Autora YASSGY0MIE
CHAN POV
Le acerqué el café a Lia y me senté entre ella y JaeMin alrededor de la isla de la cocina, esa noche habíamos tenido una pelea con JungKook y los suyos para impedir que matasen al profesor de química del instituto y siguiese avanzando con los sacrificios, por eso estábamos muy cansados todos, pero no podíamos relajarnos, teníamos que estar alerta las veinticuatro horas.
-¿Qué te pasa? – preguntó Lee Know mirando a Lia, la cual miraba hacia la puerta con el ceño fruncido.
-Un mal presentimiento – contestó Jennie y Lia asintió con la cabeza.
-No me gustan los malos presentimientos – resopló HyunJin cogiéndole el brazo a HueningKai para comer de él.
-¿Qué pasa? – Jeno miró a las brujas.
-No lo sabemos – negaron con la cabeza y miré el sitio libre de YeJi a mi lado.
No habíamos hablado los último cuatro días, ella me esquivaba, yo la esquivaba y ni siquiera sabíamos por qué, era una pelea estúpida y sin sentido, no sabía por qué estábamos así, yo solo quería volver a estar bien, pero la tía era dura de roer.
-Una cosa, tío, bro, compadre – me dijo JaeMin – que los problemas de pareja se solucionan hablando, ¿entiendes?
-Sí, a él se le da bien eso de hablar – rió Felix señalando a JaeMin.
-Dejadlo, se ha quedado en la prehistoria – bromeó Lee Know riendo también – ¿cuánto hace que no tienes novia?
-¿Formal? – fruncí el ceño.
-Madre mía, mi hermana con novio formal – RyuJin rodó los ojos y dejó su bolsa vacía de sangre sobre la mesa.
-Doscientos o trescientos años – aproximé yo.
-Joder, tío, del doscientos al trescientos hay cien años, no dos semanas, especifica más – me pidió BeomGyu.
-Bueno, aproximadamente doscientos cuarenta y dos años – le dije en tono de burla y él me sacó la lengua con gracia así que sonreí.
-Bueno, pues ves a hablar con ella – me aconsejó RyuJin – YeJi es muy orgullosa, pero en cuanto vayas se va a derretir – me aseguró – lo está deseando.
Yo asentí con la cabeza y miré mi taza de café, tenía que ir a hablar con ella, así que iría a despertarla con su café favorito, ese que se podía beber ocho al día.
Me levanté del taburete mientras ellos hablaban y preparé el café, pensándome en cómo hacerlo, porque, aunque RyuJin me dijese que lo tendría fácil, yo seguía viendo a YeJi alguien bastante complicada.
-Ánimo, tío – me gritó Han cuando salí por la puerta.
-Te queremos, tú puedes, eres el mejor – me animó HyunJin.
Negué con la cabeza sonriendo y caminé hacia la habitación donde había estado durmiendo YeJi cuando no dormía conmigo.
La puerta estaba entreabierta y yo solo la empujé un poco más y miré la cama, que estaba vacía y con las sábanas revueltas.
-¿YeJi? – pregunté dejando el café en su mesita, al lado de su móvil, y mirando la puerta del baño abierta – YeJi, ¿dónde estás?
Nadie contestó y yo le di una vuelta a la habitación, buscándola, no estaba, miré por la ventana que daba al patio interior donde le gustaba estar, pero estaba vacío, ahí no había ni un alma.
-¿YeonJun? – fuera de la habitación escuché la voz de SooBin llamando a su novio y salí al pasillo.
-¿No está YeonJun? – le pregunté y él negó con la cabeza – ¿está su móvil?
-No – volvió a negar y miró la puerta de YuNa, que también estaba entreabierta, pero ella no estaba desayunando con nosotros – YuNa – SooBin la abrió de golpe y se quedó mirando el interior – tampoco está, ni su teléfono.
-El de YeJi sí está – dije cogiéndolo de la mesita.
-¿Qué está pasando? – me preguntó SooBin acercándose a mí.
-No lo sé, pero las brujas han dicho que tienen un mal presentimiento y ahora lo tengo yo también – admití intentando desbloquear el teléfono, pero no me sabía la contraseña y SooBin tampoco parecía hacerlo.
-BeomGyu – me dijo él haciéndome un gesto con la cabeza para que bajásemos al salón.
Bajamos corriendo y a toda prisa, algo alterados porque faltaban tres de los nuestros y no era lo normal, mucho menos que YeJi se dejase el móvil porque ella iba siempre con su teléfono a todos lados.
-BeomGyu, pon la contraseña – le ordené dándole el móvil.
-No, bro, no – me dijo JaeMin – revisar el teléfono no es la solución – me gritó dándole un golpe a la mesa.
-Vale, tío, no te pongas nervioso – le dijo HyunJin – respira, bro.
-No están YuNa, YeonJun ni YeJi – dijo SooBin – ¿sabéis algo?
-Si hubiesen salido a cazar nos habrían avisado – dijo RyuJin – al menos a mí – miró su teléfono – además YeJi no se deja el teléfono nunca.
-Entiendo – BeomGyu puso la contraseña en el móvil y lo miré para que trastease él su teléfono.
Todos miramos con impaciencia a BeomGyu, que supo perfectamente lo que hacer con el móvil de YeJi.
-YeonJun le ha enviado un mensaje hace tres horas – dijo él – estaba con YuNa en el bosque porque estaban oyendo ruidos raros – explicó – pedían ayuda porque alguien los rodeaba.
-¿JungKook? – preguntó Felix.
-No lo creo, no les habría dejado tiempo para enviar el mensaje – aseguré yo, lo conocía como a la palma de mi mano.
Todos nos quedamos en silencio unos segundos, poniéndonos en lo peor, no podían ser parte de ningún sacrificio, si fuese JungKook ya nos habría dicho algo, algún chantaje o cualquier otra cosa, pero no era así, debía estar pasando algo peor.
-Vamos al bosque – ordené – vamos a buscarlos a ellos o cualquier cosa relacionada.
Todos asintieron y salimos de la mansión, el ambiente estaba tranquilo, como si no pasase nada, como si YeJi, YuNa y YeonJun estuviesen aún con nosotros, pero no era así y en el fondo todos estábamos asustados.
Recorrimos el bosque en silencio y con cuidado, buscando cualquier cosa y vigilando a nuestro alrededor, por si aparecían ellos o cualquier persona.
-Chan – gritó Jeno desde muy de lejos – aquí.
-Por aquí, chicos – les hice un gesto con la cabeza a ChaerYeong, Felix y TaeHyun para guiarlos allí donde sonaba la voz.
Cuando llegamos todos estaban allí, frente a un árbol grande y grueso, mirándolo con atención y los ceños fruncidos.
-Mira – Jeno me señaló al suelo – creo que es de Yeonjun.
Miré el mechero tirado en el suelo y Rosé se agachó a cogerlo.
-Es suyo – aseguró mirándonos lo rayado que estaba, YeonJun siempre lo rayaba con las llaves, poniendo su nombre en cada mechero que tenía.
-No, bro, el cuñi – suspiró HyunJin – que lo han secuestrado.
-Pero, ¿quién? – preguntó Han.
-Ellos – JiSung señaló el árbol.
Había un sello grabado en la corteza, parecía de cazadores, pero los cazadores no cazaban cazadores.
-RyuJin – dije mirándola – ¿crees que tu padre sabrá algo de esto?
-Seguro que sabe quiénes son – me aseguró ella tragando saliva.
Yo suspiré, no quería hablar con SeHun, pero si tenía que hacerlo para salvar a YeJi, lo haría, y si tenía que soltarlo para salvar a YeJi, también lo soltaría.
RYUJIN POV
Los chicos habían hablado conmigo para que fuese a hablar de mi padre, iba a ir, pero tenía que mentalizarme, porque aún estaba un poco en shock por la desaparición de YuNa, pero sobre todo de mis dos hermanos, estaba preocupada, no sabía dónde podía estar o qué les podía estar pasando y yo siempre me ponía en lo peor.
-¿Hablarás con él? – me preguntó BeomGyu, el cual también estaba desquiciada por la desaparición de YuNa.
-Sí, iré – dije asintiendo con la cabeza – intenta descansar, BeomGyu.
-La que tienes que descansar eres tú, chavala – sonrió levantándose del sofá – que eres tú la que está embarazada.
-Pero estoy bien y tengo una importante misión, colega – le di una palmada en la pierna para que se fuese rápido y sonrió un poco.
Desde que él estaba con JiSung las cosas entre nosotros dos iban mejor, volvíamos a ser amigos y eso me alegraba mucho, porque BeomGyu era alguien a quién quería mucho y no quería que la relación de amistad que teníamos se fuese a la mierda.
-Ostia – dijo HueningKai en alto despertándose de golpe, se había quedado dormido hacía un rato en el sofá – que me he caído por las escaleras.
-No, tío, está todo bien, vuélvete a dormir – sonreí un poco.
Él suspiró, me agarró el brazo y tiró de mí para tumbarme entre sus piernas, con la espalda en su pecho, abrazando mi cuello y cerrando los ojos de nuevo.
-Relájate, no irás sola a ver a tu súper padre – bromeó él.
-Lo sé – dije jugando con las pulseras de su muñeca.
-Y tus hermanos estarán bien, venga ya, son hijos del puto demonio – rió – ¿cómo no van a estarlo?
-Eso espero – suspiré y dejé una mano en mi barriga – ¿no estás preocupado por YuNa?
-Me preocupa más BeomGyu ahora mismo – dijo él – como YuNa muera perderá los papeles y ninguno queremos que BeomGyu pierda los papeles porque tu padre se queda corto comparado con él – bromeó y reí un poco.
-¿Fue complicado olvidarte de ella? – le pregunté echándome un poco a un lado para girar mi cabeza y mirarlo.
-No, nada más convertirme ya no estaba enamorado – dijo encogiendo los hombros y abrí los ojos como platos, muy sorprendida – sí, sí, lo que oyes, tía – sonrió.
-¿Por qué?
-Porque conocí a mi réplica – me dijo y yo me quedé mirándolo, esperando que me dijese quién era – HyunJin, sabes lo que es una réplica, ¿no?
-Sí, ChaerYeong es la réplica de Han – recordé yo esa conversación con mi amiga cuando me explicó aquello – estoy al día.
-Sí – ladeó un poco la cabeza y alcé las cejas.
-¿Por qué ladeas la cabeza?
-Porque puedo – rió y le di un codazo en las costillas – no, tía, no estamos en igualdad de condiciones, yo no puedo pegarte a ti – se quejó él.
Yo suspiré y lo dejé estar, sabía que se había quedado con algo que decirme, pero no iba a hacerlo, HueningKai era un bocazas la mayoría del tiempo, pero a la hora de los secretos era una maldita tumba.
Me quedé mirando la pared, agarrada a las pulseras de HueningKai y sintiendo a ese bebé que crecía en mi interior, la preocupación cada vez era más por mis hermanos, me podía permitir perder a mucha gente, pero no a ellos y empezaba a desquiciarme la idea de no saber dónde estaban y más aún la de tener que hablar con mi padre.
-Bueno, siento arruinar este precioso momento al que me uniría sin ningún problema y mucho gusto – dijo HyunJin entrando en el salón, los dos nos giramos a mirarlo, iba guapísimo con esa capucha de la sudadera blanca puesta – pero creemos que tienes que hablar con tu padre.
-Sí – asentí con la cabeza y me separé de HueningKai para levantarnos del sofá.
Me dijeron que irían conmigo todos, no tenían ni idea de los problemas con mi padre, pero aún así venían conmigo, ojalá nos hubiésemos dado cuenta que los vampiros y lobos no eran todos malos, ojalá haberlos conocido antes.
Me subí en la moto de HyunJin, lo que fue raro porque siempre iba en coche, pero igualmente aproveché ese momento para abrazarme bien a su cuerpo y sentirlo pegado al mío, últimamente era lo que más me gustaba y lo que el cuerpo me pedía, tenerlo cerca, dándome la mano, abrazándome o simplemente sentado a mi lado mirando su móvil.
-Entrad todos – dije dándoles permiso a pasar a esa casa.
Me quedé frente a las escaleras que bajaban al sótano y las miré, vacilando en si bajar o mejor averiguarlo todo por nuestro lado.
-Oye – HyunJin me abrazó por la espalda – no sé qué te pasa con tu padre, pero estamos todos aquí, no hará nada – me aseguró.
-¿Quieres que bajemos nosotros y lo subamos aquí contigo? – me preguntó Jeno.
-Vale – encogí los hombros.
Jeno, Lee Know, Chan y JiSung bajaron al sótano a coger a mi padre y yo me fui al salón con HyunJin y los demás, a esperarlos, estaba nerviosa porque mi padre con una palabra era capaz de hundirme en la miseria otra vez, esa de la que estaba saliendo muy poco a poco con la ayuda de todos, que no se daban cuenta de lo mucho que hacían.
-¿Los has dejado entrar a todos, RyuJin? – su voz sonó a mi espalda y me giré a mirarlo.
Él caminaba con tranquilidad y prepotencia hacia nosotros, con los cuatro chicos que lo habían sacado siguiéndolo y vigilándolo, no se fiaban ni lo más mínimo.
-Felix… – mi padre le sonrió al chico de pelo naranja sentado al lado de su novio, que le gruñó en forma de defensa – ¿lo habéis vacunado de la rabia? – bromeó mi padre señalando a JaeMin.
-Vaya, pues sí que es gilipollas, sí – suspiró JiSung encendiéndose un cigarro.
-Wow, ¿dejáis fumar a los bebés? – se quedó frente a todos nosotros y con aires de superioridad, sabía que no nos ganaría a todos, pero aun así no perdía la compostura.
-Eh, tú, payaso – le dijo Jeno señalándolo – con mis dos niños no – lo advirtió.
-¿Qué es esto, RyuJin? ¿Una reunión familiar? – preguntó mirándome con las cejas alzadas – porque te has dejado a los importantes, que son tus hermanos.
-A eso vengo porque créeme que no tengo ninguna intención de una reunión familiar contigo – escupí con rabia.
-Que feo está eso, hija – arrugó la nariz.
-No me llames así, has perdido ese derecho – le dije poniéndome frente a él.
-Por mucho que te joda sigues siendo mi hija.
-Y no sabes el asco que me da – le aseguré.
-Uf, ha sido un golpe bajo ese, suegro – bromeó HyunJin encendiéndose otro cigarro.
-No me calientes, RyuJin – me advirtió señalándome con el dedo.
-Tampoco te pases que también es mi favorita – le dijo Jeno.
-¿Dónde están YeonJun y YeJi? – me preguntó.
-Secuestrados con YuNa – dije yo de golpe, sin rodeos, y sus ojos se ablandaron enseguida, eso dolía, ver como quería a mis hermanos, pero a mi era capaz de matarme y sin sentir absolutamente nada – ¿qué sabes? – me saqué el móvil del bolsillo y le enseñé la marca del árbol.
-Red Velvet, cazadoras – me dijo sin vacilar – tu madre Irene, ChaerYeong – dijo sin mirarla.
-Joder, aparecen madres de debajo de las piedras – suspiró Lia.
Mi padre alzó la vista y miró a Kai, el cual estaba apoyado en la pared con los brazos cruzados.
-Kai – lo saludó con la cabeza.
-SeHun – lo saludó igual.
-¿Por qué querrían a mis hermanos y YuNa? – le pregunté yo para que volviese a la conversación.
-Porque saben que estáis en el otro bando – dijo con seguridad – querrán que delaten a los vampiros y lobos.
-Eso incluye torturas y esas cosas, ¿no? – preguntó SooBin atacado de los nervios.
-Claro – dijo mi padre – pero bueno, ellos se tomaron los entrenamientos enserio, resistirán hasta que los encontremos – me dijo a mí, destacando lo de los entrenamientos, en esos en los que yo no era demasiado buena, pero mis hermanos sí.
-Exacto – sonreí – encontraremos, nosotros, tú no – dije con dureza.
-Son mis hijos también, RyuJin – me dijo él dando un paso hacia mí y yo lo miré fijamente a los ojos, ellos sí le importaban y mucho, pero yo no iba a dejar que un monstruo como él saliese – además – me puso la mano en la barriga – tendremos que estar todos juntos si ahora me vas a hacer abuelo, ¿no?
-¿Tú? – sonreí y le aparté la mano – tú no vas a ser abuelo, ¿sabes por qué? – alcé las cejas – porque si no te has comportado como un padre, no me quiero imaginar como un abuelo, a mi hijo no vas a hacerle lo mismo que me hiciste a mí, papá – me lamí los labios y él frunció el ceño – bajadlo otra vez – les pedí a los demás.
-Venga, vámonos, suegro – HyunJin se levantó del sofá, me dio un beso en la cabeza y entre él y unos cuantos más se lo llevaron a la fuerza.
Yo borré cada imagen de mi cabeza y me concentré solo en una cosa, Red Velvet.
LIA POV
Daba vueltas por la habitación de Lee Know en la mansión, me dolía la cabeza, mi cuerpo temblaba y las velas no paraban de encenderse y apagarse a mi alrededor, mi magia estaba funcionando, pero no lo podía controlarla, no sabía hacerlo, estaba completamente perdida porque había comenzado a funcionar sin mi consentimiento y no la podía parar.
-Lia, mi amor, mi vida entera, ¿quieres que salgamos a cenar y te despejas un poco? – preguntó Lee Know abriendo la puerta de la habitación.
-Sal, MinHo – le pedí.
Él fue a obedecer, porque sabía que podía matarlo, pero mi magia le cerró la puerta y se quedó atrapado conmigo.
-Vale – me miró de nuevo – Lia, concéntrate, no me quieres matar, se supone que me quieres – intentó avanzar hacia mí y cerró los ojos con fuerza – Lia, para – me pidió llevándose las manos a la cabeza.
-No puedo – dije cerrando mis puños con fuerza – mamá – grité, deseando que mi madre me oyese y viniese a ayudarme.
-Lia – me suplicó Lee Know cayendo al suelo de rodillas y apretándose la cabeza.
-No puedo – dije más alto y apretando los dientes mientras lo miraba y las velas no dejaban de encenderse y apagarse – Lee Know – grité.
Él no contestaba, parecía como si lo estuviese matando, como si su cabeza fuese a explotarle en cualquier momento y yo me sentía impotente, enfadada conmigo misma por no poder controlarlo, por no poder ayudar a Lee Know, el cual cada vez estaba más tirado en el suelo.
-Lia – Jennie abrió la puerta – Lia, lo estás matando – tocó una pared con su mano y toda mi magia dejó de funcionar, igual que el cuerpo de Lee Know, que se desplomó en el suelo inconsciente.
-No, MinHo – intenté correr hacia él, pero mi madre se interpuso en nuestro camino.
-No lo toques, sal de aquí, ves a tu casa y date una ducha de agua fría, ahora mismo podrías matarlos a todos – me dijo ella agarrándome las mejillas y yo miré a Lee Know con lágrimas en los ojos – Lia, está Lisa con él, es la mejor bruja roja que he conocido, confía en ella.
-¿Está muerto? – pregunté pasándome el puño por la cara.
-Sí, pero tranquila – me aseguró mi madre – vamos – me agarró la mano y tiró de mí.
Yo no dejé de mirar a Lee Know con Lisa, Chan y JiSoo, tenía el corazón encogido solo de pensar que estaba muerto y que lo había matado yo.
-No te acerques, Kai – le dijo mi madre a mi padre cuando este intentó venir hacia mí – ChaerYeong – llamó a mi amiga, que caminaba por el pasillo buscando a alguien – llévala a casa, ¿vale? Volved cuando os avise.
-¿Qué ha pasado? – preguntó ella preocupada.
-Te lo explicará por el camino – le guiñó el ojo a ChaerYeong, que me agarró la mano y me sacó de allí.
Se mantuvo en silencio un buen rato mientras atravesábamos el bosque, yo solo miraba el suelo, la tierra, la hierba y las hojas que caían de los árboles, me temblaban los labios y apretaba la mano de mi amiga con mucha fuerza, deseaba volver atrás e irme con Lee Know, para saber que estaba bien, que todo había sido un simple susto.
-Lia, ¿qué ha pasado? – me preguntó al fin ella cuando ya llegábamos a casa.
-Creo que he matado a Lee Know – tartamudeé – pero ha sido sin querer, te lo prometo.
-Vale, tranquilízate, están todos allí con él, no morirá – me aseguró metiendo la llave dentro de la cerradura y se quedó parada – Lia – murmuró – está abierta – susurró empujándola un poco.
Ella me soltó la mano y cogió el cuchillo que tenía guardado en la bota.
Las dos entramos en casa con sumo cuidado y silencio hasta llegar al salón, donde encontramos a cinco mujeres apuntándonos con su arco, junto a mi tío SuHo y lo más sorprendente de todo, otra ChaerYeong.
-Papá – le dijo la ChaerYeong de mi lado – ¿quién es esa? – señaló a la otra.
-Otra réplica – dijo él sonriente – no es mi hija, pero ella no va a irse al otro bando – al decir aquello, la segunda ChaerYeong nos apuntó también con el arco.
-¿Qué os pasa a todos los padres? Tenéis el cerebro lavado – dijo mi amiga en un suspiro.
-Si es que el mejor amigo de SeHun tenía que ser – dije yo – ¿tenéis a YeJi, YeonJun y YuNa?
-Afirmativo – sonrió una de ellas – hola, cariño – miró a ChaerYeong.
-Supongo que eres mi madre – dijo ella empuñando bien los cuchillos.
-Sí – asintió con la cabeza.
-Papá, ¿has secuestrado a tus sobrinos? – le preguntó ChaerYeong al tío SuHo.
-Cariño – él suspiró y se sentó en el brazo del sofá – yo te enseñé a separar vida de trabajo.
-Eso es una mierda – aseguré yo.
-Decidnos donde están los otros lobos y vampiros – ordenó SuHo – o dispararán – alzó su mano y yo tragué saliva.
Nosotras dos lo retamos con la mirada y él miró a su hija unos escasos segundos, pero era una mirada fría, como la de SeHun con RyuJin, lo que me sorprendió, pero aún así cerró su puño dando la orden de disparar.
-Corre – grité abriendo mi mano y creando una especie de pared transparente donde quedaron atrapadas las flechas.
ChaerYeong empezó a correr delante de mí y yo fui detrás, protegiéndonos de las flechas que nos tiraban, no sabía cómo lo estaba haciendo, pero supongo que el instinto de supervivencia era mucho más fuerte de lo que esperaba.
A mitad de camino ya no nos seguía nadie, pero aún así corrimos como nunca antes hacia la casa de los vampiros otra vez, donde abrimos la puerta a toda prisa y entramos sin pensarlo, cerrándola con todos los candados que había.
-Hey, ¿qué pasa? – preguntó Jeno mirando a ChaerYeong, que lloraba un poco, porque en realidad la situación era para hacerlo, su padre la había querido matar y sustituir por otra – pero no llores, mujer – sonrió abrazándola.
-Papá – yo miré a mi padre mirarnos extrañado y me lancé a sus brazos.
-¿Qué ha pasado? – preguntó JiSung llegando donde nosotros.
ChaerYeong y yo nos miramos durante unos segundos y ellos nos llevaron a la cocina para que se lo explicásemos todo, pero la verdad es que mientras ChaerYeong lo escuchaba, mi cuerpo empezó a debilitarse mucho y muy rápido, cosquilleos en las manos, mareos, un nudo en el estómago y el pecho que apenas me dejaba respirar.
Lo último que recuerdo es caer en los brazos de mi padre y JiSung, que me cogieron para que no cayese al suelo
Continuara…
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