Fanfic: Behind the bars (Super M) Capítulo 15

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Fanfic: Behind the bars (Super M) Capítulo 15

Autora: YASSGY0MIE

Fanfic: Behind the bars (Super M) Prologo

TEN P.O.V

Los dos martillazos del juez sobre la mesa dictaron mi sentencia final y en cuanto mi abogado se puse en pie yo hice lo mismo, él me indicó que lo siguiera a la salida y caminé detrás de él, con mi sentencia de muerte en la espalda y periodistas apuntándome con sus cámaras y micrófonos por si se me ocurría decir algo. El juicio había sido transmitido en directo y todo el país lo había estado viendo.

Me intentaron someter a una entrevista pero mi abogado se negó porque yo no quería ninguna, aunque sí oía preguntas que muchos periodistas me preguntaban:

-¿Algo que decir al respecto?

-¿Cómo se siente?

-¿Ve justa la sentencia?

-¿Se arrepiente de sus actos?

-¿Cómo es el centro dónde reside?

-¿Por qué ha elegido la silla eléctrica? ¿Hay algún motivo concreto?

-¿Con que presos convive?

La policía me metió enseguida en un coche para protegerme de tanto periodista hambriento de información para alimentar a la población y llevarse el dinero al bolsillo. De mi no iban a aprovecharse, almenos no si yo lo podía evitar.

El coche patrulla aceleró dirección de nuevo a mi centro penitenciario, ya llevaba dos días fuera, mi abogado se encargaba de firmarlo todo por mí. Yo me revolví el pelo negro como pude, porque iba esposado, y me quedé mirando por la ventana todo el trayecto de vuelta a casa, recordando todo lo ocurrido y hablado en el juicio, como de mi boca salía la elección de la silla eléctrica y eso alborotó al público, porque era una muerte más dolorosa que una simple inyección, ¿pero qué podían esperar de un sociópata como yo?

Tardamos un par de horas en llegar y allí me acompañaron hasta la puerta del patio dónde estaban todos observando cómo volvía a entrar pero esa vez con el día de mi muerte pactado y sin opción a cambio.

-Hey – Lucas me llamó desde dónde estaban todos reunidos y me acerqué – ¿cómo ha ido?

-¿No lo habéis visto? – pregunté quitándole el cigarro a Kai para darle una calada.

-Sí, enrealidad sí – admitió BaekHyun – ¿estás bien?

-No me ha pillado por sorpresa – me encogí de hombros – voy a descansar, no he dormido nada estos días.

-Sí, aprovecha que estamos todos fuera, vigilamos nosotros – Mark me chocó la mano y asentí.

Me despedí de ellos y atravesé el patio hasta entrar dónde estaban nuestras celdas, efectivamente estaba todo vacío y en completo silencio, solo se oían mis pasos encaminarse a mi celda.

-Ten – la suave voz de TaeMin sonó desde su celda y me paré en mitad del pasillo – Ten – repitió.

Yo sonreí un poco y me desvié hacia su celda, él estaba tumbado en su cama, leyendo un libro, con el pelo húmedo y una mano sobre su pecho desnudo.

-Ven – se echó a un lado, haciéndome un hueco en la cama, me tumbé a su lado y miré al techo – salir te sienta bien – sonrió girando su cabeza para mirarme.

-¿Y las cámaras? – pregunté siguiendo con mi mirada como sus manos dejaban el libro en la cama y se quedaba solo con un trozo de papel que usaba como punto de libro.

-Eres más atractivo en persona – admitió mirándome a los ojos y se me escapó una risita tonta – lo digo enserio – sonrió.

-Gracias – asentí una vez con la cabeza.

-¿Qué sientes? – susurró con curiosidad.

-Que todo se desmorona – contesté yo también en un susurró – que se me va de las manos.

-¿Miedo?

-Supongo – me encogí de hombros.

-Defínemelo – me pidió, él realmente parecía querer experimentar esa sensación, no se daba cuenta de lo afortunado que era.

-Es una sensación horrible, sientes que todo va a acabar de la peor forma y te encarcela, es el más ignorante, el más injurioso y el más cruel de los consejeros – le expliqué yo y él asintió con la cabeza – ¿qué haces aquí, TaeMin? ¿Por qué no estás con los demás?

-Pienso – levantó su mano con la que había estado manipulando el papel y me dio una mariposa, tal y como las hacía yo – ¿quieres saber en qué pienso? – asentí con la cabeza cogiendo la mariposa de papel – en cómo sacarte de aquí en un mes y medio. La fuga está preparada para dentro de dos, pero no tenemos tanto tiempo.

-No importa, sabes que os seguiré ayudando aunque no salga de aquí.

-No – chasqueó la lengua y lo miré – el grupo va junto, si sale uno, salimos todos, si no sale uno, no salimos ninguno.

-¿Empiezas a cogernos cariño, TaeMin? – reí un poco frunciendo el ceño – ¿o simplemente que nos necesitas fuera?

-Ninguna de las dos – giró la cabeza para mirarme y enseguida me impuso su cercanía – pero soy un hombre de palabra.

-¿Nunca has incumplido una promesa?

-Si sé que no puedo cumplirla no la hago, solo un idiota promete o apuesta algo que sabe que tiene oportunidades de perder.

-Arriesgar está bien a veces.

-Arriesgar es perder, aunque ganes.

No estaba de acuerdo, pero no iba a intentar convencerlo de lo contrario, a parte de porque sabía que sería en vano, porque me había quedado metido dentro de sus ojos que me habían hipnotizado en dos frases y una sola mirada.

-Si tuvieses que dejar a uno fuera, ¿a quién sería? – pregunté por simple curiosidad, aunque sabía quién era, solo quería asegurarme.

-BaekHyun – dijo él afirmando mis sospechas y yo suspiré – que no te engañe la cara de guapo o lo bueno que puede parecer, es uno de los mayores hijos de puta que hay aquí dentro, ni JungKook, ni Momo, ni SeHun y JiSoo juntos, BaekHyun es perro viejo, se conoce todas las jugadas, cada movimiento, todos los atajos, que se esté quieto y tranquilo no significa nada.

-¿Crees que nos delataría?

-No – sonrió – pero si las cosas se tuercen va a vendernos a todos y va a salvarse el culo – suspiró – pero me cae bien – sonrió más amplio y me observó bien el rostro – haces mala cara.

-Estoy cansado, iba a dormir – le dije en un murmuro.

-Ven – abrió uno de sus brazos.

-¿Qué? – sonreí un poco.

-Que vengas – repitió riendo.

Yo me acerqué más y apoyé la cabeza en su pecho cuando me envolvió con sus brazos, de TaeMin era lo que menos me esperaría jamás, un abrazo, o que dejase que me durmiese sobre su pecho, pero estaba muy cómodo y satisfecho con ello, me sentía bien entre sus brazos y con su olor impregnándome, olvidándome de esos dos anteriores días fuera, que habían sido una verdadera mierda.

-¿Me besas? – preguntó en un susurro mientras acariciaba mi hombro.

Sonreí un poco y levanté la cabeza de su pecho para mirarlo.

-Claro – amplié mi sonrisa y agarré una de sus mejillas con mi mano para besarlo.

Introduje mi lengua en su boca para encontrarme con la suya y sentí una intensa corriente eléctrica recorrer mi cuerpo, había querido volver a besarlo después de la primera y la última vez en su celda.

Encajamos mejor nuestros cuerpos sobre ese colchón poco mullido y seguí saboreándolo, amaba esos labios y como los usaba para besar, como le gustaba juguetear y como sonreía con satisfacción cada vez que yo mordisqueaba su labio inferior.

Yo dejé que moviese las manos por mi cuerpo, porque él no me dejaba pasarlas por el suyo, quería dominarlo todo incluso en esas situaciones, pero yo no iba a discutirle nada, no porque no me atreviese, sino porque no me sentía mal ni incómodo con eso.

-Déjame – me pidió él intentando meter la mano dentro de mis pantalones.

-Nos van a pillar – dije yo colocándome bien en el colchón para ponerme cómodo y miraba la puerta de la celda sin cubrir.

-Será rápido – dijo con una sonrisa en sus labios y agarrando mi miembro con su mano.

-¿Quieres que haga yo algo? – le pregunté en un suspiro.

-No – negó con la cabeza, ya me lo imaginaba así que no me sorprendió que se negara a que lo tocara.

Volvimos a besarnos mientras él me masturbaba, se sentía tan bien y me proporcionaba tanto placer que ni siquiera lograba acompasar nuestras bocas para besarse, me resultaba tan sensual ese chico, como besaba, como tocaba, como respiraba sobre mi boca, así era mucho más fácil que me provocase un orgasmo junto a su mano moviéndose de arriba a abajo y a un ritmo constante.

-Juro que te haría de todo – dijo apartando la mano de mis pantalones – pero estoy escuchando a alguien en el pasillo.

-Habrá otro momento – dije yo con una amplia sonrisa en los labios.

-TaeMin – DaHyun, su compañera de celda, entró en ella echa una furia – ¿has recogido la ropa de la lavandería?

-No – contestó él con indiferencia y pasándose un brazo por encima de la frente.

-Joder, tío – susurró ella subiéndose a la litera de arriba nuestro.

Yo miré a TaeMin, que sonreía negando con la cabeza, y sonreí por su actitud tan pasota e indiferente

TAEYONG P.O.V

Estaba con Mark en su celda, él trataba de recordar los trucos de magia que solía hacer hacía años con las cartas, yo los recordaba, porque siempre me los hacía, pero ya no los recordaba y la verdad es que solo estábamos riendo de cualquier cosa, como en los viejos tiempos, cuando lo pasábamos bien juntos, lo echaba de menos.

-Déjalo, Mark, da igual – le quité las cartas de la mano y las dejé sobre su cama.

-No me creo que no me acuerde – se frotó la cara con las manos riendo y sonreí.

-No importa, tío, sigue estando en mi cabeza – bromeé yo y él me fulminó con la mirada – voy al lavabo, tú sigue intentando recordarlo – le aconsejé yo poniéndome en pie.

-Sí, no tengo otra cosa mejor que hacer – se encogió de hombros sonriendo y yo me marché de la celda dejándolo ahí.

Antes de ir al baño, pasé por el patio a darle a ChanYeol algo que me había pedido usando a SuHo como intermediario, él me dio el dinero y yo lo que quería, no tenía ni idea de dónde sacaban algunos tanto dinero, como él o Kai, alguien se lo tendría que estar metiendo dentro de cualquier forma.

Después, con el dinero bien guardado en el bolsillo, me dirigí hacia el baño pero cuando me adentré en el largo pasillo que llevaba a este, me encontré a Kai frete a la puerta del vestuario, con JungKook, NaYeon y JiSoo cortándole el paso.

-Kai – dije yo acercándome a ellos – ¿pasa algo?

Él se me quedó mirando y me puse a su lado mirando hacia JiSoo, que estaba cruzada de brazos y mirándome con una sonrisa vacilona.

-YuNa – susurré cuando oí un grito desgarrador de dentro del vestuario y como seguía gritando y suplicaba que la dejasen en paz.

-Está en tus manos, TaeYong, y lo sabes – me dijo NaYeon masticando chicle exageradamente – necesitamos nombres.

-Sigue soñando, NaYeon – dije yo negándome a delatar a los miembros de NCT127.

Cuando fui a ir contra ellos para atravesar esa puerta fuera como fuera, se acabó abriendo por SeHun desde dentro, él tenía una expresión tranquila, con la camiseta colgada a un hombro y cogiendo una bolsa de patatas con una mano mientras con la otra comía, ambas manos llenas de sangre.

-Buenos días – dijo él con la boca llena y pasando de largo.

Yo ignoré el hecho de que se iban todos y entré al vestuario con Kai a toda prisa, me guié por los lloros de YuNa hacia las duchas y cuando Kai y yo nos asomamos la vimos desnuda, sentada en el suelo lleno de agua ensangrentada.

-YuNa – me acerqué a ella y me agaché a su lado – ¿Qué ha pasado? – miré todo su cuerpo intentando averiguar de dónde venía la sangre.

-Me ha cortado el dedo – sollozó ella mirándose el pie.

-Sí, está aquí – Kai lo cogió y me lo enseñó.

Yo miré su pie, efectivamente, SeHun le había cortado el dedo del pie, el segundo y no había sido un corte limpio, había sido a la fuerza por lo tanto sangraba muchísimo más de lo que debería.

-Tenemos que curarla, TaeYong – Kai cogió una toalla y le envolvió todo el pie para que la sangre no se derramase – nos la llevamos.

-Sí – asentí con la cabeza – voy a cogerte, agárrate a mí – le dije a mi hija pasando mi brazo por debajo de sus piernas y el otro por su espalda.

Ella enredó los suyos alrededor de mi cuello y yo me puse en pie con ella en brazos.

-Kai – lo nombré antes de salir por la puerta – no voy a sacarla desnuda.

-Vale, sí – sacudió la cabeza y se quitó el enorme chaquetón que llevaba.

Entre los tres conseguimos ponérselo y abrochárselo y mientras yo caminaba hacia nuestra celda, Kai se fue a avisar a los demás para que nos ayudasen.

La tumbé en la cama mientras seguía llorando y se movía intentando que el dolor se le pasase así. Realmente me estaba partiendo en dos verla así y en cuanto se enterase JaeHyun se iba a cargar a SeHun aunque eso le costase la vida a él también.

-Ya está – Kai volvió conmigo y acompañado de los demás del grupo que entraron en la celda alertados.

-¿Quién ha sido? – preguntó Mark mirándola con preocupación.

-SeHun – dije yo tragando saliva.

Nosotros nos miramos sin saber que hacer a continuación, nosotros solíamos ser los que hacían esas cosas, no quienes las arreglábamos.

-Pon el dedo en hielo, animal – dijo TaeMin entrando con tranquilidad el último en la celda y mirando a Kai.

-Voy yo – Ten salió corriendo hacia la cocina.

-¿SeHun habéis dicho? – preguntó TaeMin arrodillándose a mi lado y nosotros dos asentimos – no está mal – susurró ladeando la cabeza y desenredando la toalla del pie de YuNa, que me había cogido la mano con tanta fuerza que sus nudillos estaban blancos.

-No se lo ha cortado, se lo ha arrancado – dijo BaekHyun cuando vio el dedo – voy a por el kit de supervivencia de ChanYeol – salió de la celda y yo me acerqué más a la cabeza de YuNa, para dejarlos a los demás con el dedo.

-Escúchame – le aparté el pelo mojado de la cara – vamos a curarte, ¿vale? Tienes que calmarte un poco y dejar de moverte – le dije acariciando su mano con mi pulgar.

-ChanYeol se enchufa morfina – dijo BaekHyun entrando con el kit en sus manos – no queda ni una gota.

-Lo haremos sin morfina, no hay otra opción – dijo TaeMin tocándole el pie y mirándolo bien – que destrozo – susurró.

-SeHun ha sabido que dedo cortar – habló Kai – ha clavado el cuchillo en la segunda articulación, en la interphalangiana proximal, y lo ha arrancado, no es muy grave.

Todos nos giramos a mirarlo sorprendidos, incluso Ten que estaba en la puerta con un plato lleno de hielo.

-¿Qué? – preguntó él – ¿os creéis que SeHun es el único que ha arrancado dedos? A parte de por los diamantes estoy aquí por descuartizar a más de diez personas, un dedo no es nada. Todo saldrá bien, YuNa.

-No creo que la hayas calmado justo tú – opinó Lucas acercándole el plato para que metiese el dedo.

-Cogedla – ordenó TaeMin mientras se lavaba las manos con un bote de alcohol que tenía guardado ChanYeol.

Entre todos le agarraron sobretodo las piernas para que no las moviese, porque iba a ser inconscientemente cuando lo hiciese, TaeMin le iba a coser el dedo sin anestesia, como si fuese uno de sus experimentos, sabía que ese dedo quedaría anulado, pero almenos lo tendría en el sitio.

Yo solo le agarraba la mano, porque ella no estaba dispuesta a soltarme, e intentaba calmarla o distraerla hablándole, pero ella solo lloraba y se quejaba cada vez que TaeMin clavaba la aguja y en ese momento agradecí que TaeMin tuviese la sangre tan fría, porque ni se inmutaba, no lo distraían sus gritos, como si no lo estuviese haciendo, así acabaría antes.

-Ya está – TaeMin se puso en pie con las manos llenas de sangre en alto – voy a lavarme las manos.

-Nosotros se lo vendamos – dijo BaekHyun soltándole la pierna y colocándose dónde estaba antes TaeMin.

-¿No hay nada para el dolor? – me preguntó en un sollozo YuNa.

-No – negué con la cabeza – tienes que aguantarlo – dije dejando un beso en su frente.

Ella también negó y me abrazó con desesperación mientras BaekHyun y Mark le acababan de vendar el pie, aunque la situación era una mierda me sentí bien cuando me abrazó, llevaba tanto tiempo esperando algo así que ni me lo creía.

Cuando acabaron todos se fueron para dejarla a ella tranquila pero yo me quedé a vigilarla mientras intentaba dormir. Yo estaba sentado en mi cama, a su lado, mirándola e imaginándome la situación en la que SeHun le arrancaba el dedo, pensaba vengarme, no pensaba dejar que se fuese de rositas después de cortarle el dedo a mi hija solo para que yo hablase, estaban llegando a un límite y lo habían sobrepasado.

-Hola – JaeHyun entró en mi celda en cuanto se enteró de lo que había pasado y la miró con preocupación.

-Está dormida – le informé yo poniéndome en pie – quédate con ella – le pedí.

-¿Dónde vas? – preguntó él cortándome el paso a la salida, para que no me fuera sin decírselo.

-Ahora vuelvo – le robé un beso en los labios y lo aparté de la puerta para que me dejase salir.

Crucé todo el pasillo para salir al patio y me quedé parado un segundo, observando bien la situación, mi grupo estaba en una punta del patio, mirándome con atención y esperando alguna reacción de mi parte, SeHun estaba sentado de espaldas a mí, con JungKook y los demás.

Me crují el cuello y los dedos de la mano, y como sabía que TaeMin y los demás me cubrirían y que no estaba solo, me encaminé hacia SeHun muy decidido y lo pillé por sorpresa, atrapando su cuello con mi brazo y pegándolo a mi cuerpo, para ahogarlo.

-Te estábamos esperando – rió JungKook cuando conseguí poner a SeHun de pie y ejercí más fuerza contra su cuello.

-Ah, ¿sí? Sabía que me echabas de menos – BaekHyun se interpuso para que JungKook no pudiese pararme.

-SeHun – susurré en su oído y retrocediendo unos pasos – sé que no le has cortado el dedo solo para que yo hablase – miré su rostro, empezaba a ponerse muy rojo y le flaqueaban las fuerzas, por mucho que intentaba deshacerse de mi agarre no podía – sé que hay más detrás, no sé que es pero vas a decírmelo.

Él agonizó por el dolor y falta de aire y yo seguí retrocediendo, aprovechando que los demás mantenían al margen a los otros, pensaba llevármelo, atarlo a una silla y torturarlo hasta la muerte.

-TaeYong, ¿dónde vas? – la voz femenina que dominaba ese puto agujero volvió a aparecer de la nada y su mano se posó en mi espalda – suéltalo.

-No – contesté yo con contundencia.

-Lo vas a matar, suéltalo – me volvió a ordenar y captó la atención de todos.

-Para que lo suelte, vas a tener que matarme tú a mí, así que igualmente moriría alguien hoy – la miré a mi lado y ella suspiró pasando lentamente la lengua por sus dientes perfectamente alineados.

-Estoy harta de repetir las cosas dos veces – apretó los labios y me miró de vuelta.

Ni siquiera me dio tiempo a reaccionar a su movimiento además de que tenía las manos ocupadas con SeHun, pero ella agarró ambos lados de mi cabeza, hizo un movimiento rápido y brusco, igual que hizo con JungKook una vez, y caí inconsciente al suelo.

LUCAS P.O.V

Me removí en una esquina de la cama cuando los rayos de sol empezaron a molestarme de buena mañana, las sábanas se enredaban en mi cuerpo y enseguida me noté muy desubicado, porque esa no era mi cama y había alguien también tumbado a mi lado.

Me giré un poco y miré el cuerpo de Momo a mi lado, me debí haber quedado dormido en su cama por la tarde y no me quiso despertar, a diferencia de mí, ella iba vestida con una sudadera gris y seguía durmiendo.

Yo me acomodé mirando al techo y con un brazo detrás de la cabeza, ella no tardó en moverse y encajar su cuerpo con el mío.

-Momo – susurré para no despertar al resto de la celda.

-Qué – contestó ella en un susurro.

-¿Estás despierta?

-No, hablo dormida – bromeó ella esbozando una pequeña sonrisa – claro que estoy despierta.

-¿Qué hago aquí?

-Te quedaste dormido y no quise despertarte – explicó ella – ocupas mucha cama, por cierto.

-Es que soy muy grande, tía – sonreí y ella apoyó la cabeza en mi pecho, pero yo no me moví.

Nos quedamos unos minutos en silencio, yo sabía que tenía que preguntarle algo, pero podía tomarse esa pregunta de tantas formas distintas que tenía que buscar las palabras adecuadas, el momento lo era, ella estaba muy dócil y no tenía pinta de que fuese a partirme el cuello.

-Oye – toqué con mi dedo su brazo y ella movió la cabeza – ¿qué está pasando aquí dentro?

Momo levantó la cabeza y me miró seria, tan seria que por un momento sí que pensé que podría partirme el cuello.

-Déjalo, Lucas – volvió a tumbarse pero esta vez con la cabeza en la almohada.

-No lo dejo, porque estoy metido de lleno, y lo sabes – giré mi cabeza y la miré – ¿qué está pasando?

-No puedo decírtelo – negó y suspiré.

-¿Y no puedes decirme almenos de qué lado estás?

-¿A qué te refieres?

-¿De parte de quién estás? ¿De JungKook y los suyos, o de nosotros?

Ella no contestó, se quedó mirándome a los ojos, parecían pasarle mil cosas por la cabeza pero no parecía encontrar las palabras para expresarse o no quería hacerlo.

-Estoy de la parte que estés tú – murmuró con la boca pequeña, como si se arrepintiese de haberlo dicho – ¿he contestado a tu pregunta?

-Sí – susurré.

Ella movió su mano para acercarla a mi rostro y perfiló mi mandíbula con sus finos dedos, y después los pasó por mis gruesos labios.

-¿Por qué estás del lado que esté yo? – pregunté ignorando el hecho de que JaeHyun se estaba despertando en la cama de al lado.

-Porque te quiero – dijo agarrando mi mejilla – de una manera que tú a mí no, pero yo sí que te quiero.

-¿Te has enamorado?

Ella solo asintió con una expresión suave y débil y fue extraño, porque nunca nadie se había enamorado de mí y si lo habían hecho, yo no lo supe nunca, y en el fondo me supo mal, porque enrealidad se le notaba y porque no era correspondida, me gustaba Momo, era obvio, pero en mi mente rondaba muchísimo más BaekHyun que ella.

-Ni una palabra, Lucas – me advirtió levantándose de la cama y tirándome la ropa – vístete.

Yo asentí y me vestí antes de que JaeHyun acabase de despertarse, igual que toda su celda, ella se puso unos pantalones y la chaqueta y me esperó para que saliésemos a desayunar.

Todo el mundo empezaba a despertarse ya y yo la acompañé a abrir el comedor, pero cuando pasamos por el patio para cruzarlo ambos nos quedamos parados mirando la espantosa imagen. Era NaYeon, alguien la había colgado boca debajo de la canasta, con las manos atadas y la boca tapada, su cuerpo estaba desnudo y todo lleno de heridas, como si la hubiesen azotado con un látigo. Parecía un puñetero animal a punto de ser sacrificado.

-NaYeon – JungKook salió corriendo para bajarla de allí y todos los presos se reunieron en el patio para observar esa imagen.

-Abre el comedor – me ordenó Momo dándome la llave que cerraba la puerta.

Yo la cogí, pero me quedé quieto mirándolos a todos, algo me decía que había sido uno de los nuestros, todos lo pensaban.

Aunque pude haberme quedado y haberles preguntado a alguno, fui al comedor a abrirlo y por orden de Momo todos entraron, excepto ella, JungKook y SeHun, que se quedaron a ayudar a NaYeon.

Todo se desenvolvió con normalidad, tampoco era sorprendente ver esa bestialidad entre gente como nosotros, pero estaba muy presente la incertidumbre de quién había sido.

-¿Quién de vosotros ha sido? – preguntó TaeMin dándole un mordisco a la manzana cuando nos sentamos en nuestra mesa de siempre.

Nos miramos entre todos, esperando a que alguno hablase.

-Yo – BaekHyun dejó caer la bandeja sobre la mesa, haciendo salpicar algo de su comida y solo por ese gesto, supe que no estaba de buen humor.

-¿Por qué lo has hecho, BaekHyun? – le preguntó TaeMin sin apartar la mirada de su manzana.

-¿Pueden cortar el dedo de YuNa y yo no puedo colgar a la novia del jefe? Podría haberla colgado del cuello, me he portado como un niño bueno – sonrió con ironía y sacó de su bolsillo dos largos cordones de sus zapatos, entrelazados entre ellos y con algunos restos de sangre, los había usado de látigo contra ella.

-JungKook va a saber que has sido tú – le dijo el mismo.

-Me da igual – se bebió el vaso de agua de un trago – mejor, ¿algo que objetar, TaeMin?

-Estás de mal humor, ¿no? – quiso asegurarse Kai.

-Mucho – contestó BaekHyun sin mirarlo.

-Pues cálmate, que la vamos a palmar todos por tu temperamento y como esto perjudique la fuga, tú estás fuera – TaeMin lo miró con dureza y eso enfadó mucho a BaekHyun, más de lo que estaba, claro.

-Eso si no lo jodes tú, ¿no? Con tus deseos y necesidades – escupió BaekHyun con rabia.

-Si eres más específico, te lo agradecería – TaeMin entrelazó sus manos sobre la mesa y lo miró expectante a sus palabras.

-Kai – BaekHyun lo miró – TaeMin se está tirando a Ten – carraspeó y yo abrí los ojos como platos – Ten – llevó su mirada hacia el moreno – TaeMin se está tirando a Kai – plató las manos sobre la mesa y se puso en pie – suerte, TaeMin – le guiñó un ojo y se dio la vuelta para marcharse de allí, sin ni siquiera desayunar.

-No me jodas – susurró Kai a mi lado frotándose la cara con mis manos y Ten se levantó y se marchó también.

-Que máquina, en el fondo – objetó Mark ladeando la cabeza y mirando TaeMin, el cual parecía algo frustrado porque BaekHyun lo había jodido todo.

-Voy a hablar con él – dije de un suspiro.

Me puse en pie con la manzana en la mano y salí del comedor, buscando al chico del pelo rosa que parecía estar muy pero que muy cabreado esa mañana, me imponía eso, pero no me daba miedo.

Lo encontré en una esquina del patio, ya vacío, sentado en un banco de la mesa metálica, mirando algo en su teléfono y fumando. Me acerqué a él y muy decidido me senté a su lado, con una pierna a cada lado del banco y mirándolo con interés.

-Vete, Lucas – me ordenó él sin apartar la vista de su teléfono móvil, yo miré la pantalla de reojo y vi que había llamado más de diez veces a su amigo DO pero este no le había cogido ninguna llamada – ¿eres sordo?

-No me voy a ir – dije yo encogiendo mis hombros – ¿qué coño te pasa?

-Quiero estar solo, ¿puedo? – se guardó el móvil en el bolsillo y miró el cigarro de entre sus dedos.

-¿Por qué le has hecho eso a NaYeon? – pregunté ignorando lo que había dicho.

-Ves a hacerle las preguntas que quieras a Momo, ¿quieres? A mí déjame – dijo molesto, y ahí lo entendí todo, seguramente no era el único motivo de su enfado pero sí uno de ellos – ¿por qué me miras así? ¿Crees que no te he visto dormir esta noche en su cama? Desnudo, claro.

-Sabía que eras celoso, pero, joder, no tanto – ladeé la cabeza y él me fulminó con sus ojos negros, si las miradas mataran yo ya estaría muerto y enterradísimo – además, no sé de qué te quejas, Momo me ha dicho que antes de estar conmigo, estuvo contigo.

-No es lo mismo, sabes de sobras que es solo sexo pero ella siente por ti, ¿sabes?

-Pero yo por ella no, ¿Qué más da eso? – fruncí el ceño y él suspiró – no puedes recriminarme nada cuando tú también lo haces, ¿te crees que a mí no me molesta que Momo me diga que se ha vuelto a acostar contigo?

-Si no te molestase, me dolería – admitió alzando un poco la voz, empezaba a ponerse nervioso – pero está claro que tú también le tienes cariño, sabes que yo no, y sabes que ese cariño que sientes por ella puede incrementar.

-Osea que el enfado es por una simple inseguridad tuya – tragué saliva y él se puso en pie – podría estar con ella, si no lo estoy es por algo.

-Da igual, no quiero pelearme contigo – dijo él alejándose de mí.

-BaekHyun, no te vayas – le pedí girándome en el banco para seguirlo con la mirada.

Él no contestó, solo se marchó a la zona de las celdas y yo no lo seguí más, porque al final sí que acabaríamos discutiendo y no quería.

Apoyé los codos en la mesa y la cabeza en mis manos, nuestro gran problema era Momo, por alguna razón él no dejaba de acostarse con ella y yo tampoco, y claro, así nos iba, pero él solo tenía que decirme lo que quería y yo se lo daría, pero si intentaba que yo lo averiguase todo solo no podía salir nada bien.

-Joder – susurré – si no estoy con Momo es por ti, imbécil – dije dando un golpe a la mesa, esta tembló y mi mano picó pero me dio igual.

Continuara….

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