Fanfic: HUNTERS (Stray Kids e ITZY) Capítulo 12

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Fanfic: HUNTERS (Stray Kids e ITZY) Capítulo 12

Autora YASSGY0MIE Capítulo 12 HYUNJIN POV Me pasé la toalla blanca por el pecho tatuado para quitar el sudor de ahí […]

Fanfic: HUNTERS (Stray Kids e ITZY) Prologo

Autora YASSGY0MIE

Capítulo 12

HYUNJIN POV

Me pasé la toalla blanca por el pecho tatuado para quitar el sudor de ahí y me la colgué en el cuello para girarme a mirar a los demás vampiros, que se entrenaban a ellos mismos y a HueningKai, pero la verdad es que no creo que fuese buena idea que le diesen sangre de premio cada vez que hiciese algo bien, porque ni siquiera era un vampiro normal, tenía la fuerza y la bestialidad de los híbridos, aún no sabíamos cómo podía afectarle a largo plazo ni qué pasaría con él, pero HueningKai no era un vampiro normal.

-Tonto de los cojones – le gritó Jeno tirándolo contra la pared – contrólate.

-Concéntrate, HueningKai, canaliza la fuerza y ven a por nosotros – le ordenó Chan cuando Jeno llegó a su lado.

-Pero que no me muerda – dijo señalando a Jeno y levantándose del suelo.

Reí un poco y me acerqué a ellos a observar de cerca, HueningKai parecía estar agotado, las gotas de sudor le caían del pelo y la nariz y respiraba agitadamente.

-Lleva dos horas, me vais a matar al niño – les dije yo riendo y masajeando la nuca de HueningKai con mi mano – hagamos lo de la conexión mental y que descanse un poco – propuse apartándolo de ellos dos – yo me encargo, que me gustaría que siguiese con vida.

-¿Insinúas que soy violento? – me preguntó Jeno a mi espalda.

-Insinúo que eres un perro sin vacunar de la rabia – bromeé y lo miré por encima del hombro.

-Me cago en tu puta vida – susurró.

-Tienes setecientos años para cagar entonces – le saqué la lengua con gracia y él me enseñó el dedo del medio – Lia – llamé a la chica de pelo negro que hablaba con ChenLe y JiSung, dos de los lobos, y los escuchaba hablar como si estuviese oyendo lo más alucinante del mundo.

Ella me miró y yo le hice un gesto con la mano para que se acercase a nosotros.

-Tienes que acceder a su mente, meterte dentro de ella – le dije a HueningKai cuando los puse enfrente.

-Uy, eso ha sonado muy mal – rió HueningKai haciéndome cejitas – es que las tengo a todas locas de amor.

-Bro, no la incites a ponerme los cuernos – me gritó Lee Know desde la barra donde estaba colgado.

-En su cabeza, HueningKai, puto pervertido de mierda – reí agarrando la mano de ambos y Lia rodó los ojos.

-Pero si tú también lo habrías pensado – me dijo riendo y encajando bien nuestras manos.

Yo suspiré y decidí no reírme para ponerme serio y ayudarlo a dominar a cualquier persona, empezando por Lia, que como era su amiga, lo dejaría acceder fácilmente a su mente.

Yo le expliqué cómo hacerlo y se lo mostré, mirando a Lia a los ojos y pidiéndole cosas simples, como que se rascase la cabeza o se tocase la nariz. HueningKai lo intentó también, pero le costó, aunque Lia tuvo mucha paciencia con él, ella pasaba mucho tiempo con nosotros desde que sabía nuestro secreto y no nos importaba, Lia era de ese tipo de personas que te gustaba tener cerca, porque era super agradable y simpática.

-Muy bien, mi niño – le grité dándole un beso en la mejilla – si es que eres el mejor – lo abracé con fuerza cuando consiguió que Lia le tirase de la oreja a Jeno – mi creación tenías que ser, es que somos los más mejores – le choqué la mano y él rió un poco.

-Buen trabajo, HueningKai – Lia hizo lo mismo y le frotó el pelo.

Yo le sonreí orgulloso y Chan nos dijo a todos que podíamos ir a ducharnos y descansar, así que me fui con HueningKai a nuestra habitación, que había pasado de ser solo mía a de los dos, pero no me molestaba, lo pasaba bien con él.

Fui el primero en meterme en la ducha y al salir me envolví una toalla en la cintura y me puse frente al espejo del baño para afeitarme.

-Puedes entrar a ducharte ya si quieres – le dije a HueningKai abriendo la puerta del baño y mirándolo tumbado en la cama y trasteando su móvil.

Él asintió y se metió en el baño conmigo, así que mientras él se duchaba y yo me pasaba la cuchilla por la cara con cuidado y mirándome al espejo mientras oía a HueningKai tararear canciones bajo el agua. Era gracioso escucharlo, pero agradable, él tenía esa capacidad de hacerte sentir cómodo siempre y era imposible no quererlo y tener la necesidad de cuidarlo.

-Tienes… – me dijo señalándose a él mismo la mandíbula y mirándome cuando yo guardé la cuchilla y él se puso mis pantalones de chándal – … lo de la crema de afeitar – tartamudeó señalándome a mí.

-Quítamela – reí un poco acercándome para que lo quitase él que lo podía ver, me hizo gracia la manera en la que se ponía nervioso al tocarme, pero lo entendía, aunque no tenía por qué ponerse así.

-Ya está – dijo limpiándose el dedo en la toalla blanca que me colgaba de la cintura – mierda – se quejó cuando al querer atarse el cortón de los pantalones, se le perdió uno de los extremos en el dobladillo de la cintura – ya la he liado – sonrió un poco intentando arreglarlo.

-No quiero darle la razón al chucho de Jeno, HueningKai – le dije cogiendo su fina cintura con una mano y girándolo para que quedase frente a mí – pero es que eres algo tonto.

-¿Tú eres el listo entonces? – me preguntó en un tono burlón mientras yo buscaba el extremo del cortón por el borde de su cintura.

-Claro, tío, en esta relación sí – reí yo – pero si soy de los vampiros más listos que existen, solo que me tenéis infravalorado – le expliqué trasteando los pantalones.

-Será eso – dijo de un suspiro y apoyando sus manos en mis hombros – ¿tú crees que soy tonto?

-No creo que seas tonto – reí – solo que tienes una capacidad intelectual limitada – encogí los hombros y me puse recto para mirarlo cuando conseguí sacar el cordón.

-Ah, vale, lo siento, Albert Einstein – rodó los ojos y reí al verlo mientras le abrochaba el cordón de los pantalones.

Agaché la vista unos segundos para ver como le ataba el cordón y ajustaba bien los pantalones a su cintura.

-HyunJin – murmuró él en un tono completamente diferente y yo lo miré de reojo para que hablase – ¿puedes…? – suspiró y yo hice un segundo nudo – ¿puedes darme un beso? Solo un beso – me pidió en un leve tartamudeo.

-HueningKai – suspiré levantando la cabeza y poniendo mis manos a ambos lados de su cuello, mirándolo a los ojos negros que me suplicaban un solo beso, pero le haría tanto daño que me dolía a mí también.

-Escúchame, lo sé – me cortó – sé que no quieres hacerlo porque estás enamorado de RyuJin y nunca sentirás nada por mí, pero me niego a no besarte nunca – se pasó la lengua por los labios con nerviosismo y yo me mordí el mío inferior.

Podía entenderlo, se podía enamorar de más gente, pero en el fondo siempre lo estaría de mí y entendía la frustración que sentiría si nunca me besaba o se acercaba a mí, pero si lo besaba y después me iba, sabiendo que no sentía nada por él, lo destrozaría anímicamente y lo quería mucho como para hacerle eso.

-Yo me encargo de mí después – me prometió deslizando sus manos desde mis hombros hasta mi mandíbula.

-Quiero que sufras lo mínimo por mi culpa, HueningKai – pasé mi dedo por la línea de su mandíbula y torcí el gesto mirándole los labios, porque sí, HueningKai era de esos chicos en los que me fijaría normalmente.

-No sufro por ti – sonrió y alcé las cejas, si yo sufría por RyuJin y ella no tenía ninguna otra réplica, él debía estar sufriendo por tres.

-Un beso – le dije yo.

-Un beso – repitió asintiendo con la cabeza.

Yo lo tiré hacia mí y HueningKai pegó nuestros labios con fuerza, como si se le fuese la vida en ellos, yo puse una mano en su cintura y él alargó ese beso que yo no frené.

Su lengua entró suavemente en mi boca y yo apreté los dedos en su cintura para acercarlo un poco más cuando rodeó mi cuello con sus brazos. Así que solo lo besé sintiendo su cuerpo bien pegado al mío y nuestras lenguas adentrándose en una batalla intensa y descompasada.

Debido a que el beso estaba subiendo un poco de tono, mis manos viajaron solas hacia sus piernas y se las cogí para que rodeara mi cintura con ellas y yo poder sentarlo en la pica del baño para seguir besándolo ahí, yo tocaba sus piernas mientras él pasaba las manos por mi pecho y espalda y en las ganas que le ponía al beso, sabía lo mucho que lo estaba disfrutando.

Pero tenía que parar aquello, un minuto más y yo ya no podría parar aquello si él no lo hacía, y no lo iba a hacer.

-HueningKai – murmuré separándome un poco de él – ya está.

-Sí, perdón – dijo separando sus manos de mi cuerpo.

-No importa – sonreí – va, te has ganado una bolsa de sangre de tus favoritas por el entrenamiento de hoy – le di un par de golpecitos en el costado.

-Guay – bajó de un salto de la pica – bajo a por ella.

Yo le asentí con la cabeza y dejé que se marchase.

Cuando estuve solo me vestí con unos tejanos azules ajustados y una sudadera negra, me coloqué la capucha y me miré las manos, últimamente me dolían los dedos, como si estirasen de ellos todo el tiempo, pero supuse que solo era tensional, así que tampoco me preocupaba mucho.

Al salir de la habitación, caminé directo hacia la de Lee Know y entré, él estaba tumbado en su cama con el pelo mojado de acabar de ducharse y mirando su móvil, Lia estaba en su balcón hablando por teléfono y yo me senté al lado de mi amigo, mirándolo con un puchero esperando a que me preguntase qué me pasaba.

-¿Qué te pasa? – preguntó bajando el móvil para mirarme.

-Acabo de liarme con HueningKai – le dije cruzando mis piernas y agarrándome los tobillos.

-¿Y qué? – frunció el ceño – bien por vosotros, él es guapo, tú su réplica, yo no encuentro el problema – dijo y suspiré – HyunJin – me puso la mano en la rodilla – no puedes pretender no hacerle daño a nadie, todo el mundo sufrirá por tu culpa en algún momento, si os habéis besado es porque él también ha querido.

-Ya – me rasqué la nuca con inconformidad – pero no he dejado de liarme con Jennie para liarme con HueningKai, sino con RyuJin.

-A RyuJin no le debes nada, no sois novios, no os habéis dado ni un beso, si te has besado con HueningKai no pasa nada, tío, no te rayes.

-Ya estoy rayado, bro – sacudí la cabeza.

-Eres tontísimo, HyunJin, pretendes serle fiel a RyuJin cuando no sois nada – rió apretándome la rodilla con gracia.

-Se llama ser buena persona – le corregí.

-Eres un vampiro, no puedes ser buena persona – rió él dándome un suave puñetazo en la puerta.

Yo se lo devolví y, como siempre, acabamos jugando y haciéndonos daño a golpes, pero lo pasábamos bien, eso siempre. Pero paramos cuando Lia entró en la habitación colgando el teléfono y arropándose con una chaqueta, ya anochecía y comenzaba a hacer frío fuera.

-¿Va todo bien? – le preguntó Lee Know apartándome de encima suyo.

-HyunJin – ella suspiró y me miró a mi – ¿te apetece ir a ver a RyuJin?

-A mi siempre me apetece ver al amor de mi vida – sonreí.

-¿Podrías pasarte por mi casa e ir a verla? – se sentó en una punta de la cama y me miró preocupada.

-¿Está bien?

-No, lleva una hora encerrada en la habitación dándole puñetazos al saco de boxeo, se está haciendo polvo, YeonJun ha intentado calmarla, pero lo único que ha conseguido es un puñetazo – me explicó – y como fuiste tú la última vez que le pasó algo así, pues no sé… alomejor esta vez te haga caso de nuevo.

-Sí, claro – me puse en pie – ¿pero qué le pasa?

-No lo sé, sus hermanos no dicen nada – encogió los hombros.

-Ves, tío – Lee Know me dio un golpe en la espalda para animarme a irme.

Yo salí de mi casa corriendo y en dos segundos llegué a la puerta de la de RyuJin, estaba preocupado, ya me preocupó ver que no le importaba ni un poquito hacerse daño con el saco de boxeo, pero si Lia, que convivía con ella día a día, me había pedido tan preocupada que fuese a verla, que solo tenía en mi cabeza entrar en la habitación y estar con ella.

Piqué a la puerta y su hermano me la abrió poniéndose hielo en el pómulo.

-¿Estás bien, tío? ¿Tú hermana te ha pegado? – reí un poco y entré en su casa.

-Sí, un codazo – cerró la puerta – apareces en el momento oportuno.

-Lo sé, me ha avisado Lia – dije metiéndome las manos en el bolsillo de la sudadera.

Él me hizo un gesto con la cabeza para que lo siguiera escaleras arriba hacia la habitación de RyuJin, pero frené un poco el paso al sentir un leve dolor de cabeza cuando pasé justo por la habitación donde tenían escondida la piedra lunar, como si esta se diese cuenta de que estaba ahí y me pidiese que la cogiera.

-¿HyunJin? – me preguntó YeonJun desde la puerta de la habitación de RyuJin.

-Sí, voy – dije sacudiendo la cabeza y caminando hacia allí.

-Suerte – me dio un par de palmaditas en la espalda – a ver si puedes hacer algo.

-Pero, ¿qué le pasa? – pregunté intentando sacar algo de información.

-Cuando se pone nerviosa tiene la manía de hacerse daño, de pequeña apretaba los puños hasta clavarse las uñas en las palmas, después descubrió el saco de boxeo – me explicó – tú entra y cúbrete la cara.

Yo asentí, piqué con mis nudillos en la puerta de madera y abrí antes de que me dijese algo, ella estaba frente al saco, chorreaba de sudor y tenía los nudillos y los empeines dañados y con sangre, de los puñetazos y las patadas al saco, había estado llorando porque tenía los ojos rojos y sí parecía estar muy nerviosa.

-Te estás haciendo daño – le dije acercándome a ella.

-Vete de aquí, HyunJin – me pidió ella dándole un fuerte puñetazo al saco.

-No, me quedo aquí contigo – seguí caminando hacia a ella – pero podemos hacer otra cosa que no sea pegarle al saco, ¿pedimos una pizza? – le propuse poniéndome detrás del saco para aguantárselo y que no se le moviese.

Ella no dijo nada, solo aprovechó aquello para darle más y más fuerte, podía notar la rabia que se le acumulaba en los ojos y cada golpe que daba, como eso le servía para desahogarse, pero no quería ver como se destrozaba, debía haber más maneras de que se sintiese mejor que no fuese esa.

-Va, RyuJin, para – le pedí soltando el saco, pero ella negó con la cabeza – he dicho que pares – me puse a su lado – por favor – la agarré del brazo e intenté que parase, pero como no quiso, tuve que hacer aún más fuerza – ya está – la abracé por la espalda y me agaché con ella, recogiéndola con mis brazos y apoyando mi barbilla en su cuello – ya está, RyuJin, cálmate – susurré en su oído.

Ella me agarró los brazos con fuerza y oí como tragaba saliva y respiraba agitadamente, yo me concentré en el latir de su corazón, latía rápido y con violencia, como si se le fuese a salir del pecho en cualquier momento, y no quería ni debía, pero mi mente localizó el dolor y la desesperación que sentía en ese momento.

-Ya está – dijo ella pasándose la lengua por los labios y removiéndose entre mis brazos para que la soltase – estoy más tranquila, HyunJin – me dijo poniéndose en pie.

-Siéntate ahí anda – le dije señalándole la cama – voy a por algo para curarte las manos.

Ella solo asintió y obedeció, yo me metí en su lavabo y cogí un pequeño botiquín que tenía en el cojín, después volví a la cama y me senté frente a ella.

-Dame las manos – le dije enseñándole una toalla que mojé en agua.

Ella se las miró y las dejó sobre mis piernas.

Solo le curé los nudillos y las rozaduras de los empeines, sin decirle nada, porque sabía que aún seguía algo nerviosa y yo la solía cagar cuando abría la boca.

-Ahora ven aquí conmigo – me tumbé en su cama de lado y abrí un brazo para que se acercase – ¿qué te ha pasado? – le pregunté cuando la tuve entre mis brazos y acaricié su pelo rosa.

-No importa, es una tontería – dijo ella poniendo una mano en mi cintura.

-Yo estoy todo el día diciendo tonterías – reí un poco y ella me miró a los ojos.

-Nada, no me llevo bien con mi padre, eso es todo – dijo encogiendo los hombros.

Yo asentí con la cabeza mordiéndome el labio inferior, sin darse cuenta acababa de decirme que SeHun estaba vivo, tal y como su tío Kai nos dijo que sospechaba.

-La próxima vez que decidas ponerte a pegar puñetazos al saco, llámame y los pegamos los dos, ¿de acuerdo? – le propuse.

-Sí – asintió con la cabeza y me abrazó con fuerza – ¿te vas a quedar conmigo esta noche también? – murmuró metiendo sus frías manos debajo de mi sudadera para tocar la piel caliente de mi espalda.

-Bueno, si me lo dices así, pues sí, me quedo aquí contigo – besé su cabeza y cerré los ojos cuando sus dedos acariciaron mi espalda con cuidado – ¿Así abrazaditos? – sonreí pasándole una pierna por encima y ella rió un poco – ya somos casi novios, lo estoy consiguiendo – bromeé – ¿verdad?

-Sí, lo estás consiguiendo – rozó su nariz en mi mejilla y sonreí.

-Estas cosas tan bonitas que me dices me sonrojan, RyuJin – reí y froté su brazo con mi mano – no sé si las soportaré.

-Pararé de decírtelas entonces – escondió la cara en mi cuello y suspiró – no queremos que mueras, HyunJin – bromeó.

-Sería una gran pérdida la mía – me mofé y me pellizcó la espalda para que parase de hablar – ya está, ya me callo – reí y ella dejó un suave beso en mi cuello que erizó cada centímetro de mi piel.

Me acomodé en el colchón entrelazando nuestras piernas y esa noche creo que fui yo el que me dormí antes que ella, tal vez porque me parecía una puta pasada que me abrazase de esa manera y se sintiese tan bien conmigo.

LEE KNOW POV

Miré el cuerpo tirado en el suelo de aquel hombre inocente que caminaba por el bosque, ya no caminaba ni lo iba a hacer, porque me lo había comido.

Su cuerpo estaba sin vida en el césped, al lado de mi coche, no sabía que hacer con él, pero tenía mucha más hambre de sangre y no quería moverme del sitio, porque si me encontraba a cualquier otra persona me la comería igual.

-¿Lee Know? – la suave voz de Lia sonó a mi derecha, a varios metros, ella caminaba ya hacia su casa y cuando me giré a mirarla ella abrió los ojos como platos.

-Vete de aquí ya, Lia – le grité apoyando las manos en el techo del coche y mirando al suelo para evitar mirarla a ella y darle tiempo a que huyese.

-Espera, Lee Know – dijo cada vez más cerca – no pasa nada, ahora haremos algo con el cuerpo.

-Me da igual el cuerpo – dije cerrando los ojos con fuerza y sintiendo el olor de su sangre dentro de mí, los colmillos me salieron poco a poco y apreté el techo del coche – tienes que irte, no te acerques más.

-No vas a hacerme daño, Lee Know – dijo poniendo su mano en mi espalda.

-Lia… – suspiré apretando con más fuerza el techo y respirando agitadamente – voy a hacerlo – le aseguré ladeando la cabeza – enserio, Lia – le supliqué.

-Algún día tendrás que poder controlarte, déjame ayudarte – pasó a poner sus manos en mi cintura – va, mírame – dio un par de apretones en mi cadera y yo apreté los dientes con fuerza, me dolían los colmillos del hambre que tenía – MinHo – dijo con paciencia, tiró de mi cadera y me obligó a darme la vuelta para mirarla.

-No lo entiendes, Lia – le dije mirándola fijamente a los ojos y ella miró de reojo mis colmillos – tengo graves problemas de autocontrol – caminé un par de pasos hacia delante para acercarme a ella, pero Lia los retrocedió – y ya es tarde para ti – me crují el cuello ladeándolo hacia un lado y después hacia el otro, sabiendo que desde el momento en el que me había girado a verla yo ya no era dueño de mi cuerpo.

-Lee Know… – Lia siguió retrocediendo – concéntrate, el único dueño de tu cuerpo tienes que ser tú – me dijo agachándose un momento a coger una rama del suelo.

-He dicho que es tarde – le repetí abalanzándome sobre ella para atacarla.

-Para – arañó con la rama del árbol mi abdomen, rajando la camiseta que me cubría y mi piel, yo tensé todo mi cuerpo a sentir la madera rasgar mi piel y suspiré por ese leve escozor que me produjo – retrocede, Lee Know – puso el palo en mi pecho y me hizo tirarme hacia detrás un poco, yo apreté los puños a ambos lados de mi cuerpo y noté la piel de mi abdomen cerrarse y curando mi herida – mírame – con el palo en mi barbilla me alzó el mentón para que la mirase a los ojos de nuevo – no quieres comerme – me aseguró.

-Me muero de hambre, Lia – le dije yo tragando saliva y apartando el palo de mí.

Ella suspiró algo asustada y usé mis habilidades de vampiro para inmovilizarla y acercar mis labios a su cuello, ahí donde su pulso latía con fuerza, por donde la sangre circulaba con velocidad, estaba nerviosa, me tenía miedo, aunque no lo exteriorizase.

-Lee Know – me llamó ella agarrando mi cintura – contrólate, por favor – me suplicó.

Yo pasé la punta de mis colmillos por la piel de su cuello y su respiración se agitó, igual que lo estaba la mía porque no quería morderla, pero sentía esa necesidad de hacerlo y, aunque no quisiese hacerle daño, mi instinto animal siempre iba por delante.

Sosteniéndola con fuerza contra mí, coloqué las puntas de mis colmillos en su piel y cuando los clavé un poco ella apretó mi cintura con fuerza y mis dientes ardieron de dolor, así que los aparté enseguida y miré los dos pequeños agujeros que le había hecho y por donde salieron dos gotas de sangre, una sangre que yo no me podía meter en mi organismo.

-Lo siento – tartamudeé pasando mi pulgar por su cuello para quitar la sangre – lo siento, Lia – repetí arrepentido y escondiendo mis colmillos.

-No importa, no me has hecho daño – me acarició la nuca – no pasa nada, Lee Know, te has controlado muy bien – sonrió y me abrazó con fuerza, su corazón latía más tranquilo y en paz, pero el sabor de su sangre me había dejado intranquilo a mí – ¿qué hacemos con eso? – miró el cadáver del suelo.

-Chan los esconde en una cabaña pequeña al lado de los lobos – le dije separándome y mirándolo también.

-Pues vamos – dijo mirando a su alrededor – que puede que YeJi y BeomGyu estén por aquí – me dijo acercándose al cadáver.

-Sí, yo lo cojo – le dije cargando a ese hombre en mis brazos para meterlo en el maletero.

Me metí con ella en el coche y conduje hacia esa caseta del bosque, allí Chan escondía todos mis desperdicios y después se deshacía de ellos, no sabía cómo, pero no dejaba ni rastro de ellos.

Lia me esperó apoyada en el coche y yo entré a dejar el cadáver en el suelo, lo miré unos segundos, sabía que eso era lo típico de los vampiros, pero nosotros desde hacía años no comíamos sangre directamente de los humanos, no los matábamos para poder sobrevivir nosotros también, pero yo era como la oveja negra de los vampiros de Chan.

-¿Ya está? – me preguntó ella guardándose el móvil en el bolsillo cuando me vio salir de esa caseta.

-Sí – contesté asintiendo con la cabeza – cuando llegue a la mansión avisaré a Chan, ¿te llevo a casa? – le pregunté parando frente a ella y mirándole el cuello.

-Tranquilo, estoy bien – me dijo tapándose el mordisco con el pelo negro que le caía en cascada – no importa, sé que no lo controlas – entrelazó sus manos en mi nuca y suspiré – trabajaremos en ello, si has conseguido contenerte conmigo podrás con los demás – me aseguró sonriéndome de manera dulce.

-Supongo – le dije en un suspiro – sube que te llevo – la separé de mí para que se metiese en el coche y yo me senté a su lado en el piloto.

Arranqué el coche y conduje para llevarla a casa e irme a la de las brujas, tenía que hablar con ellas con urgencia y no podía hacerlo con Lia, así que en cuanto la dejé en la puerta de la suya me fui a la de ellas.

Cuando salí del coche me paré frente a la roca que tenían como casa, pero vi la puerta, ahí no había nada.

-Brujas, soy Lee Know, tengo que hablar con vosotras – dije en alto, porque sabía que me escuchaban.

Le di una vuelta más a la roca y vi la puerta de madera, la cual acababan de hacer aparecer y estaba entreabierta.

La empujé un poco y Rosé acabó de abrírmela, así que entré en esa guarida suya tan rara que tenían como casa.

-¿Qué pasa? – preguntó Rosé acompañándome por el largo pasillo hasta llevarme a ese enorme salón de su casa, dónde estaban JiSoo y Jennie haciendo alguna poción de las suyas.

-No puedo beber de la sangre de Lia – dije tragando saliva y todas levantaron la cabeza para mirarme, incluso Lisa asomó la cabeza por el otro lado del pasillo, por donde salía Jeno de su habitación y caminaba al sofá.

-¿Había bebido verbena? – preguntó Lisa sentándose en las piernas de su novio.

-No, no era verbena – dije con seguridad.

-¿Insinúas que es un ser sobrenatural? – me preguntó Jeno frunciendo el ceño.

-Claro, coño, ¿qué va a ser sino? – le pregunté yo.

-Es una bruja negra – nos afirmó Jennie bajando de nuevo la mirada a ese recipiente prehistórico del que salía una luz muy rara.

-¿Cómo lo sabes? – le pregunté adentrándome más en el salón.

-Porque la tuve nueve meses dentro, tiene mis genes – dijo encogiendo los hombros – ella aún no sabe que es una bruja, pero pronto lo sabrá si es que no nota cosas raras ya – nos explicó.

-Un momento – Jeno carraspeó y se tiró un poco hacia delante – ¿Lia es hija tuya y de Kai?

-Sí – contestó con tranquilidad.

-¿Por qué no lo sabíamos? – preguntó JiSoo frunciendo el ceño.

-Blackpink aún no era BlackPink cuando pasó – puso sus manos sobre el recipiente y susurró un par de cosas.

-Pero Lia no sabe que eres su madre – le dije yo.

-No, ayer hablé con Kai, se supone que se lo tiene que decir él, pero veo que le está costando – sonrió con ironía y esa prepotencia que siempre la albergaba, era increíble que fuese madre de Lia, no se parecían en nada.

-¿Qué pasó? – preguntó Jeno con curiosidad.

-Cuando Kai se enteró de que yo era una bruja, me dejó y se llevó a la niña con él – explicó de un suspiro.

-Pudiste haberlo matado y quedarte a la niña – le dijo Rosé acomodándose en el brazo del sofá.

-Sí, pero yo estaba enamorada de Kai y no iba a matarlo, además, Lia ha estado millones de veces mejor con Kai de lo que hubiese estado conmigo jamás – encogió los hombros y todos nos miramos disimuladamente y sin saber que decir – vigiladla, es una bruja negra, puede mataros a todos sin darse cuenta – nos advirtió – no debería pasar, pero tampoco sería la primera vez que pasa.

-¿Y si se lo decimos? – propuso Jeno.

-De eso se encarga Kai – le recordó Lisa.

-No tardará en hacerlo – aseguró Jennie – después la ayudaremos a controlar sus poderes, puedes irte tranquilo, Lee Know.

-Sí, que bastante has tenido esta noche, caníbal – me dijo Jeno, que seguramente sabía lo que había pasado porque me habría olido desde allí acercándome a la casita de al lado de su mansión.

Yo solo lo fulminé con la mirada, él me enseñó el dedo del medio y me despedí de las brujas para irme después de saber todo aquello. Ahora no era yo el peligroso de la relación, Lia era millones de veces más peligrosa y si las brujas no intervenían y se salía de control, una bruja negra era capaz de crear catástrofes sobrenaturales en un chasquido de dedos.

Continuara…

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