KAI P.O.V
El invierno se aproximaba y cada vez lo notábamos más cerca, por suerte Momo y JungKook habían conseguido que nos diesen abrigos, los del otro lado los habían cogido del uniforme antiguo de la policía, porque no pensaban gastarse un puñetero won en nosotros, y nos los dieron. Entre los dos se encargaron de repartirnos los abrigos, uno a cada uno. Eran grandes y anchas, de color azul marino, con el número de agente y algunos parches de las fuerzas de seguridad.
Cuando tuve la mía, me la puse y me senté con los demás alrededor de la mesa del patio, entre BaekHyun y TaeYong, el primero miraba como Ten dibujaba con un rotulador la parte de detrás de la chaqueta con distracción, ninguno de los dos prestaban atención a lo que hablaban los demás y TaeYong tampoco, él comía pipas, escupiendo las cáscaras al suelo y mirando hacia dónde Momo y JungKook seguían repartiendo chaquetas.
-¿Qué pasa? – le pregunté frotando mis manos para entrar en calor.
-No le han dado chaqueta a YuNa – contestó él.
-¿Por qué? – fruncí el ceño y él los hombros – ¿quieres que vaya a darle la mía? Ya que a ti no te hace caso.
-Gracias por recordármelo, Kai – dijo él en un suspiro – no, ya ha ido HaeChan con ella dentro.
Asentí y le froté la espalda con la mano, no tenía hijos pero entendía esa preocupación por YuNa que tenía, pero tenía que relajarse, ya le dijimos que nosotros lo ayudaríamos a él y a JaeHyun en lo que hiciese falta y por el momento no se estaban pasando, solo no la habían dejado desayunar ni le habían dado una chaqueta, puede que fuese por ser la nueva, solo hacía tres días que estaba ahí, igualmente estaríamos atentos.
Los dos giramos la cabeza en la otra dirección cuando oímos la carcajada conjunta de todos, reían por la mímica de Lucas, que era pésima, la verdad.
-Eres malísimo, tío – rió Mark tirándose el pelo hacia detrás.
-Yo nunca he jugado a esto – se defendió él sonriendo.
Mientras todos intentaban averiguar qué trataba de imitar Lucas, yo me distraje con los dedos de TaeMin liándose un cigarro frente a mí, lo dominaba tan bien que daba gusto verlo hacer eso y cuando se lo llevó a los labios curvados que sonreían y chupó el papel me pareció de lo más sensual ese simple gesto. Cuando acabó de liarlo, solo lo dejó en la mesa y me lo dio, sin decir nada, sabiendo que lo miraba, y comenzando a preparar otro.
Asentí con la cabeza sonriendo y me lo llevé a los labios, le quité el mechero a BaekHyun del bolsillo y me lo encendí.
-Kai – la suave voz de Jennie sonó a mi espalda y todos se callaron para mirarla – ven conmigo.
-Vosotros a lo vuestro – dije mirando a los demás y poniéndome en pie.
Me di la vuelta y la seguí hasta uno de los baños del patio, dónde estaríamos solos porque ahí no entraba nadie, estaba inhabilitado aparte de asqueroso.
-¿Qué pasa? – le pregunté metiéndome las manos en los bolsillos y observando como de grande la quedaba esa chaqueta, cabían ocho como ella perfectamente ahí dentro.
-BaekHyun conoce a DO – soltó ella de la nada y yo fruncí el ceño – lo he escuchado por ahí.
-¿Y de qué lo conoce? – pregunté yo mirando al chico del pelo rosa desde lejos, si BaekHyun conocía a ese tío podía o ayudarnos, o matarnos a nosotros.
-No lo sé – negó con la cabeza – pero podrías hablar con él.
-Jennie, si no sé de qué lo conoce no voy a hablar con él, podría ser su hermano, su amigo o su novio, ¿sabes? Y aunque no le diga nada, ya sospecharía y a la última persona que enfadaría yo, es a BaekHyun.
-¿Y qué hacemos Kai? DO casi se carga a mis padres porque quiere sus diez diamantes.
-¿Y qué crees que va a solucionar BaekHyun?
-Pues podría solucionárnoslo todo – dijo ella alzando un poco la voz – Kai – susurró, dándose cuenta de que podíamos llamar la atención – hace tres días Momo le pidió a BaekHyun que matase a una chica, ayer apareció su cabeza y su mano derecha en una caja. Dos días, Kai, si se lo pedimos a BaekHyun en dos días nos lo podría solucionar.
-Eso en el caso que no le importase matar a KyungSoo, ¿no? – la corté – ¿qué crees que va a hacer BaekHyun si le pido que mate a DO y es su amigo? Va a saber que lo quiero muerto, y la próxima en recibir una cabeza vas a ser tú, y la cabeza va a ser la mía.
Ambos suspiramos a la vez, porque estábamos en una posición difícil, ella no debería saberlo pero llamaron sus padres diciendo que los habían atacado, así que tuve que explicárselo, Jennie estaba desesperada por solucionarlo y la entendía, porque yo también, pero teníamos que ir con cautela, DO era peligroso y que tuviese lazos con BaekHyun no era nada bueno, fueran del tipo que fueran.
-Además, ¿tú no eres tan amiga de BaekHyun? ¿No te ha dicho nada de DO? – pregunté frunciendo el ceño.
-No – negó con la cabeza – por eso creo que no es nadie importante para él – se encogió de hombros y después se cruzó de brazos – también podrías preguntarle a Lucas, tal vez lo sepa.
-Claro, y Lucas no le va a decir a BaekHyun que he preguntado por DO, ¿no? – puse los ojos en blanco.
-Joder, Kai, intento proponer soluciones – dijo ella algo cabreada por mi comportamiento.
-Ya veré que hago, Jennie, te aviso de cualquier cosa – besé su frente y salí del baño para volver con los demás.
Estuve gran parte de la mañana pensando en la conversación con Jennie y mirando a BaekHyun, era tan impredecible que podía pasar cualquier cosa, si no supiese lo que realmente era, solo por su manera de relacionarse con la gente, lo vería como un tío de puta madre, pero solo con saber que se estaba enfrentando a JungKook, ya te daba que pensar.
Al final me decidí, unos minutos antes de ir al comedor, pillé a BaekHyun solo, fumando y dando vueltas por el patio, yo me acerqué y empecé a caminar a su lado.
-¿Quieres algo? – preguntó BaekHyun – estaba pensando, tío, me gusta pensar solo.
-Sí, lo siento, quería preguntarte algo – carraspeé y él giró la cabeza para mirarme – ¿conoces a un tal KyungSoo?
-Depende, ¿por qué? – frunció el ceño y tiró el cigarro al suelo para pisarlo después.
-Curiosidad – me encogí de hombros.
-Es un buen amigo mío – dijo alzando el mentón – y mejor no me digas para qué lo has preguntado – dijo serio y yo lo miré frunciendo las cejas – por si acaso – dijo adelantándome, sabiendo que no lo preguntaba solo por curiosidad y que seguramente DO y yo no éramos amigos ni mucho menos.
MARK P.O.V
En el subterráneo ya empezaba a hacer mucho calor, BaekHyun, Kai, TaeYong y yo llevábamos picando la pared solo media hora, Ten, TaeMin y Lucas habían estado antes que nosotros durante más de una hora y no sabía cómo cojones habían aguantado ahí abajo.
-Esto es mortal, joder – se quejó BaekHyun quitándose la camiseta y acercándose a mí, que bebía agua, para dejarla al lado de las botellas.
-Toma – Kai le lanzó la suya para que la dejase en el suelo y volvió a ponerse a picar en la pared, ya llevábamos tres metros en total, solo faltaban dos más.
Le pasé la botella de agua a BaekHyun que bebió mirando el cuerpo de Kai, como era casi invierno, él siempre iba tapado con la sudadera gris y así tapaba también algunas marcas de su cuerpo, llevaba cuatro arañazos en la espalda, de arriba abajo, hechos con uñas y cortes por todos lados, además de chupetones por el cuello y la clavícula.
-Kai, o te han pegado otra paliza, o follas mucho – bromeó BaekHyun dejando la botella de agua en el suelo.
-Tío – TaeYong rió girándose a mirarlo.
-Qué – se miró el cuerpo él también y sonrió.
-Osea, que follas – intuí yo, porque sino no se reiría.
-Que cabrón, TaeMin – BaekHyun rió con ironía y se acercó a Kai para mirarlo mejor.
-¿Y por qué tiene que ser él? – Kai se apartó y se sentó en el suelo a descansar, con los codos apoyados en las rodillas.
-¿Quién iba a ser sino? – pregunté yo sentándome a su lado, apoyando la espalda en la pared.
-Podría ser cualquiera – se encogió de hombros.
-No, se palpa la tensión entre vosotros, es obvio que es TaeMin – dijo TaeYong y tanto él como BaekHyun se nos sentaron delante.
-Además, ya tiene pinta de que le vayan esas cosas – BaekHyun tocó el corte del pecho de Kai – enhorabuena, tío.
-La verdad es que eres admirable, que miedo eso de acostarse con TaeMin – dije yo y los otros dos asintieron.
-Pues yo disfruto mucho – se encogió de hombros y BaekHyun movió sus dedos para que le dijese cuantos encuentros habían tenido – tres – contestó él.
-Esto va viento en popa – rió BaekHyun chocándole la mano – pero descansa, tío, a ver si te va a matar – bromeó.
Todos reímos un poco y yo me abracé a mis rodillas.
-¿Y tú? – Kai empujó con la punta de su pie la pierna de TaeYong.
-Yo estoy bien, gracias – asintió con la cabeza sonriendo y lo miré igual.
Estaba muy feliz por él, porque había vuelto con JaeHyun y eso le hacía muy bien, TaeYong volvía a ser el de antes y se le veía contento, a pesar de lo de YuNa y JiSung, estaba bien con JaeHyun y ya era hora de que volviesen.
-Hablemos de Lucas mejor – TaeYong desvió la atención hacia BaekHyun, que suspiró.
Todos lo miramos, esperando a que hablase él solo sin que le tuviésemos que preguntar, pero él nos miraba de vuelta, con indiferencia, o tratando de fingirla.
-Bueno, pues ya lo pregunto yo – Kai carraspeó – ¿os habéis acostado ya o no?
-No – contestó él.
-¿Besado como mínimo? – pregunté yo.
-Sí, eso sí – sonrió un poco y todos gritamos y lo empujamos con ilusión, porque creo que todos estábamos esperando a que pasase algo entre ellos de una vez.
-¿Y ya está? – pregunté yo y él asintió – no lo entiendo, es obvio que tenéis ganas.
-No es tan fácil – suspiró.
-Eres tú quién lo complica – dijo TaeYong – Lucas lo tiene muy claro, ¿Qué coño te pasa?
-Oye, que no estábamos hablando de mí, hablábamos de Kai y TaeMin y sus encuentros sexuales tan intensos – se levantó de un salto – además, tenemos trabajo que hay que salir de aquí – cogió el martillo percutor del suelo y se lo cargó al hombro – vamos a seguir – le tendió la mano TaeYong y lo ayudó a levantarse del suelo.
Kai y yo nos miramos de reojo, preguntándonos que le pasaba para frenarse con Lucas y qué le pudo haber pasado en la vida para que lo hiciese, pero era uno de los más misteriosos del grupo y era tan difícil saber de él que me resultaba agotador.
Me puse manos a la obra con los demás, a picar la pared y a tirarla abajo hasta que TaeMin bajó a buscarnos para que subiésemos.
Nos fuimos directos a las duchas y después al comedor, era la hora de cenar y cuando llegué junto a TaeYong, ya estaba todo el mundo allí, tocaba arroz y carne, como cuatro días a la semana, no teníamos un menú muy variado pero era lo necesario para tener energías.
La mesa estaba callada, todos observábamos si le daban de comer a YuNa, pero estaba sentada sola, sin una bandeja y con la chaqueta de HaeChan encima, este caminaba directo hacia ella, para darle de comer, porque JaeHyun y TaeYong ni acercarse podían. Pero antes de que HaeChan llegase a la mesa, lo hicieron JiSoo, JungKook, Momo, NaYeon y SeHun, sentándose alrededor de YuNa, impidiendo que HaeChan tuviese un sitio, que aunque lo intentó, porque él jamás se daba por vencido, lo echaron a la fuerza, porque todos vimos como JungKook dejaba su navaja sobre la mesa y HaeChan no iba armado.
-Joder – susurré yo agachando la mirada a mi plato, la estaban jodiendo pero bien.
Frente a mí, TaeYong hablaba con el lenguaje de signos con JaeHyun, en la otra punta del comedor, toda la mafia de NCT127 sabía ese lenguaje, nuestro anterior líder era sordo, estábamos obligados a saberlo.
-Que guay – dijo Lucas mirando a TaeYong – hablan entre novios por el lenguaje de signos – sonrió – ¿por qué no hablamos tú y yo así, BaekHyun?
-Porque tú y yo no somos novios – contestó él llevándose el tenedor a la boca.
-Mark – TaeYong llamándome me hizo desconectar de la conversación del resto de la mesa y lo miré – ¿luego podrás darle mi fruta y mi pan a YuNa? A ti te hace caso – murmuró esas últimas palabras con dolor y yo asentí con la cabeza.
Al acabar yo también me guardé la manzana en el bolsillo y cuando todos salimos del comedor, me reuní con JaeHyun y TaeYong en mi celda, que por el momento estaba vacía. Cogí una bolsa de plástico y metí mi manzana.
-He conseguido una botella de agua también – JaeHyun la metió junto a su plátano en la bolsa.
-Que se lo coma – dijo TaeYong metiendo lo suyo.
-Sí, tranquilos, y a ver si puedo hablar con ella – dije yo cerrando la bolsa.
-Espera – BaekHyun interrumpió en la celda con un trozo grande de pan en su mano – me lo he guardado, dáselo también – lo metió en la bolsa y le dio una palmada en el hombro a TaeYong.
-Yo me lo había guardado del desayuno – TaeMin dio una barrita de chocolate y Lucas entró con un abrigo en sus manos.
-Lo he conseguido por ahí – dijo él dejándolo sobre mi hombro.
Yo asentí sonriendo, porque eso que acababan de hacer era un acto muy humilde, demasiado para ellos, pero nos tomábamos a pecho eso de cuidarnos entre nosotros y en el fondo era tranquilizador, porque ahí dentro era difícil crear algo así y lo estábamos haciendo, eso nos hacía más fuertes de lo que éramos por separado.
-Gracias – dijeron JaeHyun, sorprendido, y TaeYong a la vez.
Ellos asintieron sonrientes y todos se marcharon de mi celda para ir a la suya a dormir. Yo me tumbé en mi cama, con la bolsa bien escondida bajo las sábanas y mirando al techo. Yo siempre tuve una buena relación con YuNa, cuando todos éramos libres, cada domingo nos reuníamos en casa de TaeYong y JaeHyun a comer, HaeChan y yo solíamos llevar los postres y pasábamos todo el día allí. Entre JiSung y YuNa yo siempre me decanté más por YuNa y viceversa, mientras que HaeChan pasaba siempre más tiempo con JiSung.
Y aunque siempre tuve buena relación con ella y sabía que no tenía ningún problema conmigo, no sabría como reaccionaría a mi ofrenda de comida.
Cuando pasó más de una hora y la gran mayoría parecían dormir ya, me levanté de la cama y salí de mi celda para entrar en la de YuNa, Rosé y JunMyeon dormían y TaeYong, cuando me vió entrar, se dio la vuelta para hacerse el dormido.
-YuNa – me agaché al lado de su cama y miré su nuca – YuNa, despierta – le puse la mano en el hombro y ella se sobresaltó un poco y se giró con rapidez a mirarme.
-¿Qué pasa? – preguntó ella mirándome con el ceño fruncido.
-Ven conmigo – me puse en pie y ella vaciló un poco – ven – repetí tendiéndole mi mano y ella acabó cogiéndola.
Salió de la cama e inmediatamente le di la chaqueta que Lucas habría robado de algún sitio, ella se la puso enseguida porque debía estar congelada de frío. Después la llevé conmigo a la lavandería, que era un sitio más tranquilo y caliente.
-¿Nos sentamos? – le propuse señalándole un sitio más bien apartado, entre dos grandes lavadoras.
-Espero que haya un motivo de peso por el que me has sacado de la cama – dijo ella sentándose a mi lado, apoyando la espalda en la pared y aunque quedamos muy ajustados entre esas dos lavadoras conseguimos una cómoda posición.
-¿La chaqueta ya no te parece un buen motivo de peso? – sonreí un poco y le di la bolsa cerrada.
Ella se soltó el pelo que tenía atado en un moño y abrió la bolsa.
-Comida – susurró mirando al interior.
-¿Ha merecido la pena? – le pregunté mirando la media sonrisa que esbozaba mientras sacaba la barrita de chocolate de la bolsa y asentía con la cabeza.
-¿Te la han dado mis padres? – preguntó empezando a comer.
-Sí – dije yo – y alguno más ha contribuido.
-Que raro – susurró ladeando la cabeza – si nadie se me acerca.
-¿Qué está pasando? – le pregunté tratando de que me explicase algo y justificase el comportamiento de todos hacia ella.
-Ya lo arreglaré – se encogió de hombros y evitó contestarme.
Flexioné las rodillas y me abracé las piernas mientras la miraba comer con ansia después de un día entero sin hacerlo.
-¿Y tus padres? – pregunté después de un buen rato.
-No voy a hablar de mis padres, Mark – dejó la bolsa entre sus piernas y apoyó la cabeza en la pared – no merece la pena.
-¿Y si hablamos de ti? – puse la mano en su rodilla y se la froté un poco para darle calor.
-¿Que quieres hablar de mi? – sonrió con ironía.
-¿Que has estado haciendo este tiempo?
-Cosas de adolescentes, de niñata de quince años apunto de cumplir los dieciséis – rió un poco – instituto, clases por allí, clases por allá, exámenes, fiesta, alcohol, droga, sexo, lo típico, ya sabes, tú también has tenido quince años – bromeó.
-¿Y ahora puedes contestar sin mentirme? –
-No miento – frunció el ceño.
-Te sabes mover muy bien, YuNa, una niña de quince años que lleva la vida que dices, entra aquí, se arrodilla ante Momo y cuando TaeMin pasa por su lado empieza a temblar y le lame los pies. No trates de engañarme, porque no puedes –
-¿Le lames los pies a TaeMin? – sonrió.
-No lo esquives, YuNa – le apreté la rodilla y ella rodó los ojos.
-¿Eso es un sí?
-YuNa – reí y ella arrugó la nariz.
-Te lo explicaría si supiese que no irás corriendo a decírselo a mis padres – suspiró.
-No lo haré, sé que los preocuparía más de lo que están y ya sabes que sé guardar un secreto.
Me miró de reojo y después se cruzó de brazos sobre su pecho, pensándose si decírmelo o no.
-¿Dónde coño estás metida? – le pregunté mirándola serio.
-Tengo que sacar el dinero de algún sitio para vivir – se justificó ella.
-Tus padres le daban dinero a la persona que le pediste, tenías dinero de sobra – le dije yo.
-No entré en el centro público, no saqué nota suficiente – suspiró – con ese dinero me pago la educación más cara, también la mejor. Y me peleé con mi compañero de piso – yo fruncí el ceño – sexo – dijo para explicarlo – así que tuve que irme, tengo que comer, beber, transporte público y un sitio dónde vivir con todos los gastos, necesito el dinero.
-¿Por qué no se lo pediste?
-Porque no – se encogió de hombros – así que estoy metida en una mafia oculta, de esas que odia papá – sonrió, refiriéndose a TaeYong.
-¿Cómo se llama? – le pregunté por simple curiosidad.
-No puedo decírtelo, solo que he jodido a la mafia de NCT127 unas cuantas veces – admitió – lo siento.
-No importa, da igual – le volví a frotar la rodilla.
-No hables, Mark, no digas nada – me pidió – allí estoy bien, hago algunos trabajos y recibo el dinero que necesito, además es oculto, no hay nada de que preocuparse.
-No diré nada y lo haré por ti, porque como tus padres se enteren te la cargas – suspiré.
-Como TaeYong se entere – me corrigió ella y asentí con la cabeza – ¿podrás ayudarme en algo?
-Dime – dije en un suspiro.
-BaekHyun y Ten, navegan y dominan la DarkWeb, puede que me pillen y hablarán con mi padre – me miró con preocupación.
-Haré lo que pueda – me giré a mirarla también y observé su rostro.
Hacía dos años que no la veía y había cambiado muchísimo, estaba más mayor, su rostro se había afinado más y los rasgos empezaban a diferenciarla más de su hermano.
-¿Vamos? Antes de que sospechen – me puse en pie y ella suspiró agarrándome la mano para levantarse.
Caminamos en pleno silencio hacia las celdas, ella estaba algo más animada, y yo también, me había gustado hablar un rato con YuNa.
-Hey – cuando nuestros caminos se separaban ella me agarró la mano de nuevo para que no me fuese – gracias.
-De nada – dije sonriendo un poco y acariciando con mi pulgar su mano – buenas noches.
-Buenas noches – sonrió con los labios cerrados y me soltó para meterse en su celda.
Yo me volví a tumbar en mi cama y me tapé con las frías sábanas hasta el cuello para intentar dormir algo.
LUCAS P.O.V
Momo se sentó en el banco del vestuario cuando volvió a ponerse la ropa y enseguida se encendió un cigarro. Desde la muerte de Mina, Momo se había cerrado en banda, solo pensaba en vengarse de JiSoo de alguna manera inteligente, solo pensaba en la muerte de su amiga y ver a Momo, la tía más dura de la cárcel, así de decaída era raro, además que solo se mostraba así en privado.
-Momo – me acerqué y me puse frente a ella – no quiero ser brusco, pero por mucho que llores no la vas a traer de vuelta.
-Has sido brusco – dijo expulsando el humo por la boca – pero ya lo sé.
-¿Entonces? ¿Por qué no intentas alegrar esa cara? – le toqué la barbilla en un golpecito seco en mi dedo y ella sonrió un poco – sí, así, más o menos – sonreí ampliamente – joder, Momo, es que no sé que decirte, soy malísimo en esta mierda.
-No quiero que digas nada – negó con la cabeza – tú solo se tu mismo. Ya me vale – tiró el cigarro por una rejilla del suelo por dónde se filtraba el agua.
-Bien – me agaché para mirarla desde abajo, apoyé los codos en mis rodillas y le sonreí.
-Ojalá te gustase lo suficiente – suspiró y fruncí el ceño, no me esperaba que dijese eso.
-Me gustas – le aseguré yo, aunque era más que obvio, sino no me habría acostado con ella más de dos veces.
-Pero no lo suficiente – murmuró.
-¿Por qué dices eso?
-Porque es la verdad, si no fuese así, seguramente estaríamos juntos – se puso en pie y me apartó de su camino hacia la pica del baño – ¿o me equivoco? – preguntó a mi espalda.
-No, no te equivocas – dije yo.
-Pues eso – se mojó la cara con agua y se quedó mirándose en el espejo – yo solo espero que BaekHyun se haga el duro un poco más.
-¿A qué te refieres? – fruncí el ceño y me giré hacia ella.
-A nada, olvídalo, solo pensaba en alto – se acercó a mí – buenas noches – me dio un casto beso en los labios y dejé a que se fuera.
Cuando me quedé solo yo también me mojé la cara con agua fría tratando de aclarar mis ideas a ver si se ponían un poco a favor de Momo, que en todo lo que había dicho tenía razón y parecía fastidiarle, pero la balanza siempre estaba más hacia su contrario y yo no podía hacer nada contra eso, ni siquiera sabía que hacer con el cúmulo de emociones que se removían en mi interior.
Decidí salir a fumarme un cigarro, aunque hiciese frío, a mi me gustaba sentir mi piel congelarse. En el patio vi a Kai, con Ten y BaekHyun, sentados en una esquina resguardados bajo un techo, fumando y hablando entre ellos. Y, joder, mi vista se fue hacia el chico del pelo rosa desgastado, que tenía una amplia y bonita sonrisa en el rostro mientras oía hablar a Ten.
Podría haberme ido con ellos, pero me fui con TaeYong, que estaba solo sentado en un banco, fumando también.
-¿Qué haces aquí solo? – le pregunté de pie a su lado.
-Pensar – dijo él sin mirarme.
-Pues voy a pensar contigo – me senté a su lado.
-Mientras no hables, me da igual – dijo él tirando el cigarro y abriendo su cajetilla para darme uno y coger él otro.
Yo asentí, cogí el cigarro y lo encendí, me lo fumé en silencio, mirando al grupo de tres chicos que parecían pasarlo bien entre ellos, pero yo tenía la cabeza en otras cosas.
-Tío, yo no puedo estar callado – solté al fin.
-Lo sé – rió él un poco – ya has aguantado mucho – se encogió de hombros – ¿qué haces aquí? ¿Por qué no te vas con ellos? – los señaló con la cabeza.
Yo fruncí mis hombros y miré al suelo fingiendo indiferencia.
-Vale, pues no lo digas – dejó de mirarme y suspiré.
-Momo y BaekHyun – dije yo.
-Entiendo – sonrió – interesante triángulo amoroso, ¿y qué pasa?
-Que Momo quiere estar conmigo, no quiere saber nada de ese triángulo amoroso – me metí las manos en los bolsillos de la chaqueta.
-Y a parte de ser quién es, ¿cuál es el problema?
-BaekHyun.
Ambos resoplamos a la vez, él sin saber que decirme y yo porque nunca me había encontrado en una situación así, en mi vida.
-¿Con quién quieres estar tú? ¿A quién no renunciarías? – preguntó después de un largo rato de silencio.
-Esa pregunta es muy comprometida.
-Vale, pues no la contestes – se cruzó de brazos.
-A BaekHyun – acabé contestando al instante y él sonrió – y no sé por qué, solo nos hemos besado dos veces mientras con Momo ha pasado de todo.
-Eso no tiene nada que ver – me cortó y me miró como si acabase de decir una estupidez.
-Lo siento, experto en el amor – alcé un poco mis manos pidiendo piedad – pero en mi vida había estado en una situación así.
-Entonces, ¿me estás pidiendo un consejo? – sonrió un poco.
-Puede – encogí los hombros – sí, enrealidad sí.
-Si quieres estar con BaekHyun, deja a Momo y lucha por él. Le gustas, Lucas, eso ya lo sabes, si quieres estar con BaekHyun, demuéstraselo.
Yo asentí, era un buen consejo pero BaekHyun era un tío complicado, nunca acababa de dejarme estar con él, algo le frenaba, estaba claro, y no sabía si eso era algo mío o alguna experiencia vivida. Como tampoco me lo explicaba, no podría saberlo y ya empezaba a desesperarme.
-Lucas – volvió a llamar mi atención – si ahora le hiciese algo malo a BaekHyun, ¿que pasaría?
-Que mañana para desayunar todos tenemos TaeYong a la plancha – dije yo sonando muy brusco, pero fue lo primero que se me pasó por la mente.
-Amigo – me puso la mano en la pierna – mucha suerte.
Bromeó insinuándome que tal vez BaekHyun podía empezar a importarme y eso sí me resultaba jodido, porque esa palabra solo la había usado con mi hermano y que viniese un maldito asesino con el pelo rosa y además un vacilante de mierda a querer usarla también, pues me descolocaba todo mi esquema mental.
-¿Por qué no habéis venido con nosotros? – preguntó Ten cuando los tres se nos acercaron.
-Pensábamos – contestó TaeYong – queríamos estar solos.
Yo dejé que hablaran con Kai y presté más atención a como BaekHyun cogía mi muñeca y acercaba la boquilla del cigarro que aguantaba con mis dedos a su boca, la atrapó entre sus labios, rozándolos con mis dedos, y le dio la última calada para consumirlo por completo.
-Me voy a la cama – puso la mano en mi cabeza y le chocó la otra a los demás – descansad que mañana tenemos dos metros más que atravesar – los advirtió él sonriendo – buenas noches – me revolvió el pelo.
-Que duermas bien y sueñes conmigo, claro – bromeé yo a su espalda, mientras se alejaba.
-No quiero tener pesadillas, Christian – siguió él sin girarse a mirarme.
Yo lo seguí con la mirada hasta que desapareció y después de un buen rato hablando con los otros tres decidí irme yo también a la cama, porque había sido un día largo y duro y tenía la mente hecha polvo, tenía que descansar con urgencia e intentar pensar con claridad estando más fresco.