidos, yo reí un poco otra vez y los ayudé a salir de la habitación.

-¿Dónde ha sonado? – preguntó Lee Know llegando con Lia – por cierto, es una bruja negra – la señaló y yo abrí los ojos como platos.

-¿Ya te lo ha dicho tu padre? – Jennie también apareció.

-Se lo he tenido que decir yo – contestó Lee Know.

-Madre mía, ¿Lia una bruja? ¿qué más? Falta YeJi de mujer lobo – HueningKai rodó los ojos.

Chan solo nos ignoró y salimos de la casa con las brujas en busca de Jeno, Chan le seguía el rastro con su olfato de hombre lobo, en el fondo todos estábamos preocupados, los lobos eran amigos nuestros y JaeMin la pareja de Felix, así que lo noté nervioso por el camino.

-No logro saber bien de donde viene la sangre – oímos la voz de Jeno a unos metros de nosotros y cuando nos giramos estaban todos los lobos allí.

-¿Estáis bien? – preguntó Felix sonriendo y Jeno asintió – menos mal – Felix se lanzó a abrazar a JaeMin y lo miré sonriendo un poco.

-Solo queríamos llamar vuestra atención, JungKook ha estado por el bosque toda la noche – nos aseguró Jeno – y ahora huelo a sangre humana.

-Sí, yo también lo hago – asentí con la cabeza y miré los altísimos árboles que nos rodeaban.

-Vamos a buscar de donde viene, seguramente habrá hecho de las suyas JungKook – dijo Chan comenzando a caminar de nuevo.

-Pero no es de ninguno de mis amigos – aseguró HueningKai – su sangre no huele así.

-Tiene razón – dijo JiSung.

-¿Tú que coño haces aquí, bro? – le preguntó HyunJin.

-Eso le he dicho yo, debería estar follando – dijo JaeMin caminando de la mano de Felix.

-Yo ya he follado, cracks, los que deberíais estar follando sois vosotros dos – nos dijo llevándose el cigarro a los labios y continuando su camino.

HyunJin y JaeMin se llevaron la mano al corazón ofendidos y yo empujé a HyunJin hacia delante para que no se quedase atrás.

Seguimos el rastro, pero no llegábamos a ningún sitio en clave, solo a pequeños rastros de sangre que estaban en lugares aleatorios del bosque, era siempre la misma, lo que hacía pensar que o se habían intentado defender y huir, o lo habían paseado por el bosque mientras se desangraba.

Yo miraba siempre de reojo a HyunJin, que empezó a parecer algo desubicado, se miraba las manos y de vez en cuando sacudía la cabeza, como si esta le doliese.

-HyunJin – le puse la mano en la espalda – ¿Todo bien?

-Sí, solo que me pasan cosas raras – dijo tocándose el pelo negro.

-¿Qué cosas?

-No sé – suspiró – ahora mismo estoy oliendo el chicle de sandía que tiene el chucho de Jeno en el bolsillo, para el aliento, seguramente, porque estoy seguro de que tiene la rabia o algo así.

-¿Qué? – fruncí el ceño extrañado de que pusiese oler aquello.

-Te he oído, mamonazo – Jeno lo agarró de la nuca y tiró de él hacia delante mientras le apretaba.

-Ah, socorro, que me ataca y no estoy vacunado de la rabia – bromeó HyunJin retorciéndose de dolor.

-Jeno – lo alcancé y le toqué los bolsillos de su chaqueta – ¿tienes algún chicle?

-El de la boca – me lo enseñó y yo encontré los chicles de sandía que tenía en el bolsillo, se los enseñé a HyunJin y alzó las cejas.

-Te lo he dicho – me señaló con el dedo.

-¿Cómo puedes oler eso? – le pregunté volviéndoselos a guardar a Jeno.

-No lo sé – encogió los hombros.

-Tal vez sea la piedra lunar – dijo Jeno – ¿está muy cerca de la habitación de RyuJin?

-En frente – dijo él – puede que estar tanto tiempo cerca tenga consecuencias.

-Suele pasar – encogí los hombros y ellos asintieron con la cabeza, porque tenía sentido, era lo único que tenía sentido para explicar aquello.

-Chicos – gritó Felix frente a un enorme árbol y mirando hacia arriba.

Todos nos acercamos allí y cuando estuvimos enfrente vimos a un hombre con traje de policía ahorcado allí, estaba blanco y algo morado, así que ya llevaba un buen rato ahí.

-¿Se ha suicidado? – pregunté tocándole la pierna para balancearlo.

-No, ha sido un sacrificio – aseguró Lia.

-Lo ha sido – dijo Jennie de acuerdo con ella – lo han sacrificado.

-Bajad el cuerpo – pidió Lisa.

HyunJin le dio un simple tirón y lo dejó en el suelo.

-Perdón, he sido un poco bestia – rió – perdón, señor agente, pero me multó el otro día.

Nosotros negamos con la cabeza y Lisa, que era una bruja roja, le puso la mano en la cabeza y cerró los ojos, Lisa era capaz de ver y hablar con muertos, a mi me daba muy mal rollo, se comunicaba con espíritus y era capaz incluso de tocarlos.

-Tienen razón – dijo apartando la mano de golpe – ha sido JungKook.

-¿Para que lo ha sacrificado? – preguntó Jeno sacándose el cigarro de la boca.

-Mirad – Chan se agachó al lado del cuerpo y le levantó la camiseta llena de sangre, donde vimos un símbolo grabado con una uña o algo puntiagudo, reconocimos el símbolo enseguida – las brujas de G-IDLE.

-Tienen algo entre manos – aseguró Felix.

-Ya, ¿pero el qué? No podemos saberlo solo con un sacrificio – dije cruzándome de brazos.

-Necesitamos como mínimo uno más para averiguar el patrón que siguen y así saber qué pretenden – dijo Rosé apoyando el peso de su cuerpo en una pierna.

-No es nada bueno si viene de G-IDLE, desde luego – dijo Chan mirando hacia otro lado del bosque.

Todos miramos hacia allí y vimos a lo lejos la silueta de un chico mirándonos, no le veíamos la cara, pero no nos hacía falta para saber quién era, JungKook pretendía que encontrásemos el cuerpo, nos estaba avisando de lo que se nos venía encima.

Continuara….

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