Autora YASSGY0MIE
HYUNJIN POV
-Hijo de JungKook – me dije a mi mismo dándole vueltas a mi habitación y tocándome el pelo con agobio – hijo de JungKook, soy hijo de JungKook – repetí.
Al llegar a casa, Han me había dicho, a mi y a todos, lo que le dijo JungKook, que era su hijo, también me dio un collar con una piedra roja colgando, a mi esa información me había dejado muy impactado, no me lo esperaba, no esperaba que pudiese ser hijo de JungKook, pero lo veía completamente posible, él era un híbrido y yo también lo era de nacimiento, o era su hijo o era el de Chan.
-Joder – le di un golpe con la mano a la pared y miré a RyuJin y HueningKai, tumbados en la cama, ella mirándome apoyada en el cabezal y HueningKai con la mejilla en su barriga, mirándome también – que soy hijo de JungKook – volví a decir.
-Lo has dicho ciento cuatro veces ya, HyunJin – me dijo RyuJin acariciando el pelo de HueningKai con su mano.
-Yo he contado ciento seis – me dijo él – tranquilízate, que seas hijo de JungKook no significa nada.
-Significa que soy hijo del enemigo, ¿te parece poco? – le pregunté hincando una rodilla en el colchón.
-Ven aquí – RyuJin abrió sus piernas y me cogió la mano para que me tumbase entre ellas y apoyase mi mejilla al otro lado de su barriga, donde no estaba HueningKai.
También me tocó el pelo a mí y yo cerré los ojos concentrándome en el latir del corazón del bebé que tenía dentro, eso me relajaba, me hacía encontrar una paz interior increíble y que en ese momento necesitaba, además también sentía la respiración de HueningKai y RyuJin muy cerca y eso me ayudaba mucho.
-Chan es mi tío – dije yo cayendo en la cuenta de ese dato – wow.
-Tu tío de sangre – apuntó HueningKai – es que eso es muy fuerte.
-Me voy a convertir en su favorito ahora, lo tengo claro – bromeé sonriendo un poco.
-Creí que ya lo eras – sonrió RyuJin.
-Pues claro – encogí los hombros – de Chan y de todo el mundo.
-Sin duda – dijeron los dos a la vez y después rieron, sus risas juntas sonaban bien.
Me quedé unos segundos más en silencio, pensando en aquello, porque ahora necesitaba encajar todas las piezas de la historia de mi vida, pero no sabía cómo y la curiosidad y el interés me mataban por dentro, incluso tenía ganas de ir a hablar con JungKook, vaya, con mi padre.
-Vosotros tres, tortolitos – Jeno abrió la puerta de la habitación.
-Oye, pica a la puerta – le dijo HueningKai – ¿y si estábamos follando qué?
-Tú no follas ni queriendo, tonto del culo – le contestó y luego me miró – tengo una forma de saber todo lo que pasó en tu vida pasada, ¿quieres intentarlo?
-¿Yo? – me levanté de golpe.
-No, mi prima – dijo con sarcasmo él.
-Te has levantado con el pie izquierdo hoy, ¿no? – le preguntó RyuJin levantándose también.
Yo le miré la barriga, ya se le notaba bastante y que estuviese creciendo tan rápido tampoco era muy normal, puede que ser un híbrido estuviese acelerando las cosas y se nos estaba viniendo encima un bebé, nos decíamos entre los dos que estábamos preparados, pero en el fondo estábamos cagados de miedo.
-Pues como cada día – contestó HueningKai pasando por su lado para salir de la habitación.
-Tira para allí – le dijo Jeno dándole una colleja.
-¿Cómo te aguanta Lisa? – le preguntó RyuJin.
-Pudiendo estar conmigo y te vas con Lisa… – dije yo rodeando los hombros de mi amigo con mi brazo – Jenito, tú te lo pierdes – le besé la mejilla.
-A mi no me des besos – se apartó.
-Ya te los doy yo – HueningKai se le lanzó encima y Jeno tuvo que caminar con él encima intentando darle besos por la cara.
Jeno nos llevó al jardín trasero, donde estaban todos esperándome, como si hubiesen hablado sobre aquello antes de que llegásemos.
-Buenos días, aquí el hijo de JungKook, ¿qué miráis tanto? – dije abriendo mis brazos – tito Chan, parece que vayáis a matarme.
-Ojalá – bromeó Han y le lancé un beso.
-No, bro, eso jamás – me dijo JaeMin guiñándome el ojo.
-Las brujas tienen las zarpas de JungKook – habló Lee Know – espera, me voy a explicar fatal, he empezado muy mal, ¿no? – los miró a todos, que asintieron con la cabeza.
-Horrible – le dijo Lia arrugando la nariz.
-Yo lo explico – Chan miró la hora en su reloj y se puso en pie – sobrinito – me pasó un brazo por los hombros – Jeno va a acceder a tus recuerdos a través de las garras de JungKook – Rosé le dio una cajita de oro y cuando la abrió ahí estaban las uñas de lobo de JungKook – no preguntes – me pidió.
-No iba a hacerlo – fruncí el ceño, en el fondo tenía curiosidad, pero creo que era mejor no preguntar – ¿y por qué Jeno?
-¿Tienes algún problema? – me preguntó él alzando las cejas – porque soy un alfa, solo yo puedo hacerlo.
-Si tuvieses dos pies izquierdos te habrías levantado con los dos hoy – le dije yo rodando los ojos – con calma, Lisa a ver si follamos más – miré a la chica que encogió los hombros sonriendo.
-Siéntate, va – me pidió Chan señalándome la silla en medio de todos los demás.
-Claro, tito, yo lo que tu me digas – dije obedeciendo y sentándome allí.
Jeno se acercó a las uñas, las cuales JiSoo puso bien para que él solo hundiese las manos en la caja y las clavase con las suyas, eso tenía que doler de cojones, pero parecía dispuesto a hacerlo sin ningún problema y yo no iba a negarme u oponerme.
-Su puta madre – se quejó Jeno de dolor sacando las manos de la caja por donde chorreaba la sangre de sus uñas.
-Vamos, Jenito – lo animó HueningKai dando palmas.
-Cállate antes de que te saque los ojos con ellas – lo amenazó enseñándole las uñas.
HueningKai rodó los ojos y Jeno se puso a mi lado.
-Esto va a dolerte bastante, pero lo soportarás – me avisó.
Antes de poder decir cualquier cosa, noté las uñas clavarse en mi nuca, siguiendo la columna vertebral, noté mis ojos ponerse rojos enseguida y solté un fuerte gruñido de lobo que pareció ensordecerlos a todos, que se taparon los oídos, después me quedé inconsciente con las garras en mi nuca, pero podía sentir mi mente funcionar y las voces de los demás pidiéndole a Jeno que escarbase en los más profundo de mis recuerdos.
Entonces me vino a la cabeza todo mi nacimiento, como si yo fuese una tercera persona que estaba allí, mi madre resultaba ser una bruja que dio su vida para que yo fuese otro híbrido, que sería vampiro sus quinientos primeros años de vida y después iría desarrollando los poderes de lobo.
Había escenas de JungKook conmigo, en sus brazos, dándome de comer, durmiéndome, hablándome, todo como un padre completamente normal, que me quería, un JungKook que parecía tener alma.
En otra escena, una bruja entró en la casa donde vivía con él, yo debía tener unos tres años y seguiría creciendo hasta llegar a la edad de mi padre, ahí me quedaría para siempre, con ese aspecto. La bruja hablaba conmigo, me tocaba los brazos y las manos, como si quisiese saber algo, pero JungKook parecía no fiarse y al final la bruja nos echó una maldición a ambos, cuando yo cumpliese los quinientos sesenta años, mataría a mi padre y cuando lo hiciese me quitaría la vida a mí mismo, todo porque más de dos híbridos en el mundo era demasiado peligroso y estaba en contra de las leyes naturales de lo sobrenatural, nosotros éramos experimentos de brujas.
La última imagen que apareció en mi cabeza fue la de mi padre llevándome al bosque y dejándome allí, con tres años, después alejarse mientras yo le lloraba y gritaba que no se fuese, pero lo hizo y yo me quedé abandonado en el bosque.
-HyunJin – Jeno me sacudió con fuerza y yo abrí los ojos de repente.
Estaba llorando, tenía un nudo en el pecho que me oprimía, como si me hubiesen vuelto a abandonar en aquel sitio y yo estuviese sintiendo lo mismo que cuando tenía tres años.
-Todo cuadra – aseguró Chan – yo lo encontré en ese bosque – me tocó el hombro y yo me levanté a abrazarlo – tranquilo – me acarició la cabeza y suspiré.
-Que mal trago, coño – dije yo – que feo era de pequeño – bromeé y todos rieron un poco.
-¿Cuántos años tienes? – me preguntó Jennie frunciendo el ceño.
-Quinientos cincuenta y nueve – dije yo separándome de Chan.
-Pero los cumples en unos meses, ¿no? – recordó Felix frunciendo el ceño.
-Gracias por acordarte, tío, creo que eres el único – sonreí.
-En tres meses estás destinado a matar a tu padre y quitarte la vida, HyunJin – dijo Lee Know con franqueza y el cigarro en los labios.
-Jennie, dime que tienes un plan – le dije yo mirándola serio.
-Necesito que encontremos a la bruja del hechizo – nos dijo ella colocándose bien el pelo.
Todos nos miramos entre nosotros porque cada vez las cosas se nos complicaban más y algo no iba a salir como queríamos, tenía esa sensación y era horrible.
YEJI POV
Los días no pasaban para nosotros tres, todo estaba oscuro siempre y solo nos iluminaba un foco de vez en cuando, cuando el tío SuHo venía a preguntarnos por los demás vampiros, pero ninguno íbamos a decir ni una sola palabra, pensábamos resistir hasta que nos encontrasen, porque algo dentro de mí me decía que nos estaban buscando y nos acabarían encontrando.
-Buenas tardes – SuHo entró de nuevo donde estábamos y encendió el foco, fue entonces cuando pude ver a los otros dos.
YuNa estaba a mi derecha, atada en la silla, con el pelo rubio despeinado y sucio cayéndole por la cara y algunos golpes por el cuerpo, a mi otro lado estaba mi hermano, el cual se había llevado la paliza más grande de todas y llevaba horas sin hablar, a pesar de ser él quién más nos animaba a las dos.
-Se ha oído el gruñido de un híbrido aquí cerca – nos avisó SuHo sentándose en una silla frente a nosotros, con el respaldo entre sus piernas – demasiado cerca.
-O demasiado fuerte – dijo YeonJun ladeando con la cabeza y SuHo lo fulminó con la mirada, no lo soportaba, lo notaba.
-Dejad de protegerlos – nos pidió – no os traen nada bueno.
-Quién no trae nada bueno eres tú – escupió YuNa con rabia.
-Tío SuHo, suéltanos antes de que nos encuentren – le dije yo sonriendo con prepotencia – van a matarte, son muchos – le aseguré.
-No me dan miedo – dijo levantándose cuando su móvil empezó a sonar – ahora vuelvo.
-Sí, claro, tómate tu tiempo – bromeó YeonJun escupiendo algo de sangre al suelo.
SuHo se fue de allí y nos volvió a dejar solos y con las luces apagadas, yo suspiré y me quedé mirando en dirección a la puerta, esperándolo, pero cuando esta se volvió a abrir, lo que vi fueron tres pares de ojos rojos y unos cuantos amarillos y en mis labios, instantáneamente, dibujaron una sonrisa.
-¿Nos echabais de menos o qué? – preguntó JaeMin encendiendo las luces – vamos a darnos prisa que no creo que ChaerYeong pueda distraerlo mucho.
-¿Papá? – pregunté mirándolo al lado de Chan y Jeno.
-YeJi – sonrió y corrió hacia mí para desatarme de esas cuerdas que me sostenían a la silla.
Yo lo miré sonriente, estaba suelto, después miré a Chan, lo había soltado y le había dado un voto de confianza, cosa que me sorprendía muchísimo.
Chan hizo que sus ojos volviesen a ser negros para mirarme y sonreír un poco, yo hice lo mismo, porque había pensado mucho en él durante ese secuestro, debería haber arreglado las cosas con él antes porque al fin y al cabo todo era una tontería y si al final SuHo nos mataba, me iría estando mal con él y no quería eso.
-¿Estás bien? – me preguntó mi padre agarrándome las mejillas con las manos y asentí con la cabeza – menos mal – me abrazó contra su pecho y rodeé su cintura con mis brazos.
Mi padre era un cabrón, pero yo lo quería mucho.
-Vámonos – dijo BeomGyu ayudando a YuNa a levantarse.
-ChaerYeong dice que ya viene – nos dijo Han mirando su móvil.
-¿Puedes andar? ¿Estás bien? – me preguntó mi padre preocupado y asentí de nuevo – ¿YeonJun?
-Estoy bien – dijo él al lado de RyuJin.
Mi padre me cogió para que saliésemos rápido de allí, antes de que SuHo volviese y para cuando lo hizo ya no debíamos estar allí y yo estaba en la mansión, de vuelta a casa, pero no me apetecía hablar sobre eso, estaba cansada y si hablaba con alguien era con Chan porque era el único con el que me apetecía estar.
Simplemente me fui a su habitación a ducharme cuando él aún hablaba con YeonJun y YuNa, que les explicaban lo que habíamos vivido. Yo me duché tranquilamente, me curé algunas heridas del cuerpo y me vendé el dedo meñique que estaba sin uña y aún dolía horrores.
Cuando salí del baño, vi a Chan sentado en la cama y levantando su cabeza del móvil para mirarme a mí, lo observé durante unos segundos, sonreía un poco de lado así que podía ver esos hoyuelos que tanto me gustaban de él, llevaba el pelo rubio alborotado y la camiseta negra se pegaba a su cuerpo dejando que se admirara cada parte de este.
No me lo pensé más e hice aquello que más quería hacer en ese momento, que era abrazarlo y tenerlo entre mis brazos, lo rodeé por el cuello y me senté en sus piernas, por lo que acabamos los dos tumbados en la cama abrazándonos y sentí de nuevo todas esas cosas que solo Chan me hacía sentir.
-Estaba muy preocupado por ti – me dijo apretando sus dedos en mi espalda y dejando un beso en mi cuello.
-Sabría que vendríais – murmuré acariciando su pelo – que nos estabais buscando.
-Sinceramente, ni siquiera sabíamos si os encontraríamos – admitió él cuando me separé un poco para mirarlo.
-Lo habéis hecho – sonreí.
-Sí, gracias a que tu padre se acostaba con SuHo de vez en cuando – dijo él sonriente.
-Sabía que lo hacían, nunca me lo dijeron – rodé los ojos y sonrió otra vez – ¿qué vais a hacer ahora con mi padre?
-Yo nada – dijo encogiendo los hombros – es decisión de los demás también – suspiró poniéndome un par de mechones de pelo detrás de la oreja.
-Siento que discutiésemos de esa manera el otro día – dije trazando círculos en su pecho.
-Yo también lo siento – se lamió los labios – era una pelea bastante estúpida.
-Supongo que todos estamos un poco nerviosos con lo que está pasando – encogí los hombros y él me agarró la mano para mirarme el meñique vendado, enseguida noté cómo el dolor disminuía y sus venas del brazo se volvían negras – aunque deberíamos intentar calmarnos – propuse – todos – aclaré.
-Deberíamos – asintió con la cabeza.
Entonces me explicó lo de HyunJin y JungKook, que empeoraba más las cosas y así nadie podía estar tranquilo ni cinco minutos, porque cuando menos nos lo esperábamos pasaba algo que multiplicaba nuestros problemas, esos que todos queríamos que acabasen en cuanto antes.
YUNA POV
Me desperté tumbada en la cama de JaeMin, no sabía cuanto tiempo llevaba durmiendo, pero ya era de noche y yo me encontraba bastante mejor, aunque me había costado mucho dormirme y Felix debió hacer algo de vampiros para dormirme enseguida, porque fue darme la mano y quedarme dormida.
Miré a mi alrededor, Felix estaba tumbado a mi lado, pero con la cabeza a los pies de la cama y mirando su teléfono, JaeMin se tatuaba algo en la pierna en el salón y como la puerta de la habitación estaba abierta podía verlo desde allí.
-Huele bien – dije olisqueando el ambiente.
-Claro, porque soy un cocinero de puta madre – me dijo JaeMin riendo desde el sofá.
-Mentira, es porque estoy yo aquí – bromeó Felix sentándose en la cama para mirarme – ¿cómo estás?
-Bastante mejor – dije incorporándome yo también.
-De nada, si es que somos los mejores – JaeMin dejó la máquina de tatuar en la mesa de centro y se limpió el tatuaje con una servilleta mojada.
-¿No te duele nada? – me preguntó Felix cogiéndome la mano.
-La uña, pero no demasiado – le dije encogiendo los hombros – ¿hay algo de cenar? Porque me muero de hambre.
-Nosotros, ¿te apetece cenarnos? – me preguntó JaeMin con picardía y alcé las cejas sonriendo – vale, me callo.
-JaeMin ha hecho la cena – me dijo Felix levantándose y tirando de mí para que lo hiciese también.
Al hacerlo tan de golpe me mareé un poco, pero Felix me agarró con fuerza y me llevó con JaeMin, el cual empezó a calentar la comida y servirla para los tres.
Me senté con ellos como muchas veces había hecho, pero me sentí diferente, porque las anteriores veces no me daba cuenta de nada, me había hecho falta un secuestro para darme cuenta que eran más importantes de lo que creía para mí, que se había convertido en una parte importante de mi vida y me dolería que se fuesen de ella.
Durante el secuestro solo pensé en tres personas, mi hermano y ellos dos, no me cabía nadie más dentro, solo ellos tres.
Así que durante esa cena traté de prestarles toda mi atención cuando me explicaban las cosas que me había perdido por estar secuestrada por mi propio tío y consiguieron que mi ánimo subiese multiplicándose por diez, porque era lo que siempre hacían y lo hicieron desde ese momento en el que HueningKai desapareció, yo me fui a la cafetería y ellos se sentaron conmigo.
Al acabar nos tumbamos en la cama y JaeMin puso una de sus películas, de esas que solo le gustaban a él, pero no vimos nada de la película, porque estuvimos hablando y jugando entre los tres a cualquier tontería.
-¿Por “ba”? – preguntó JaeMin cuando le tocaba su turno en el juego de las palabras encadenadas – pero si ya has dicho tú una que empezase por eso – señaló a Felix.
-Pero ha dicho baba – le dije yo riendo.
-Ay, que cabrón eres – dijo mirando serio a Felix – ba… – miró al techo para pensar – barba – dijo señalándonos con el dedo – lo sé, podría ser un diccionario perfectamente – se mofó apoyando su cabeza en mi hombro – un crack, un máquina, chicos… – bromeó.
-Eres tan tonto a veces – reí pasándole un brazo por los hombros y él alzó la vista para mirarme.
-Sí, sí, tonto – afirmó Felix – has oído bien, JaeMin.
-Cállate que contigo no estoy hablando – le dio con el pie en la pierna a Felix – ¿cómo que tonto? – me preguntó a mí.
-Tonto, JaeMin, no sé, tonto – encogí los hombros y sonrió.
-Ya – se pasó la lengua por los labios – pero luego se os cae la baba a los dos cuando me quito la camiseta, en fin, la hipotenusa – bromeó.
-¿Cómo te lo tienes tan creído? – le preguntó Felix pellizcándole el pie.
-Cariño, con cuidado, no vayas a desmontar a este monumento – se señaló todo el cuerpo – a mi me tenéis que besar y tratar con cuidado – me agarró de la barbilla – pero sobre todo besar – aclaró dándome un beso en los labios.
-Captadísimo, JaeMin – le dije sonriendo y dándole otro beso, porque si por mi fuera estaría besándolos toda la noche.
-Así me gusta – sonrió JaeMin atrayendo a Felix con nosotros, el cual enseguida besó mi cuello con sus mullidos labios.
Así quedaron los dos uno a cada lado de mi cuerpo y yo repartiéndome entre los labios de JaeMin y Felix y sus cuellos, ya me había acostumbrado a besar a dos personas a la vez, aunque sabía que ese día no solo serían un par de besos y estaba deseando que eso pasase, quería que acabásemos con esa tensión que teníamos siempre, necesitaba sentirlos míos por completo.
JaeMin y Felix ya no llevaban sus camisetas, ni para cenar las llevaban, por eso no tardaron en quitarme la mía despacio y con cuidado, poniéndonos los tres de rodillas para poder tener accesibilidad a todos, JaeMin pasó su lengua desde debajo de mi ombligo hasta mi cuello, pasándola por el tatuaje de la rosa en llamas que había entre mis dos pechos, mientras, yo devoraba los labios de Felix como si no hubiese un mañana, como si fuesen lo mejor del mundo, adoraba notar como nuestras bocas encajaban a la perfección.
Pasé los dedos por el fino colibrí del costado de Felix, el cual me tenía agarraba de la cintura con una mano y la otra la tenía en el hombro de JaeMin, como yo, porque su piel tatuada era suave e invitaba a tocarle todo el cuerpo.
-¿Puedo? – me preguntó Felix subiendo su mano por mi espalda hasta tocar el broche del sujetador.
-Claro – sonreí, no por el sujetador precisamente – ¿por qué vais con tanto cuidado?
-Porque HueningKai tiene pinta de ir con cuidado – dijo JaeMin por decir algo y frunciendo el ceño.
-Si vosotros lo decís… – encogí los hombros – pero que podéis hacer lo que queráis.
-¿Lo que queramos? – me preguntó JaeMin pegado a mis labios.
-Sí – volví a asentir y los dos se miraron sonrientes, como si se leyesen la mente.
-Entonces, nos dejas hacerte lo que queramos – repitió.
-Sí – volví a decir, para asegurárselo, me pondría en las manos de ambos si pensármelo.
Felix se movió en la cama para llegar al cajón de la mesita de noche y sacó dos cintas negras y largas para enseñárnoslas a ambos.
-No perdéis el tiempo – bromeé ladeando la cabeza y mirando las cintas.
-Eso nunca, tía – me dijo JaeMin riendo – y menos en el sexo, ¿estamos tontos o qué?
-¿Quieres o no? – me preguntó Felix sonriendo.
-Ponlas – junté mis muñecas y se las enseñé.
Los dos miraron sonrientes aquello y cuando Felix me lo ató, JaeMin me tiró hacia detrás para que me tumbase y así poderme atar las muñecas al cabezal de la cama, encima de mi cabeza.
-Cierra los ojos – me pidió JaeMin con la otra cinta en sus manos.
Sonreí y obedecí para que me los tapase mientras Felix bajaba sus besos por todo mi cuerpo hasta el borde de los pantalones de chándal que llevaba.
-¿Ves algo? – me preguntó JaeMin cuando acabó de ponérmelo.
-No – suspiré y me agarré a las cintas que me ataban al cabezal.
Eso me estaba excitando más de lo que creía que haría, me estaba entregando por completo, ahora podían hacerme lo que quisiesen y lo primero que hizo Felix fue desprenderse de toda mi ropa y dejarme desnuda, JaeMin bajaba sus besos muy lento y distrayéndose en mis pezones mara besarlos y morderlos con cuidado.
-Ábrelas bien, YuNa – me ordenó Felix pasando sus dedos por mi entrepierna, lo que me hizo estremecerme un poco.
Abrí mis piernas y el cuerpo de JaeMin se escabulló por ahí para que los dos quedasen entre ellas y unos dedos, ya no supe de quién de los dos, se volvieron a pasar por mi hendidura.
-Aguántalas abiertas – me dijo JaeMin agarrándome con fuerza uno de mis muslos.
Asentí con la cabeza y gemí cuando sentí una lengua pasarse de abajo a arriba entre mis labios vaginales, después pasó otra vez y otra mientras me aguantaban las piernas y se añadía la segunda lengua, para hacerlo a la vez y, aunque sabía en que lado estaba cada uno, en ese momento no me paraba a pensar qué hacía cada uno, simplemente en el movimiento de sus lenguas haciéndome temblar de placer.
Unos dedos se introdujeron sin permiso dentro de mí y volví a gemir apretando las cuerdas en mis puños, además sentí el jadeó de uno de ellos entre mis piernas, por lo que supuse que se estaban tocando entre ellos también y me parecía fatal no poder ver aquello, que debía ser increíble.
-Chicos – dije en alto tirando de las cuerdas e intentando cerrar las piernas en un acto reflejo por todo el placer que me proporcionaban.
Uno de ellos encontró el punto más sensible que pudo encontrar y arqueé la espalda sintiendo su lengua dar pequeños toquecitos en esa zona mientras los dedos entraban y salían de mí con velocidad.
-¿Quieres que lo hagamos ya? – preguntó JaeMin acercándose a darme un beso en los labios y en ese preciso instante los dedos salieron de mí, pero no la lengua.
Yo solo pude asentir con la cabeza y gemir, porque Felix y su lengua no me permitían hacer mucho más.
-¿Sí o no? – insistió JaeMin tocándome el pelo.
-Que sí – supliqué yo poniendo mi tobillo en el hombro de Felix.
JaeMin se alejó de mí y Felix pasó a besar mis muslos mientras JaeMin volvía a la cama.
-Tú primero – le dijo Felix a JaeMin caminando de rodillas por la cama.
JaeMin se colocó entre mis piernas y las volvió a abrir bien.
Yo moví mi cabeza hacia donde Felix estaba, de rodillas a mi lado y pasando sus nudillos por mis mejillas, y él entendió ese gesto de mi cabeza a la perfección, porque se acercó un poco más y pude tocar con mis labios la punta de su miembro, dejé un suave beso ahí y después me la metí poco a poco en la boca.
JaeMin, de mientras, de una sola embestida entró dentro de mí y gemí un poco, se sentía extraño que no fuese HueningKai, puesto que era el único con el que me había acostado en mi vida, pero me sentí bien con aquello, me gustaba.
Se agachó a dejar un beso en mi abdomen y después me cogió de la cintura con sus manos para empezar a mover sus caderas contra las mías y entrar y salir de mí, como el miembro de Felix de mi boca, el cual chupaba y lamía lenta pero profundamente. Sus manos estaban en mi pelo y tiraba un poco de él de vez en cuando.
-JaeMin – gemí sacándomela de la boca y tirando un poco de las cintas que me ataban las manos y ya empezaban a doler de tanto tirar – JaeMin – dije de nuevo en alto y apretando los dedos de los pies.
Él gimió cuando dio la última embestida y me acarició las piernas mientras salía lentamente de mí cuando llegó al orgasmo y a mi me dejó apunto para Felix.
-Levanta la pierna – me pidió Felix cuando estuvo ahora él entre mis piernas.
Yo solo dejé que él lo hiciese, levantó una pierna para que la pasase por encima de su hombro, me agarró de ella con una mano y la otra la puso en mi cadera.
Cuando sentí cómo él entraba como JaeMin, de una embestida, gemí otra vez, JaeMin me quitó la venda de los ojos para que los mirase y pude admirar sus cuerpos desnudos con el mío, los cuales nunca creí que podían quedar tan bien.
Felix se movía con fuerza contra mí y JaeMin, de rodillas a mi lado, empezó a frotar con sus dedos mi clítoris hasta que entre los dos me tuvieron gimiendo sus nombres y todo en mi cuerpo temblando y en tensión de placer.
-Deja que te desatemos – dijo JaeMin sacando sus garras para cortar las cintas de un solo movimiento cuando Felix se acercó a besarme, y me supo mejor que ningún beso que me habían dado nunca.
-¿Te duele? – me preguntó Felix tocándome las muñecas.
-No – negué con la cabeza sonriendo – estoy bien – les aseguré.
Felix simplemente dejó caer su cabeza en mi pecho, tumbado entre mis piernas, y JaeMin se tumbó a mi lado, con su cabeza en mi hombro y pasándonos el brazo por encima a los dos, en ese momento supe que me sentía completamente llena de felicidad y millones de emociones que no podía explicar.
Continuara…
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