TAEYONG P.O.V
Cuando me desperté, mis compañeros de celda, SuHo, Momo y Rosé, ya estaba todos despiertos y preparándose para ir a desayunar. Yo no tenÃa ningunas ganas de levantarme porque sabÃa lo que me esperaba ese dÃa, en un par de horas mi nombre sonarÃa por el megáfono y me llevarÃan a esa sala mugrienta a interrogarme y a torturarme, un planazo.
-Despierta, TaeYong – Momo movió mi colchón y después salió de la celda.
-Que pesada – susurré frotándome la cara con las manos.
Me levanté y me vestÃ, metiéndome el móvil en el bolsillo, volverÃa a llamar después de desayunar y antes de irme, a ver si habÃa suerte y me lo cogÃa.
Salà de mi celda y cuando pasé por la número 5 me encontré con Kai saliendo, llevaba tres dÃas en cama y era la primera vez que se levantaba y caminaba solo, ya estaba bastante mejor pero no a la perfección.
-¿Vamos? – le choqué la mano y lo dejé pasar a él primero.
Kai se llevó toda la atención de los presos que sabÃan que no habÃa salido de la celda en tres dÃas y que no era por un constipado como nosotros nos habÃamos empeñado en hacer creer. SabÃan que habÃa algo más, joder, tenÃa las manos agujereadas y, además, quién se lo habÃa hecho estaba entre nosotros.
Lo ayudé con su bandeja de comida y ambos nos sentamos junto a los demás, que ya estaban todos, desayunando en silencio.
-¿Cómo estás? – preguntó Mark dejándole un hueco a su lado a Kai.
-Bien – murmuró él sin mucho ánimo.
Ellos se envolvieron en una conversación banal, durante esos dÃas habÃamos ido uniéndonos un poco, o almenos lo intentábamos, porque era muy difÃcil confiar en ellos, igual pensarÃan de mÃ, yo solo confiaba en Mark por el momento, aunque sà que con Kai habÃa congeniado bien y BaekHyun siempre intentaba que hubiese buen ambiente entre nosotros, aunque el suyo con Lucas no era muy bueno.
-Te toca hoy, ¿no? – me preguntó TaeMin sentado frente a mÃ.
-Sà – dije yo apartando mi bandeja.
-Pues tengo una misión para ti – se cruzó de brazos sobre la mesa y yo hice lo mismo, mirándolo con las cejas levantadas – no es muy complicado, solo tienes que observar y memorizar como es la distribución de ese edificio.
-¿Para qué? – pregunté yo en un suspiro y TaeMin miró a Ten, para que fuese él quien hablase.
-Tengo que acceder a las cámaras de seguridad de la torre de control, pero están ligadas con las del edificio de al lado. Tenemos que entrar, encontrar el backdoor, abrirlo, hacer un BBS, esquivar el boolean, bloquear el CPU, pasar la DNS y meter en el CD los enlaces y códigos, para después poder acceder yo y controlarlo todo desde mi ordenador – explicó él.
-Ah, vale – BaekHyun asintió con la cabeza mirando su bandeja – ¿ahora puedes volver a empezar y hablar en coreano y no en idioma hacker? Porque me he enterado de lo que viene siendo una mierda – lo miró haciendo una mueca de confusión.
-SÃ, tÃo, como si me hubieses hablado en japonés – dijo Lucas frunciendo el ceño.
-¿Qué más da? – preguntó Kai – nosotros no tenemos que entenderlo, se va a encargar él – carraspeó – pero ahora dime, TaeMin – lo miró – TaeYong nos dirá como se distribuye eso, gran paso, ¿y cómo vamos a entrar para que Ten haga todo lo que ha soltado por la boca?
-Estoy trabajando en ello – contestó sonriente – esto ya está en marcha, chicos – se puso en pie y cogió su bandeja – ¿podrás hacerlo?
-Claro – asentà con la cabeza y vi como JaeHyun se levantaba en la mesa de al lado para irse.
DebÃa hablar con él con urgencia, algo estaba pasando fuera de ese sitio y desde hacÃa dÃas, no me daba buena espina y tenÃa que consultarlo con él.
Observé por que puerta se iba y un par de minutos después fui detrás de él. Me adentré en el largo pasillo dónde estaban las diez celdas y me metà en la número cuatro, que era la suya y además la de Ten. Allà me lo encontré cambiándose de camiseta y de espaldas a la puerta dónde yo estaba parado, pero como si ya supiese que lo habÃa seguido, se giró y me miró.
-¿Has hablado con él en los últimos dÃas? – le pregunté adentrándome más en la celda.
-No – negó con la cabeza – hace tres dÃas que no. ¿Y tú?
-Yo tampoco – tragué saliva.
-Pensé que no lo cogÃa porque lo llamo desde el número de BaekHyun – murmuró.
-No le pidas el teléfono a BaekHyun, te hace pagarle mucho.
-¿Y a quién se lo pido? Tú me esquivas, no se lo voy a pedir ni a JungKook ni a Momo, el único que queda es BaekHyun – se sentó sobre la mesa y suspiró mirándome.
-No nos desviemos del tema – sacudà la cabeza – ¿sabes que está pasando?
-Y tú también lo sabes – se encogió de hombros y yo tensé mi mandÃbula – sabÃamos que podÃa pasar pero él ya sabe lo que tiene que hacer, solo le tiene que decir a Jackson el nombre del tÃo ese, dónde está y lo dejará en paz.
-Ya – susurré – ese es el problema.
-¿Qué has hecho? – murmuró fijando sus ojos en los mÃos, tratando de averiguarlo por él solo y si se lo proponÃa lo iba a hacer, como siempre, podÃan pasar los años que fuesen que seguirÃa teniendo ese don – TaeYong – se puso en pie y caminó hacia mÃ, ya parecÃa enfadado y no tenÃa ni idea de lo grave que era – ¿qué cojones has hecho? – se quedó frente a mÃ, a escasos centÃmetros y tratando de intimidarme.
-Lo maté – apreté los labios – maté a JinYoung, JaeHyun.
Al decirlo solo pude ver una mezcla de ira y preocupación en sus ojos que yo no podÃa ahuyentar, siempre sabÃa cómo hacerlo, pero esa vez no, y JaeHyun era tan impredecible que ni siquiera me esperé ese puñetazo que me dio, y con razón, porque Jackson no lo soltarÃa hasta que no tuviese a JinYoung, y él no podÃa decirle nada sobre él, Jackson siempre creerÃa que le mentÃa y acabarÃa matándolo.
-Lo mataste, TaeYong – me recordó cuando yo me incorporé de su puñetazo – mataste a la razón por la que lo mantenÃan con vida – me gritó con furia y yo escupà al suelo – mÃrame – me agarró la cara con las manos para que lo mirase a los ojos – lo has condenado a muerte.
-Lo siento – aparté sus manos de encima de mà – no me controlé.
-Nunca lo haces – susurró dándose la vuelta y caminando hacia la mesa de nuevo – lo mataste – repitió para él mismo y tirando la silla de un manotazo contra la pared – y lo van a matar a él.
-Lo solucionaré, ¿vale? – dije con tranquilidad, o almenos intentando mantenerme asÃ, pero él parecÃa descontrolado y fuera de sÃ.
-Joder – le dio a la pared y apoyó la frente allà para resoplar e intentar respirar profundamente.
-JaeHyun – quise acercarme a él pero mi cuerpo estaba inmóvil, porque también tenÃa miedo.
Los altavoces emitieron un sonido irritante al encenderse y yo apreté los labios, porque habÃa llegado la hora, cuando se escuchó por todo el centro “Lee TaeYong, a la puerta principal” yo casi que empecé a temblar.
-TaeYong – JaeHyun separó la frente de la pared y me miró – habla, ya está todo perdido.
-No – negué con la cabeza – nada está perdido aún – me saqué el móvil del bolsillo y lo dejé sobre su cama.
Salà de su celda y atravesé todo el patio para llegar a la puerta principal, dónde cuatro guardas me esperaban para esposarme y llevarme al otro edificio, el que tenÃa que memorizar en dos paseos, el de ida y el de vuelta.
LUCAS P.O.V
Estaba sentado en la sala dónde estaba la televisión, al lado de JiSoo, viendo una pelÃcula bastante aburrida que daban en uno de estos canales también de mierda. Mi cabeza solo le daba vueltas al tema de YungWoo y a la fuga, que TaeMin no nos dijese nada hasta la hora de hacerlo no me gustaba, preferÃa saberlo antes, no como a Kai o a BaekHyun, que preferÃan saberlo al momento.
-Eh – JiSoo movió su rodilla para golpear la mÃa, yo me habÃa despistado y ya ni siquiera miraba la televisión, me hizo un gesto con la cabeza para que la mirase y yo lo hice.
HabÃan cortado la pelÃcula para dar unos informativos y mi cara estaba en la pantalla. Yo fruncà el ceño y me eché hacia delante para prestar más atención.
Gracias a esa noticia me habÃa enterado que en una semana me realizarÃan un interrogatorio para preguntarme sobre el paradero de ese dinero que robé. Todos en la sala estaban atentos a la noticia y sorprendidos, porque solo TaeMin y los demás sabÃan que aparte de ser un narcoterrorista, secuestrador, torturador y asesino, habÃa robado esa enorme cantidad de dinero. Yo no querÃa que se supiese, porque entonces estarÃa en la misma posición que Kai y Jennie, todos los presos estaban hambrientos de dinero y estaban dispuestos a hacer lo que fuera por los diamantes de Kai o la gran cantidad de dinero que yo tenÃa escondida, podrÃan ir a por TaeYong y BaekHyun, ellos seguramente movÃan muchÃsimo dinero, pero eran demasiado grandes como para que se enfrentasen a ellos.
-Joder – susurré levantándome para salir de esa sala con los ojos de todos puestos en mÃ.
No podÃa creerme que eso hubiese pasado, aunque tampoco podÃa esperar a que nunca se supiese, me metà en el Banco de Corea, en Jung-Gu y robé el mayor motÃn de la historia, me pillaron en Seúl, dónde me ingresaron en prisión, pero el dinero ya no estaba, el dinero estaba a salvo, y con ese iba a pagarle a la persona que podÃa curar a mi hermano. El estado nunca dijo la gran cantidad de dinero que robé y que no recuperaron, el que llevaban ocho meses buscando y sin ningún éxito.
Me metà en el vestuario, completamente vacÃo, me desnudé y me metà en la ducha, bajo el ardiente chorro de agua, esperando a que alguien viniese y empezase a torturarme para que dijese dónde estaba el dinero.
-Con que tienes todo ese dinero en tu poder – escuché una voz femenina frente a mà y yo abrà los ojos bajo el chorro de agua, para mirar a Momo, que llevaba su pelo negro suelto y desordenado, las manos metidas en los pantalones grises y anchos y la camiseta de tirantes blanca ajustada a su cuerpo y cortada por ella misma, por debajo de su pecho – ¿por qué no lo sabÃa?
-¿TenÃas que hacerlo? – me pasé la mano por el pelo y ella sonrió con ironÃa, quitándose los zapatos con los pies para no mojárselos con el agua.
-Van a ir a por ti, a muerte – dijo dando un paso hacia delante – no todos han robado un banco ni son los lÃderes de importantes mafias, necesitan dinero y tú, ahora, eres el blanco perfecto – pasó el dedo por mi pecho y yo le aparté la mano.
-Ya – carraspeé – cómo si tú no lo quisieses.
-¿Yo? – rió con ironÃa – soy la capo de la Yakuza japonesa, lo que tu robaste, lo cobro yo cada dos meses, créeme que no necesito ni un won de tu dinero – me miró desafiante y se pasó la lengua por los labios.
-Entonces, ¿Qué haces aqu� –
-Advertirte, que a Kai casi lo parten por la mitad, a ti te harán lo mismo.
-¿Y por qué en vez de estar haciendo el paripé aquà conmigo, buscas a quién le hizo eso a Kai? – alcé las cejas y puse algo más frÃa el agua que aún caÃa sobre mi cuerpo mientras hablaba con ella.
-¿Ahora sois amigos? – preguntó sin quitar la sonrisa de sus labios, como si estuviese sorprendida de ello – contesta.
-¿A ti que te importa que seamos amigos o no? – la reté con la mirada – ¿nos liamos diez segundos y ya quieres controlar mis amistades? – bromeé.
-Tú solo contesta – insistió dando un paso más hacia delante.
-No, solo es un compañero de muto beneficio – contesté yo con sinceridad, Kai no era mi amigo, solo compañero de trabajo, o de fuga.
-Entonces no te preocupa lo que le pase a Kai, te preocupa que los que le hacen eso a Kai, te lo hagan a ti también – pasó su mano por mi mejilla y yo fruncà el ceño, no me habÃa parado a pensarlo asà – pÃdeme que te proteja – pasó el dedo por mi mandÃbula – y yo te protegeré.
-No necesito que me protejas, capo de la Yakuza – susurré acercándome a sus labios – puedo hacerlo yo solo.
-Eso ya lo veremos – plató sus labios sobre los mÃos con decisión, como la noche anterior en el baño.
Ambos profundizamos el beso, aún más que la noche anterior, y cuando ella se quitó la camiseta y me percaté de que no llevaba sujetador mi cuerpo se calentó en cuestión de segundos, devoré sus labios mientras tocaba sus pechos con mis manos y ella vagaba las suyas por mi cuerpo mojado hasta coger mi miembro y empezar a moverlo.
Yo no sabÃa que querÃa esa chica, el dÃa anterior simplemente me besó tras intercambiar un par de palabras en el baño y yo no la paré, después la tenÃa conmigo en la ducha, tocándome y masturbándome, tal vez querÃa mi dinero, pero no lo iba a conseguir, tal vez querÃa otra cosa que yo aún desconocÃa, o tal vez solo querÃa liberar tensiones, como yo, que desde el primer dÃa que entré ahà ya me habÃa fijado en ella, en Momo y en otra persona enrealidad.
Yo bajé mis manos por su cuerpo hasta meter una debajo de sus pantalones, algo salpicados de agua, y presionar su entrepierna por encima de la ropa interior, gimió mordiendo mi labio inferior con fuerza y eso me invitó a que también traspasase sus bragas y sus labios vaginales, en busca de su punto más sensible.
Puse mis dedos en su clÃtoris y empecé a hacer cÃrculos con ellos, ella agarró mi cuello con una mano, mientras con la otra seguÃa moviendo mi miembro, y nos en un juego de lenguas muy caliente. Cuando estuvo bien mojada aumenté el ritmo del movimiento, frotando con fuerza hasta hacer que sus piernas temblaron, gimió de placer y clavó sus uñas desde mi nuca hasta mi bÃceps.
-Espera – apartó mi mano de su entrepierna y retrocedió un par de pasos.
Miré como se quitaba los pantalones y las bragas y se quedaba desnuda frente a mÃ, esa chica era espectacular, simplemente maravillosa.
-Qué – preguntó acercándose de nuevo a mÃ.
-Solo te miraba – me encogà de hombros y ella me los acarició.
-¿Y te gusta lo que ves?
-No me fio de lo que veo – agaché un poco la cabeza para mirarme.
-¿Y qué quieres que haga para que te fÃes?
-Decirme que quieres tú de mi – dejé que se colocara bajo el chorro de agua conmigo, para que acabase de mojar.
-¿Qué quiero? – sonrió – que me folles de una vez y te dejes de preguntas estúpidas, Lucas, eso quiero.
Yo la miré con lujuria y ella hizo que nuestras entrepiernas se tocaran, la tenÃa tan dura que me dolÃa.
Ella se colocó de espaldas a mÃ, con las manos en la pared y esperando a que la penetrase de una vez, parecÃa ansiosa por que eso pasase y yo estaba dispuesto a darle lo que querÃa.
Agarré su fina cintura con una mano y con la otra acaricié su perfecta espalda, de arriba abajo, hasta que agarré mi pene y lo introduje en su vagina, ambos suspiramos y yo movà mi cintura para acabar de meterla por completo, se sentÃa caliente, hacÃa tiempo que no follaba.
Empecé a moverme a un ritmo normal, entrando y saliendo de ella, haciendo que nuestros cuerpos mojados chocasen y sonasen junto a los gemidos y suspiros de lujuria.
-Lucas – gimió mi nombre pidiéndome más.
Yo dejé un beso en su nuca y mientras rodeaba con un brazo su cintura, con la otra mano logré alcanzar su clÃtoris de nuevo, estaba hinchado y ella estaba apunto de llegar al orgasmo, como yo. Sincronicé los movimientos de mis caderas y de mis dedos contra su entrepierna y nos hice llegar a ese deseado orgasmo. Yo salà de ella antes de correrme y me metà bien bajo el chorro, para limpiarme y quitarme el olor a sexo. HabÃa estado bien, habÃa quedado muy satisfecho y ella parecÃa que también.
-Voy a por ropa seca – dijo ella poniéndose de puntillas para alcanzar a darme un casto beso en los labios.
Yo asentà con la cabeza y cuando se fue me quedé unos minutos más bajo el chorro, esperando a que mi cuerpo volviese a la normalidad. Después salà y me vestÃ, con el chándal gris de siempre y la camiseta de tirantes caÃdos. Al salir del vestuario me encontré con Momo y salimos juntos al patio dónde estaban todos.
-Llegas tarde – JungKook parecÃa estar esperándola.
-No eres mi jefe – le contestó ella – nos vemos – me miró de reojo y yo no hice caso a ese comentario, solo caminé en su dirección contraria.
Me dirigà a la mesa del patio dónde estaban los demás sentados alrededor, incluso TaeYong, que ya habÃa llegado.
-Hola – me senté entre BaekHyun y Mark en ese banco metálico y mugriento – hoy has tardado menos que la última vez, ¿no? – miré a TaeYong y le quité un cigarro a Mark de su cajetilla.
-Sà – contestó él sin apartar la mirada del papel dónde dibujaba el plano del edifico dónde tenÃamos que entrar, si se habÃa percatado de todo eso y lo recordaba, TaeYong era un puñetero genio.
-Estás bien – fruncà el ceño – no te han tocado.
-Han usado la electricidad esta vez – dijo él con indiferencia, ya debÃa estar acostumbrado a eso.
Yo me encendà el cigarro y me quedé embobado mirando como TaeYong lo dibujaba todo, parecÃan haber dos plantas y a él le estaba costando un poco recordar la de abajo, los demás estaban introducidos en una conversación sin importancia, para pasar el rato.
-¿Acabas de acostarte con Momo? – preguntó BaekHyun a mi lado, con una sonrisa en sus labios y afilando el mango de su cepillo de dientes con una piedra y la ayuda de la mesa, fabricando su propia arma, era una caja de sorpresas.
-¿Por qué lo preguntas? ¿Estás celoso? – bromeé mirándolo de arriba abajo.
-Un montón – asintió él con la cabeza y con su clara ironÃa – eso va a hacer que te quieran mucho más – dijo también con sarcasmo pero a modo de advertencia.
-Deja de llorar, anda – reà sin gracia y aparté la mirada del chico de pelo naranja y cara bonita.
BAEKHYUN P.O.V
Salà del baño y me acerqué a una de las picas para lavarme las manos, ese dÃa me habÃa resultado agotador, solo querÃa meterme en la cama y descansar hasta el siguiente dÃa.
-Kai – lo llamé desde afuera.
-Que sà – contestó él abriendo la puerta – que se me habÃa abierto la herida un poco – me explicó él colocándose bien la camiseta.
-¿Estás bien? – le pregunté abriendo la puerta para que saliésemos juntos.
-Sà – contestó saliendo él primero.
Yo lo seguà hasta que llegamos al pasillo del módulo y allÃ, NaYeon paró a Kai para hablar con él, y aunque no le entusiasmase la idea se quedó con ella.
Yo fruncà el ceño, porque ya tenÃa mis sospechas pero eso ya me habÃa hecho sospechar demasiado de NaYeon, le hice un gesto a Mark, que estaba apoyado en la puerta de su celda, con la mano para que lo vigilase, él asintió y yo me metà en la mÃa, dónde solo estaba Jennie, poniéndose los pantalones para meterse en la cama.
-Sal un momento, Jennie – le pedà mirándolo todo a mi alrededor.
-¿Qué? – frunció el ceño mirándome confundida.
-Que salgas, coño – la miré serio – vete con Lisa, TaeMin se está duchando, puedes ir a su celda.
-Qué raro eres a veces – dijo ella en un suspiro y levantándose de la cama.
Yo esperé a que se marchase y después me puse a buscar entre las cosas de NaYeon, antes de que ella se cansase de Kai y de su ignorancia y volviese, o antes de que YoonGi volviese de la ducha. Busqué cualquier cosa que la delatase, hacÃa unas horas, desde que se desenmascaró el gran robo de Lucas, habÃamos hablado los siete y la gente que intentaba ganarse los diamantes de Kai y Jennie molestaban, y mucho, debÃamos averiguar quiénes eran para tenerlos controlados en todo momento y que no se metiesen en nuestros asuntos.
Metà la mano entre la ropa interior de NaYeon y de ahà saqué una máscara negra que le cubrÃa toda la cabeza menos los ojos, en la parte de la boca habÃa una tela de otra textura, era un modificador de voz, esta se filtraba por la tela y cuando hablaba, nadie reconocÃa la voz del hablante. Ella era una de las que querÃan esos diamantes y de las que seguramente irÃan a por Lucas también.
Me senté en la silla y me apoyé en el respaldo a esperarla, dejé la máscara sobre la mesa y me crucé de brazos, la acababa de desenmascarar, literalmente.
-BaekHyun – dijo ella desde la puerta y mirando la máscara en la mesa.
-Entra, NaYeon – me puse en pie y esperé a que se colocara frente a mà – ¿te explicas?
-No tengo nada que explicar – negó con la cabeza con inocencia.
-Ah, ¿no? – cogà la máscara – ¿y qué es esto? – se la mostré.
-No lo sé – volvió a negar, haciéndose la tonta, la ingenua realmente se pensaba que podrÃa engañarme – ¿qué pasa?
Yo la agarré, le coloqué el brazo doblado en la espalda, estampé un lado de su cabeza contra la pared y me quedé detrás de ella, inmovilizándola.
-¿Qué tipo de gilipollas te crees que soy? – le pregunté al oÃdo.
-El que está estampando a su compañera de celda contra la pared – contestó ella haciendo una mueca de dolor.
-¿Quiénes sois? – pregunté ignorando su comentario – ¿y cuántos más?
-No sé de qué me hablas – intentó negar con la cabeza pero yo se la apreté más contra la pared.
-Sà que lo sabes, ¿crees que no me he dado cuenta de lo que haces? ¿De cómo miras a Jennie cuando ella no lo hace y de cómo la tratas para acercarte a ella? Y no sé qué has intentado ahora con Kai, engaña a quién te salga de los cojones, pero a mi no.
-¿Y tú quién te crees? – sonrió – ¿el ángel de la guarda de Jennie?
-Acabas de retratarte – sonreà con ella – ¿Quiénes sois? – le pregunté de nuevo.
-Adivinas – se mordió el labio inferior con fuerza y yo me quedé mirándola, la matarÃa de un solo golpe en la cabeza, lo habrÃa hecho encantado pero habÃamos prometido comportarnos y no llamar la atención.
-BaekHyun – la voz de JungKook sonó desde la puerta – suéltala.
-Que de pelÃcula – reà con ironÃa – el novio aparece justo a tiempo – lo miré sin soltarla y él dio un paso al frente.
-Que la sueltes – siguió caminando hacia mà con la mano en el bolsillo, yo solté a NaYeon y caminé también hasta que me quedé frente a él, retándonos ambos con la mirada y con los nervios a flor de piel – la has herido – me dijo refiriéndose a la herida de su ceja al estamparla contra la pared.
-Más deberÃa haberle hecho – dije yo con chulerÃa, lo que provocó que JungKook se sacase la mano del bolsillo con una navaja y clavar un poco la punta en mi abdomen, atravesando la sudadera y un poco de mi piel – error, JungKook – me saqué el cepillo de dientes afilado y lo coloqué en su cuello, justo en la yugular – yo tardaré minutos en desangrarme, tú, segundos – suspiré.
Él, aparentemente muy enfadado por mi comportamiento y por haber herido a su novia, clavó un poco más la navaja y yo noté como se iba introduciendo en mÃ, pero aún no era nada grave, se estaba conteniendo.
-Vosotros dos – Momo apareció en la habitación – basta ya, panda de imbéciles – nos separó a ambos – guarda eso, JungKook – le ordenó ella señalándolo, él se pasó la lengua por los dientes y sin dejar de mirarme se lo guardo – vámonos – lo empujó fuera de la celda y yo suspiré, mirando como NaYeon iba detrás, sabiendo que si se quedaba a solas conmigo, me la cargaba.
Yo salà de mi celda, todos los presos eran conscientes del enfrentamiento entre JungKook y yo, menos los que estaban en la ducha. Asà que solo me acerqué a Kai, Mark y Lucas, que estaban justo en la puerta de la celda de Kai, dónde solo estaba SooJin pintándose las uñas y escuchando música con sus auriculares y el MP3.
-Es NaYeon – dijo Kai – he estado hablando con ella y he reconocido sus ojos.
-SÃ, me lo ha admitido a mi también – me pasé la mano por el pelo – y no sé si JungKook está al corriente.
-Si JungKook lo está, Momo seguramente también – Mark se cruzó de brazos y los tres miramos a Lucas.
-Sà – él asintió con la cabeza – pero me la voy a seguir follando igual, ¿vale? – dijo él con indiferencia y yo me toqué el abdomen, en la sudadera habÃa un poco de sangre.
-NaYeon, ¿y quién más? – preguntó Kai mirando a SooJin distraÃda – JiHyo es muy amiga de NaYeon, y estoy durmiendo con ella arriba – suspiró.
-Y también hay hombres – dijo Mark – están la mitad de los presos metidos en esta mierda.
-Pero ya tenemos a un pilar importante, la novia del jefe – me mordà el labio inferior – mañana se lo diremos a los demás en el desayuno, TaeMin también tenÃa que decirnos algo.
Todos asintieron y se fueron a sus celdas pero Kai no dejó que me fuese y yo sabÃa exactamente por qué.
-TÃo – suspiró mirándome a los ojos con preocupación.
-No va a pasarle nada, Kai – le aseguró – la princesa está a salvo conmigo.
-Gracias – asintió con la cabeza una vez y yo le di un suave golpe en el brazo para despedirme.
Me metà de nuevo en mi celda y vi a YoonGi leyendo un libro, a NaYeon limándose las uñas y a Jennie solo mirando el techo en el que dormÃa NaYeon, yo me senté en mi cama, al lado de Jennie y me quité la sudadera, la herida era pequeña pero igual debÃa curármela para que no se me infectase.
-Deja que te ayude – Jennie se levantó de la cama, cogió una toalla y se puso de rodillas entre mis piernas – ¿estás bien? ¿te ha hecho mucho daño? – me preguntó preocupada.
-No – negué con la cabeza y me froté la cara con las manos.
Me dejé hacer, dejé que Jennie me curase la herida mientras yo pensaba en qué hacer con NaYeon, ya no tenÃa que esconderse de mÃ, ahora Jennie puede que estuviese aún más en peligro dentro de esa celda y yo le habÃa prometido a Kai que no le iba a pasar nada, yo nunca incumplÃa una promesa, además, Jennie era una buena tÃa.
-Ya está – dijo ella guardando las cosas en el botiquÃn.
-Gracias – dije poniéndome en pie – métete conmigo en la cama.
-¿Cómo? – frunció el ceño.
-Solo hazme caso, por favor – le supliqué, no querÃa discutir más ese dÃa, ya habÃa sido suficiente – métete contra la pared.
Ella solo obedeció, se metió en el lado de la pared y yo me tumbé a su lado, debÃa pensar una manera de mantener a raya a NaYeon, pero por el momento dormirÃa conmigo, para hacerle algo, primero tendrÃa que pasar por encima de mÃ.
-BaekHyun – susurró Jennie después de unos minutos de silencio – ¿es por NaYeon? –
-Sà – asentà con la cabeza y ella suspiró.
Se dio la vuelta y me dio la espalda. A TaeMin no le iba a gustar que fuese la novia del jefe una de las que estaba metida, o peor aún, harÃa como si nada, como siempre hacÃa TaeMin y no se daba cuenta de lo desesperante que nos resultaba eso a nosotros.
Continuara…